Si bien se trata de una fecha de celebración, el aniversario de Lima es también un momento para pensar en su futuro. Pero qué implica ser una ‘smart city‘ y cómo puede lograrse.
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“Las ‘smart cities’ se caracterizan por usar recursos de manera eficiente”, señala Giancarlo Flores, director de la carrera de Ingeniería Civil de UTEC. Por ejemplo, vías y carreteras diseñadas para optimizar el transporte de personas y recursos, y no de vehículos privados; o edificios con certificaciones de sostenibilidad ambiental y energética, son algunos de los aspectos que se toman en cuenta, explica el especialista.
En esa línea, el ingeniero pone en discusión algunos de los principales ámbitos en los que podría mejorar Lima si invierte en tecnología inteligente.
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Transporte. Una de las medidas más inmediatas a tomar en Lima sería el uso de tarjetas inteligentes para el transporte público, con las que se podría cobrar tarifas diferenciadas por distancia y horario. Esto permitiría entender mejor los patrones de movilidad de las personas. Con esta información, se podría optimizar las soluciones de transporte, como el uso de buses de larga distancia o líneas de trenes que lleguen hasta las zonas de mayor demanda. Esta optimización aliviaría el tránsito, reduciría los altos niveles de contaminación y reduciría la inseguridad en áreas que tuvieran mejor acceso al transporte.
Gestión. El transporte no se encuentra aislado en la ciudad. Necesita también un sistema integrado, con control permanente y automatizado, del número de pasajeros en cada modo de transporte, con manejo de sistemas de semáforo y de acceso a ciertas partes de la ciudad. Todo esto permitiría volver más eficiente este sistema de transporte y, con ello, reducir el tiempo que las personas pasan cada día llegando a sus destinos o permitiéndoles llegar más lejos en el mismo tiempo, mejorando su calidad de vida.
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Seguridad ciudadana. La ciudad necesita establecer puntos clave para la instalación de sensores o cámaras que permitan medir la densidad peatonal en distintas áreas de la ciudad. Así se optimizaría el uso de energía al incrementar automáticamente los niveles de iluminación solo donde hay personas circulando y reduciéndolo donde no hay peatones. De esta manera, no solo se ahorraría en uso de energía, sino que mejorarían los niveles de seguridad en zonas en las que transitan personas.
Planificación urbana. Una ‘smart city’ no es simplemente una ciudad llena de sensores. Es una ciudad diseñada para ser eficiente, en la que el empleo de sensores ayuda a optimizar esta eficiencia a lo largo del tiempo. Esto no quiere decir que solo ciudades nuevas puedan ser smart cities. Las ciudades existentes pueden transformarse en ellas si los cambios son realizados bajo una planificación adecuada.
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Resiliencia y sostenibilidad. La infraestructura tiene que ser mejor planificada. Las construcciones privadas necesitan de mejor normatividad que guíe a la aplicación de conceptos de eficiencia ambiental y energética, lo cual impulsará el diseño de edificios inteligentes o la adaptación de los actuales con la instalación de sensores y controles automáticos de energía. Por su parte, la infraestructura pública, debe readaptarse para hacer un uso más eficiente de recursos: energía eléctrica, agua, conexiones de internet que hagan todas las conexiones necesarias posibles, etc.