En diálogo con El Comercio, Álvaro Vargas Llosa, hijo de escritor peruano Mario Vargas Llosa, sostuvo que el Nobel considera que el resultado de las elecciones presidenciales solo las determinará el Jurado Nacional de Elecciones (JNE). También, afirmó que la candidata presidencia de Fuerza Popular (FP), Keiko Fujimori, le aseguró que si el resultado le es adverso, lo reconocerá.
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—Se conoce esta llamada del Presidente Francisco Sagasti a su padre, Mario Vargas Llosa, a fin de que intervenga de alguna u otra manera en la situación política de nuestro país…
Efectivamente, esta llamada se realizó anteayer (miércoles). Tuvimos un aviso previo porque el presidente lo comunicó a algunas personas allegadas a él para que lo ayudarán a localizarlo; de manera que, en fin, supongo que esto indica a que algunas personas ya lo sabían en Lima; en cualquier caso, la llamada se produjo anteayer (miércoles). Yo no puedo, lógicamente, y mi padre tampoco, revelar el contenido de la conversación porque sería una infidencia, fue una conversación estrictamente privada. Inmediatamente después de concluida, él me contactó, me contó la llamada, me contó su contenido, y me pidió que contactara a Keiko Fujimori para expresarle su respaldo inequívoco a lo que está haciendo, es decir a las diligencias que está haciendo a las autoridades electorales para que revisen a fondo, tanto las solicitudes de nulidad, como las actas observadas a partir de una serie de votos impugnados por la gente de Perú Libre. Luego me pidió en la medida que él no tiene acceso a redes sociales y no está en estos momentos en contacto con la prensa, que hiciera una muy escueta declaración reiterando más o menos lo mismo, en el sentido de que, para él el resultado de la elección aún es incierto y hay que esperar que las autoridades electorales hagan su trabajo y que solo ellas, sin interferencia política de ningún tipo, son las que deben determinar el resultado, es decir el desenlace de esta elección.
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—¿Cómo tomó su padre esta llamada del señor Presidente?
Evidentemente en el clima de zozobra, ansiedad, impaciencia, y de angustia que hay en el país, digamos, no le sorprendió excesivamente que se produjera una llamada de esa naturaleza. Lo que sí, digamos, ocurre; es que precisamente, porque el país está atrapado en ese clima, podría suscitarse como le dije anteriormente, el rumor de que en esa conversación hubiera ocurrido algo que modificara su postura. No es que el Presidente intentó eso, sino que en ese clima en el que estamos es muy fácil que se desate cualquier rumor si una conversación como esta se filtra, y era evidente que esta conversación se iba a filtrar, era absolutamente obvio que esta conversación no sería un secreto. Por eso es que me pidió que la contactara a ella y le dijera una vez más que su respaldo es inequívoco y que además él piensa que el resultado de esta elección no está aún determinado, que solo el Jurado Nacional de Elecciones puede determinarlo y que es muy importante que todos los sectores, sin excepción, respetemos el trabajo de las autoridades.
—Cuando usted llama a la candidata Fujimori y le comenta sobre la comunicación del presidente a su padre, ¿Cómo lo tomó ella?
Ella lo agradeció, ella sabe muy bien que tiene nuestro respaldo y agradeció el gesto que para evitar cualquier suspicacia en esa coyuntura, en ese contexto, yo le reiterara a nombre de él el respaldo inequívoco a lo que está haciendo. Lo apreció, lo agradeció, y ahí quedó la conversación.
—¿No le dijo nada sobre el acto de Sagasti de llamarle a su padre para esa conversación?
No, no, por supuesto que no. No, porque ella entendió perfectamente bien que lo que importaba del gesto era evitar cualquier suspicacia, es decir, evitar de que de pronto la conversación, si se filtraba, se filtraba el hecho de la conversación en Lima, surgiera la especulación de que ese respaldo ya había dejado de existir. Él quería que eso quedará muy claro y ella lo entendió así, lo agradeció inmediatamente. Yo creo que es muy lógico, recuerde usted que hay que situarse en el clima en el que está en estos momentos atrapado el Perú. Si estuviéramos en un clima de mayor normalidad a lo mejor ni siquiera hubiera sido necesario que llamara Keiko a reiterarle el respaldo, ella lo conoce muy bien y lo sabe todo el país, pero en este clima, en este ambiente de sospecha, de suspicacia, en este clima altamente tóxico, cualquier conversación que tenga el Presidente con alguien que está respaldando públicamente a uno de los candidatos, puede dar pie a una interpretación equivocada.
—¿En contraparte se conoce, o a su padre el presidente le manifestó, que había también conversado con alguien más, del círculo de Pedro Castillo?
No. Eso no tengo ninguna noticia y no puedo ir más allá porque tendría que entrar en el detalle de la conversación. Yo entiendo por lo que él ha dicho, por lo que el presidente ha dicho públicamente que ha tenido contacto con otras personalidades y bueno pues él digamos ha justificado eso desde el punto de vista de la necesidad de mantener la calma, es lo que él ha dicho públicamente, no forma parte de esta conversación.
—Algunos sectores cuestionaron la llamada del presidente y en el Congreso corrieron voces sobre una censura y hablaron hasta de vacancia, ¿Cómo toma esa reacción del Congreso?
Creo que sería un error, esto sería un error por dos razones. La primera es porque sería efectivamente eso, echar leña al fuego, incendiar aún más una situación que ya es altamente tóxica, y por una segunda razón porque distraería completamente la atención del país con respecto a lo único que realmente importa en este momento y es que los organismos electorales cumplan con su deber y cumplan con su trabajo. En este momento hay muchísimas actas que son materia de observación, hay muchísimas solicitudes de nulidad, y yo tengo la convicción absoluta de que ha habido por parte de Perú Libre un juego muy sucio en muchas mesas en el Perú, no puedo determinar yo cuántas por eso no puedo decirle mi opinión, digamos, cuál va a ser el desenlace, la actuación del Jurado Nacional de Elecciones, habrá que esperar, pero lo que sí está claro es que hay una tarea urgentisima por cumplir. Esta elección no está cerrada todavía, así lo ve la comunidad internacional por cierto, hay que reiterar la importancia del documento que se ha hecho público ayer por parte de 17 exgobernantes, todos ellos demócratas a carta cabal, todos ellos importantes con prestigio internacional porque todos estamos viendo lo mismo, que hay en estos momentos un proceso que no ha concluído a pesar de que el señor Castillo, a mi modo de ver, de una manera totalmente temeraria e irresponsable se ha autoproclamado presidente. En una democracia nadie se autoproclama nada desde el punto de vista electoral, eso solo lo puede hacer el ente electoral, por eso es tan importante centrarnos en el fin.
—Ya estamos a casi un mes para que el presidente Sagasti concluya su mandato, ¿cualquier acción como la que se analizaba en el Congreso podría llevarnos al caos?
Claro, por supuesto. A él le ha tocado una situación extremadamente delicada, por no decir explosiva, evidentemente no es la situación que él había previsto, ni que nadie había previsto, todos hubiéramos querido un desenlace más rápido, menos complejo, y, desde luego, sobre todo él que es quien tiene que navegar este barco y llevarlo a la orilla, pero dada la situación es realmente importante que el Presidente, la Presidenta del Consejo de Ministros, los Ministros de Estado, y todos los funcionarios públicos se conduzcan con un enorme cuidado, precisamente porque hay este clima de suspicacia. Obviamente en el caso de los funcionarios del Estado además hay la obligación legal de neutralidad, no estoy diciendo que se esté violando la neutralidad pero sí digo que hay que recordar que cualquier paso que dé el presidente o que den los Ministros, o que den los funcionarios que están por debajo de ellos, que sea percibido como violatorio de la neutralidad, lo que va hacer es enardecer aún más el clima tóxico en que estamos. Yo estoy seguro que él es consciente de eso, y ojalá que todos los funcionarios que sirven bajo su presidencia sean conscientes de eso porque si no esto puede terminar muy mal. Hay que tener un cuidado muy extremo en esta situación tan delicada.
—Entonces, ¿estamos frente a una interferencia como algunos políticos lo han interpretado, o un error?
Como le digo, esas son algunas de las interpretaciones por eso hay que tener mucho cuidado porque un clima como este por supuesto que sí eso puede dar pie a una interpretación de esa naturaleza. No es la interpretación que hacemos nosotros por supuesto, pero sí entiendo, por el escándalo que se ha creado que esa interpretación la han hecho sectores importantes del país; y por eso mismo hay que actuar con extrema prudencia en estas circunstancias porque sino la eventual sospecha de que no hay neutralidad va entorpecer muchísimo el proceso. No digo que eso es lo que haya ocurrido, pero sí digo que hay que tener extremo cuidado para evitar que esa sea la interpretación. Evidentemente hay un sector que así lo ha interpretado.
—¿Usted cree que el Congreso debería abstenerse de intervenir en esta situación?
Sí, yo creo que sí. Estamos con un gobierno que está de salida, estamos impaciente por saber quién va a suceder al presidente Sagasti, yo espero se la sucesora Keiko Fujimori, pero eso solo lo puedo determinar el Jurado Nacional de Elecciones y evidentemente lo peor que podemos hacer en estos momentos es crear una distracción de esa magnitud y además enardecer aún más el ambiente.
—Usted comentó sobre el pronunciamiento de expresidentes invocando a esperar los resultados por el ente electoral, pero hemos visto que dos presidentes, de Bolivia y Argentina, felicitaron a Pedro Castillo por adelantado…
Es absolutamente indebido lo que ha hecho el señor Morales (Luis Arce) y lo que ha hecho el señor (Alberto) Fernandez, es absolutamente indebido. No solamente porque el Jurado Nacional de Elecciones no ha proclamado un presidente todavía en el país; sino porque además ambos dan toda la impresión de querer influir en el proceso. Mi impresión es que esto no tiene nada de inocente y que lo que ha tratado de hacer es, en cierta forma, ejercer una presión externa sobre el proceso porque ellos saben perfectamente bien, están nociosamente informados por sus embajadores de que este proceso está en marcha, de que este proceso sigue su curso y no ha concluido. De manera que yo no veo nada inocente en esas declaraciones y yo celebro por cierto que la Cancillería peruana haya respondido al Gobierno argentino con celeridad haciéndole notar que esta intervención es indebida. No es la función de los gobiernos extranjeros proclamar al presidente del Perú.
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—Una vez el Jurado Nacional de Elecciones proclame al elegido, la otra parte que, vamos a tener que llamarlo perdedora o perdedor, tendría que llamar a sus seguidores a un clima de paz. Por ejemplo, no como hizo el señor Castillo inicialmente, a incitarlos a salir a las calles…
Sí, por supuesto que sí. Primero que nada, hay que decir que el señor Castillo también se ha autoproclamado Presidente. Eso me parece a mí temerario de su parte, extraordinariamente peligroso en el clima en el que estamos y además muy poco respetuoso de la legalidad. Esto es algo que él no ha debido hacer. Luego, las amenazas constantes de sacar a la gente a la calle hechas por él personalmente, también implican una intencionalidad muy clara que es la de presionar a los Jurados Especiales y eventualmente al Jurado Nacional de Elecciones, eso está muy claro. El señor Castillo tiene que esperar el resultado de las elecciones y en caso de que su rival, su contendora sea la ganadora, tiene que felicitarla y tiene que desearle suerte, y tiene que por supuesto hacer lo posible para evitar que sus seguidores traten de revertir ese resultado ejerciendo una presión callejera que podría conducir a la violencia.
—¿Lo propio tendría que hacer la señora Fujimori en el caso contrario? Llamar a la calma.
Claro que sí. No solamente eso, ella ha dicho y también me lo ha dicho en privado, que si el resultado le es adverso, ella lo reconocerá. Otra cosa es que, hasta que eso ocurra ella tiene todo el derecho de ejercer su defensa. Ella está defendiendo su voto. Cualquiera en su lugar haría lo mismo. En multitud de países democráticos, democracias incluso más consolidadas que la nuestra, se han producido circunstancias de esta naturaleza y los candidatos o candidatas que se sentían perjudicados han ejercido su legítimo derecho a la defensa. Ella no está haciendo nada que esté fuera de lo que constituye el marco de sus derechos legítimos. Ahora, una vez concluido el proceso, si el resultado le es adverso ella lo reconocerá, así me lo ha dicho, así lo ha dicho al público, y yo le creo.
—¿Qué tendría que hacer el próximo presidente o presidenta de la República cuando asuma el 28 de julio?
Dependerá de quién sea. Yo creo que si es Keiko Fujimori, creo que tiene que, desde muy temprano, desde los primeros días, demostrar que sus compromisos de la segunda vuelta los va a cumplir a rajatabla. Creo que la convocatoria de un Gobierno de ancha base es fundamental, realmente muy importante. En segundo lugar, creo que es fundamental entender que ha habido una división, si usted quiere geográfica, muy significativa en este resultado electoral; independientemente de que aún no tenemos un resultado definitivo, está claro que hay una grieta importante que se ha producido en el país y creo que en el caso de ella hay que hacer un enorme esfuerzo desde el comienzo para recuperar la confianza de un amplio número de peruanos en el sur del país. Creo, por otro lado, que tiene que hacer un esfuerzo para bajar la tensión porque evidentemente para la estabilidad de la democracia, para la estabilidad de su Gobierno y para, digamos, el reinicio del proceso de inversión económica en el país, es fundamental que hay un mínimo de concordia y de armonía. En el caso de que sea él (Pedro Castillo), es absolutamente imperioso que él renuncie a este proyecto golpista que constituiría el convocar un referéndum que es inconstitucional e ilegal para preguntar a la ciudadanía si quiere una asamblea constituyente y luego convocar a las elecciones para una asamblea constituyente que evidentemente liquidaría al Congreso recientemente electo. Este es un proyecto que es írrito a la constitución, que es absolutamente ilegal, y creo que es lo primero que él tendría que hacer si quiere recuperar algo de confianza en esa mitad del país que no ha votado por él, y además en una comunidad internacional que va a ver con muy malos ojos que desde su inicio de gobierno un eventual presidente Castillo viole la constitución del país y trate de establecer aquí un régimen similar al que se ha dado en otros países sudamericanos ajeno a la democracia.
—Finalmente, ¿qué reflexión tiene sobre cómo nos encuentra el Bicentenario como país, como sociedad, en lo político, en lo social?
Evidentemente mucho menos bien de lo que uno quisiera. En Perú hace algunos era un país, casi el país vedette de la región, era el país en el que se fijaba todo el mundo, el país que parecía modélico en la región, había un crecimiento económico, había una expansión de la clase media, había una estabilidad democrática; y claramente en los últimos años eso se ha ido deteriorando por una serie de razones. La corrupción ha sido una de ellas y eso ha hecho que la fina imagen del país se deteriore también de una manera muy significativa. Entonces, llegar al Bicentenario en esas condiciones, lógicamente, no es algo que satisfaga y agrade a ningún peruano. Dicho esto, hay países que han salido de situaciones infinitamente peores, así que de que hay una salida, la hay. De eso no tengo ninguna duda. Ahora, hay ciertas condiciones que cumplir, una de ellas es el imperio de la legalidad, el imperio de la Constitución, otra de ellas es un tema de consensos elementales, y otro es que es muy importante que las políticas sociales del Perú son absolutamente indispensables, hay un sector de la población que la está pasando muy mal, se de dentro de un clima propicio para un aumento significativo de la inversión privada. Ir contra la inversión privada en un país donde hay un segmento tan grande peruanos están en la pobreza, sería verdaderamente un suicidio.