“Es tan importante darle hoy la bienvenida a esta casa para que nos renueve nuestra fe, no por treinta años, porque no quiero esperar treinta años, pero por ahora esperamos que nos dé un empujón hacia la paz y el diálogo”, le dijo este viernes el presidente de la República, Pedro Pablo Kuczynski (PPK), al papa Francisco durante la ceremonia de recibimiento al Sumo Pontífice en el Patio de Honor de Palacio de Gobierno.
“Estamos unidos por la esperanza, ese es el lema de su visita, unidos en una visión de progreso, de revolución social, y unidos en la esperanza de que con fe llegaremos, con diálogo sí llegaremos, con el mensaje de Francisco sí llegaremos”, remarcó el mandatario.
En su discurso, el jefe del Estado le señaló al Santo Padre que hoy, durante su visita a Puerto Maldonado,“pudo ver una partecita de la amazonía que es una gran planicie”, aunque “uno sube al cerro y llega a la tierra de los mil valles, el que está en un valle no sabe lo que hay en el otro, por eso el Perú ha sido un país cuya historia es la integración y la pugna por unirse en un solo país”.
Del mismo modo, PPK recordó las dos visitas al Perú efectuadas por Juan Pablo II en la década de 1980. Según recordó Kuczynski, esta fue una época muy difícil para el Perú pues “floreció” el terrorismo, la hiperinflación y otras males.
“Fue una época de transición. Ahora, treinta años después, tenemos que recordar lo que han pasado en esas tres décadas. En esas tres décadas se han ido cicatrizando las heridas del pasado pero es un proceso que no es nada fácil. Es un proceso que está en plena marcha y que esperamos que cada día se culmine aún más”, señaló.
En otro momento, el mandatario dijo que se tienen que acelerar ciertas etapas ya que para progresar no solo necesitamos del crecimiento económico “que nos da el financiamiento”, sino también de “la revolución social en salud, educación, vivienda, pero sobre todo en que la población sienta que sus aspiraciones puedan ser obtenidas en su vida, no en otra”.
Tras los discursos de PPK y del papa Francisco, ambos ingresaron a Palacio de Gobierno para sostener una reunión privada.
Al culminar la cita, el máximo representante de la Iglesia Católica se dirigió a la Iglesia de San Pedro, en el Centro de Lima, para sostener un encuentro privado con miembros de la Compañía de Jesús.
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