La semana que concluye tiene un balance mixto para el Ejecutivo, con una inclinación hacia la derrota: se logra la confianza del Parlamento, con reservas, pero se confirma una baja más en el Gabinete, la décima desde que se inició la gestión del primer ministro Vicente Zeballos.
MIRA: Alejandro Neyra juró como ministro de Cultura en reemplazo de Sonia Guillén
Abre, además, lo que podría ser un flanco complicado de manejar para una gestión que –desde su nacimiento– ha procurado promocionarse como desprendida, austera, razonable. El lema “El Perú primero” quiso sintetizar tal perfil. Pero a estas alturas podría resultar una ironía.
El de Richard Cisneros –Richard Swing para los contratos– no parece un caso difícil de rastrear. A fin de cuentas, el trazo de una contratación estatal, con todos los defectos que pueda tener, es predecible. Si en el frente fiscalizador dentro y fuera del Ejecutivo y en la prensa especializada prima la voluntad real por esclarecer este caso (y otros similares), la sospecha sobre dispendio y favoritismo podría convertirse en el breve plazo en una penosa comprobación.
Ya el lunes 25 podía verse que no sería una semana fácil para la gestión del presidente Martín Vizcarra. Aquella tarde, se le vio incómodo e impaciente, en una alocución que duró cerca de 90 minutos, pero que bien pudo resumirse en los minutos iniciales, cuando el mandatario se refirió a su confusa presentación del viernes 22.
“Yo pido disculpas si es que la explicación no fue del todo clara”, dijo al inicio de la conferencia Vizcarra, para luego perderse en vacías y gastadas palabras y cifras, que convertían un espacio que antes fue de cercanía en uno en el que primaba el ánimo burocrático. Sus ministros, para los que el tiempo en medio de la pandemia resulta un recurso valiosísimo, debían acompañar el ocioso ejercicio.
Los largos minutos abrieron espacio para la incómoda e ineludible pregunta sobre Cisneros, una persona de dudoso talento e incomparable fortuna que logró contratos con el Ministerio de Cultura por 175 mil soles, durante seis gestiones ministeriales en dicho sector.
MIRA: Sonia Guillén: la décima renuncia ministerial desde la disolución del anterior Congreso
La respuesta, dada entre titubeos, duró solo algo más de un minuto. Pero dará que hablar por varios días. “Como muchas personas del entorno de la campaña electoral [de PPK en el 2016], él colaboraba y participaba y ahí seguramente, esa relación le ha permitido que también tenga una participación en algún nivel del Gobierno”, dijo Vizcarra, refiriéndose a “un señor”, como si quisiera resaltar una pretendida distancia.
Así, y honrando el término que desde hace algunos años se usa en el mundo de la administración para referirse al trabajador, Cisneros se ha convertido para la oposición a Vizcarra en el colaborador del mes. ¿Será pronto un colaborador eficaz?