Carmen Masías volvió a ser designada presidenta ejecutiva de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida) en setiembre pasado. En su segundo período al frente de la institución, la psicóloga dice que buscará una mejor articulación de los componentes de la lucha antidrogas. Reconoce que se ha avanzando poco, pero considera que la labor puede potenciarse.
¿Por qué hay tanta resiembra de cultivos de coca?Porque no se da desarrollo cuando se erradica. Si se erradican casi 36.000 hectáreas, como el año pasado, y no das desarrollo, la gente vuelve a sembrar coca. Debe sensibilizarse a la gente y darle oportunidades. Y las oportunidades son de plazo inmediato. No puedes dejar en el aire a la persona que ha sembrado coca. Debes ofrecerle algo. Además, debe trabajarse en el cambio de actitudes, mentalidades y comportamientos. Un trabajo a mediano y largo plazo también es cambiar la mentalidad de lo ilegal a lo legal.
¿Por qué en el Alto Huallaga funciona la estrategia y en otras zonas no?En primer lugar, hay hasta 14 cuencas cocaleras y solo se ha trabajado en 3 o 4. Lo del Monzón [en el Huallaga] funciona porque hubo un plan y se negoció con los líderes, porque la policía hizo lo que debía hacer [operación Eclipse] y porque el plan se cumplió estrictamente. Lo que hicimos fue comenzar a recobrar la confianza de la gente.
El presupuesto de la lucha antidrogas fue de unos S/1.000 millones en el 2015. Se invierte mucho dinero, ¿pero realmente se avanza?Creo que sí, pero no lo que se podría avanzar. Vuelvo al balance entre erradicación y desarrollo, que es lo que vemos más. Se avanzaría mucho más si articulásemos más, si hubiese menos corrupción, porque la hay. En los dos últimos años no se avanzó mucho porque hubo la famosa reconversión agrícola en el Vraem, que no funcionó. Se pagaba 650 soles a los productores. Por supuesto, ellos encantados porque incluso sembraban coca para recibir el dinero. No había control o el monitoreo necesario. Cuando la gente dice que no se avanza, tiene razón. No se avanza como podría avanzarse, sin dejar de pensar que este es un proceso a largo aliento. Es un tema muy complejo.
Un problema en la lucha antidrogas es que no se marcha al ritmo del negocio del narcotráfico.Así es. Por eso debemos articular y tecnificarnos. Debemos tener una tecnología muy sofisticada para, por ejemplo, detectar el lavado de activos, la trazabilidad de la droga de aeropuerto en aeropuerto. Hemos firmado convenios, hemos avanzado mucho, hay gente más entrenada. Se debe tener una Policía realmente oleada y sacramentada, de élite, muy bien pagada que sea mucho menos vulnerable a la corrupción.
En el Vraem, el mando lo tienen los militares.Hasta ahora. El presidente encargó al ministro de Defensa [que se haga cargo de la lucha antidrogas en la zona].
En los últimos meses del gobierno anterior se dio el mando a la Policía.En realidad, en el gobierno anterior, que es lo que podemos evaluar, no hubo realmente un plan de lucha contra el narcotráfico en el Vraem. El argumento era la lucha contra el terrorismo, pero uno se pregunta si habiendo 52 bases militares en el Vraem, y calculando que no debe haber más de 100 terroristas en el Vraem [vinculados al narcotráfico], por qué no se pudo [controlarlos] habiendo invertido 7.800 millones de soles. Eso es lo que se invirtió en el Vraem. Y en el Vraem tampoco nunca se ha erradicado.
¿Por qué se sigue sin erradicar en el Vraem?Esa fue una política del anterior gobierno, y hasta ahora no sabemos qué se va a decidir. No lo decidimos nosotros. Hasta ahora lo que sabemos es que el Ministerio de Defensa liderará la lucha antidrogas. El Vraem además debe verse como algo que no es un solo bloque, tiene varias regiones y situaciones.¿Quién debería tener el control de la lucha antidrogas en el Vraem? ¿Las FF.AA. o la Policía?Qué decidirá el presidente, no lo sé. Tenemos que seguir lo que él plantea. Sí puedo decir que la policía es la preparada para la lucha antidrogas.
Los militares están en el Vraem desde el 2007, ¿se justifica su presencia?Para nosotros, el plan Vraem anterior no ha tenido éxito porque, repito, si metes casi 8.000 millones de soles, si no logras capturar a los 80 a 100 terroristas, y si no tienes un plan claro de lucha contra el narcotráfico, no puedes tener éxito. Sobre la presencia de militares en el Vraem, consideramos que sí se justifica, pero desde otra dimensión: de seguridad y apoyo a la Policía en la lucha contra el narcotráfico.
Otro tema es que hay mucho secretismo en las cifras que se manejan del narcotráfico.Sí. Hay que sincerar las cifras.
¿Se va a hacer un nuevo mapa de zonas cocaleras?Tenemos un mapa. Habría que actualizar algunas rutas [y zonas] de sembríos.
¿Cuál es la idea para el plan 2017-2021 que están elaborando?Nosotros tenemos la suficiente humildad para decir que tenemos lecciones aprendidas. Una es el balance, que debe ser mejor entre desarrollo y erradicación. Creo que hemos logrado sensibilizar y tener un lenguaje común sobre eso. Esa es una lección aprendida. La otra cuestión que creemos es que, debido a que hay buenos aires entre empresa privada y Estado –se están planteando e instalando instrumentos como asociaciones público-privadas u obras por impuestos–, hay que incluir en la estrategia una asociación o articulación mayor con la empresa. Parte de los cambios o reforzamiento en la estrategia serán cómo mirar al Estado y a la empresa privada y cómo articular y poder potenciar cosas.Del anterior plan 2012-2016, casi todas las metas se han cumplido, pero igual la sensación es que no se avanza.A pesar de que las metas se cumplen, jamás vas a lograr que la gente tenga la sensación de que todo está bien porque no todo está bien. Ni a tapar el sol ni ocultar que hay cosas gravísimas relacionadas al narcotráfico y a la ilegalidad en general. Porque el narcotráfico se da de la mano con trata de personas, con la minería ilegal. En el caos es donde el crimen organizado más gana. La sensación de la gente frente a la inseguridad u otros problemas, es normal, es humana.
De los escenarios internacionales, ¿cuál preocupa más? ¿El acuerdo de paz de Colombia con las FARC?Más que hablar de afectar, tenemos que cambiar permanentemente ante nuevas coyunturas. Y lo digo porque nos importa tanto Colombia como otros países. Para mí, la cuestión ética y humanística es luchar con una responsabilidad compartida entre países. Incluso ese discurso de los países productores y consumidores, ya no va. Quien produce también consume y viceversa. El escenario con Colombia obviamente tiene aristas nuevas que hay que considerar, pero que deben tratarse en conjunto, con una visión común.
¿Y el gran consumo de cocaína de Brasil?Brasil es el segundo consumidor [del mundo] de cocaína y de pasta básica. Es una gran preocupación porque la pasta básica está muy ligada a la violencia. No podemos ocultar que la droga es una generadora de violencia, sobre todo las drogas cocaínicas.
¿El triunfo de Donald Trump puede afectar la lucha antidrogas?Es una incógnita. Considero que el Perú siempre ha tenido extraordinarias relaciones con Estados Unidos, al igual que con la Unión Europea. Pero para EE.UU. el narcotráfico es un problema importante. Eso es bueno. Además, EE.UU. tiene instituciones muy fuertes, que cualquier tendencia a salirse de los cánones democráticos, las instituciones van a actuar.
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Tras moción de censura: #JaimeSaavedra ratifica que no renunciará ► https://t.co/J0UYPSxtsY pic.twitter.com/viXaglVnDl— Política El Comercio (@Politica_ECpe) 9 de diciembre de 2016