Para dirigir al país es preciso tener una visión clara, que pueda ser explicada, defendida y desarrollada con la convicción que da la fuerza de un ideal y el sostén de un pensamiento social. Comparto este ideal y este pensamiento con un grupo de estupendos profesionales peruanos, con quienes hemos trabajado por años para construir una sociedad justa, basada en valores y principios, con reglas claras, instituciones fuertes, competitiva frente al mundo y solidaria con todos, a partir de la protección de la dignidad de sus ciudadanos.
Apuntamos al pleno empleo como base del progreso. En ese sentido y partiendo de la defensa del medio ambiente, parte esencial de nuestro ideal, impulsaremos la minería, porque significa trabajo y desarrollo para miles de peruanos. Pero será responsabilidad del Estado asegurar que la actividad extractiva no contamine, reglamentando, fiscalizando y sancionando cuando haga falta.
Por lo mismo, fomentaremos la agroexportación, pero con un Estado presente, que cumpla su rol e impida que se abuse de los trabajadores. Reorganizaremos la Sunafil para que cumpla sus funciones y así se desarrolle el agro, recompensando dignamente al campesino.
A la par de estas dos actividades que han sido la base de nuestra economía en los últimos años, hemos identificado tres sectores que promoveremos por su capacidad para producir rápidamente muchos nuevos puestos de trabajo: el acuícola, el forestal y el turístico.
Por otro lado, es urgente desarrollar la educación, siempre postergada. Seremos muy agresivos en proyectos que cierren la brecha educativa, desarrollando internados y viviendas para los docentes rurales que eliminen el actual problema del tiempo perdido por la lejanía de los centros educativos. Será prioridad asegurar la interconectividad para igualar oportunidades. Y abriremos más colegios de alto rendimiento para impulsar al máximo el potencial de los alumnos.
Pero el énfasis lo pondremos en lograr que los jóvenes más calificados y con vocación abracen la carrera docente. Generaremos las condiciones remunerativas y de prestigio social para que ello ocurra.
Promoveremos la educación técnica para cubrir las necesidades laborales de los sectores indicados líneas arriba, abriremos academias preuniversitarias gratuitas, fortaleceremos la Sunedu y elevaremos el nivel de las universidades públicas, captando para su profesorado a los muchos jóvenes becados en el extranjero, a fin de que repliquen lo aprendido y estimulen la investigación.
Creemos en el deporte como el vehículo más importante para formar a nuestra niñez y juventud en valores. La práctica deportiva prepara para la vida, incorporando el elemento de una competitividad sana, esencial para el desarrollo. Por eso pondremos al joven peruano a hacer deporte como nunca antes se ha visto.
Pero toda esta visión es inútil si el Estado no vence a la delincuencia y la pandemia. Recuperaremos el principio de autoridad desde el primer día. Nosotros creemos en los héroes, por eso daremos a nuestra policía buena formación, equipamiento, remuneración y motivación. El Estado no los desamparará.
Formaremos un observatorio judicial para evidenciar a los jueces que liberan criminales y haremos que asaltantes y asesinos cumplan sus penas con el mayor rigor, sin miramientos para los extranjeros dedicados al delito. Y toda la planificación y ejecución de estrategias que prevengan, controlen y repriman la actividad delictiva se hará sobre la base de la información calificada del Consejo Nacional de Política Criminal.
En salud fortaleceremos la primera línea de contención, construyendo una red primaria equipada, que recupere la relación cercana entre médico y paciente y donde la educación, la prevención y la cura temprana reemplacen a la torpe estrategia hospitalaria que ha fracasado en el Perú.
Para todo lo anterior, la recuperación de valores es vital. Esa es la gran cruzada que el gobierno debe liderar. Soñamos con una sociedad donde busquemos nuestras coincidencias para sobre ellas construir, alejándonos de los extremos y poniendo al Perú en el centro. Hagámoslo juntos.
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