Alberto Fujimori es el único preso en el penal Barbadillo. El preso más caro del Perú, según José Luis Pérez Guadalupe, director del Instituto Nacional Penitenciario (INPE), es custodiado por 17 policías, cuando lo habitual es un policía por cada nueve reclusos.
Desde su cárcel de 800 metros cuadrados, con taller de pintura, sala de visitas, cocina y atención médica permanente, Fujimori publicó en su cuenta de Twitter una carta donde acusó al gobierno de no seguir las recomendaciones médicas.
Un derrame cerebral de Fujimori lo dejaría inválido y sin habla. Es la mejor manera de silenciarlo, tuiteó el ex mandatario en tercera persona.
A los pocos días concedió dos entrevistas telefónicas no autorizadas en las que parecía un político en campaña. Criticó al gobierno e insistió en su inocencia, a pesar de que cumple una pena de 25 años por crímenes de lesa humanidad.
También tiene un juicio pendiente: el caso Diarios Chicha, donde se lo acusa de participar en el desvío de fondos de las Fuerzas Armadas para el soborno de periódicos sensacionalistas durante la campaña electoral de 2000.
Pérez Guadalupe, tras aclarar que para un reo el teléfono no es un derecho constitucional sino una medida para favorecer las comunicaciones familiares, ha declarado a Fujimori en rebeldía total por insistir con las llamadas a la prensa y ha suspendido indefinidamente el teléfono público al que tenía acceso.
EN PIJAMA AL TRIBUNAL ¿Qué le pasa a Fujimori? Además de las llamadas telefónicas, en las audiencias por el caso Diarios Chicha el ex presidente suele aparecer casi en pijama, despeinado y, en una ocasión, con un tensiómetro en la mano.
En otra audiencia se mostró más bien colérico y lleno de energía, al igual que cuando fue grabado mientras reñía a una enfermera que no permitía el acceso al hospital de congresistas que venían a visitarlo.
El año pasado, como argumento para conseguir un indulto que luego no le fue concedido, se habló de un cáncer de la lengua. Ahora, su abogado, William Paco Castillo Dávila, afirma que padece una cardiopatía y depresión severa.
Sin embargo, en una reciente entrevista en la televisión y para espantar la posibilidad de un indulto por enfermedad, el presidente Ollanta Humala dijo que se alegraba de ver que Fujimori goza de buena salud.
DE VUELTA AL RUEDO POLÍTICO Este mes se cumplieron 13 años desde la renuncia de Fujimori a la presidencia, hecha vía fax desde Japón.
Y el comportamiento actual del ex presidente recuerda a los peruanos las campañas que durante esa época y los diez años anteriores (1990-2000) contribuyeron a exaltar la imagen del gobierno y desprestigiar a quienes se opusieran a sus ideas y métodos.
Con la ayuda del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), bajo la dirección del asesor presidencial Vladimiro Montesinos, se construyó una plataforma para atacar a opositores y exaltar la imagen de Fujimori. Los diarios sensacionalistas, la llamada prensa chicha por la que hoy tiene un juicio pendiente, fueron clave durante estos años.
Para el analista político Santiago Pedraglio, Fujimori requiere seguir presionando sobre el gobierno y la opinión pública en favor de su amnistía o de una detención domiciliaria.
Sin duda quiere además mantener su vigencia como líder político nacional, le dijo a BBC Mundo.
Muchos consideran que Fujimori busca ahora la atención mediática y la compasión social para salir de la cárcel. Incluso pese a que está en una prisión individual con más comodidades que otros reos.
Pero desde un arresto domiciliario podría tener más presencia en la campaña a las elecciones presidenciales de 2016 de su hija Keiko, cuya aprobación ha caído del 41 al 32% en las últimas semanas.
El histrionismo de su padre y el recuerdo de los métodos empleados para su propaganda podrían haber dañado la imagen de la candidata. Pero todavía tiene tiempo y 36 congresistas de un total de 150 –entre ellos, su hermano Kenji- que le otorgan una gran fuerza política.
PATEAR A FUJIMORI Para lograr su cometido de ver la campaña de cerca, así como otros beneficios asociados al cumplimiento de la condena fuera de la cárcel, la defensa del ex mandatario lleva adelante una campaña sin pausa.
Desde agosto de 2013, William Paco Castillo Dávila es el nuevo abogado encargado de representar a Fujimori, que ya ha formalizado un nuevo pedido de arresto domiciliario.
En declaraciones a BBC Mundo, Castillo denuncia que el trato que recibe Fujimori en la cárcel es inhumano, vejatorio, humillante e intenta disminuir y socavar la moral de un preso.
Eso constituye delito de tortura. Se está torturando a un prisionero, expuso el abogado.
Castillo fue destituido como vocal superior de la Corte por el Consejo Nacional de la Magistratura (CNM) por un supuesto caso de corrupción. Él se considera inocente. Y también considera inocente a su cliente.
El deporte nacional que practican los políticos es patear a Fujimori, argumenta.
Aunque en octubre pasado el juez Segundo Morales Parraguez declaró infundado el pedido de arresto domiciliario, Castillo Dávila mantiene firme su intención de sacarlo de la cárcel.
Vamos a luchar por el arresto porque es la única luz que se nos presenta. Al indulto no le veo ninguna opción. El presidente (Ollanta Humala) es un enemigo político.