Se ha convocado elecciones generales, en un contexto de pandemia y profunda crisis política, económica, moral y un escenario de creciente inseguridad ciudadana. Esta situación limita las posibilidades de comunicación entre candidatos y electores, sumiendo al electorado en una ignorancia total de propuestas y hace de las elecciones un acto subjetivo y basado en lo que opinan los medios de comunicación de cada candidato.
La pandemia en el Perú ha dejado pérdidas económicas y gastos de miles de millones de soles y se han perdido 3 millones de empleos. La demanda de reactivación económica es urgente, el gobierno de Vizcarra ha invertido S/60 mil millones para auxiliar e impulsar al sector formal de la economía (que produce el 25% del empleo); pero la quiebra del sector informal no ha sido atendida. Allí hay millones de unidades productivas y 6 millones de empleos. Nuestra propuesta se orienta a reactivar este sector, con apoyo económico directo: financiamiento blando a través de Cofide; apoyo para transferencia tecnológica y acceso a los mercados a cambio de cumplir con formalizarse en el lapso de un año.
Nuestra propuesta es crear el Programa de promoción del trabajador independiente (PROTIP), asignando un fondo de financiamiento con un monto inicial de S/10 mil millones, asistencia técnica para la elaboración de planes de negocio, así como la mejora de sus procesos. De esta manera podrán hacer su gestión más eficiente y eficaz; y tener acceso a mercados garantizando la compra de sus productos a través de las diferentes entidades del Estado. El propósito de este programa es generar empleo para 3 millones de desocupados.
Está demostrado que el Perú pierde cada año S/20 mil millones como consecuencia de la corrupción en el Estado. Proponemos un severo plan anticorrupción: a) Sistema nacional integrado de gestión pública virtual-transparencia; b) Cero tolerancia y muerte civil para empleados públicos sentenciados por actos dolosos; y c) Vigilancia ciudadana de los procesos de adquisiciones y contrataciones del Estado.
La educación desde antes de la pandemia venía en crisis, el Perú se encontraba entre los últimos países en pruebas PISA. La pandemia exige entrar al sistema virtual de educación; urge mejorar la preparación de los maestros, la diversificación curricular y la redistribución de las cargas académicas de acuerdo a la realidad de cada región; la implementación tecnológica para educación virtual. Para esto hay que mejorar el presupuesto de la educación hasta un mínimo del 6% PBI.
La creciente inseguridad ciudadana no solo atenta contra la vida y la propiedad de las personas, sino que es un freno para la reactivación de la economía, por lo que requiere especial atención: incremento de presupuesto, mejor capacitación de los operadores de justicia, sanción ejemplar y expulsión del sistema a todo infractor, vigilancia ciudadana; expulsión de todos los extranjeros vinculados a actos delincuenciales.
La pandemia ha evidenciado un abandono y postergación de la salud en todo el país, una enorme brecha en infraestructura, equipamiento y personal profesional; con excesivo personal administrativo. Urge una reforma integral del sector salud, que mejore el sistema de recuperación de la salud implementando un sistema de cuidado y promoción de la salud. Es menos costoso cuidar a una persona sana que recuperar la salud de un enfermo.
Este es el año del bicentenario de la independencia; lo recibimos con profunda crisis política. Este período de gobierno (dos Congresos y cuatro presidentes) no es producto de malos congresistas, expresa el fracaso de un sistema poco democrático y presidencialista. La puerta está abierta y se repetirá si no tomamos decisiones de reformar el sistema político y ello requiere una reforma integral del sistema político de representación: verdaderos partidos; población informada y capacitada en derechos y responsabilidades; representantes elegidos en función de una propuesta y electores que evalúan y tengan capacidad de cambiar a sus representantes si no cumplen; limitar la inmunidad parlamentaria y tener electores con capacidad de revocar al presidente o los congresistas. Por eso, en Democracia Directa proponemos a los peruanos la reforma total de la Constitución a través de un mecanismo constitucional: el referéndum. Para ello, hemos recorrido el país recogiendo 2′400.000 firmas y tenemos un texto en borrador, que lo estamos discutiendo, recibiendo los aportes de la ciudadanía. Convocamos a todos los peruanos a ir a un referéndum constitucional ciudadano y aprobar la nueva Constitución Política que nos permita construir la República del Perú, con un régimen político de democracia total.
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