Cuántas veces hemos escuchado cuando inicia el mes de diciembre que “ya se acerca la Navidad” y que esta celebración “es de los niños”, aún cuando personas de todas las edades y generaciones, entre jóvenes, adultos y adultos mayores, también esperan con ansias este momento del año para compartir con sus seres queridos, renovar sus propósitos para mejorar cada día y hasta perdonar las ofensas.
Lo que sí es innegable es que, efectivamente, los niños son los principales protagonistas de esta emblemática festividad, que según la tradición cristiana, se refiere al nacimiento de Jesucristo, el hijo de Dios, nacido del seno de la Virgen María por obra del Espíritu Santo.
En el Perú y en otros países donde se celebra la Navidad es común que las familias se reúnan para cenar, compartir vivencias y recibir en oración la llegada del niño Jesús. Y, claro está, entregarse regalos es una añeja costumbre que sobrevive hasta el día de hoy, siendo los pequeños de la casa los más entusiastas al momento de recibir un obsequio navideño.
Sin embargo, especialistas - entre educadores y psicólogos - advierten que, si bien darle regalos a un niño no tiene nada de malo y hasta puede resultar estimulante para ellos, los padres de familia deben saber poner límites para no llegar al extremo de abrumar a sus hijos con tantos bienes materiales. Esto último es lo que se define como el síndrome del “niño hiperregalado”.
El Comercio conversó con Giannina Valdivia, consultora, especialista en desarrollo personal y educación emocional, quien explicó que este síndrome se da porque en los últimos años el consumismo “ha hecho que perdamos la visión de lo que significa la Navidad y los niños solamente la relacionan con regalos y más regalos”.
“Cuando se dice hiperregalado estamos hablando de más de cinco regalos y no solo se da en Navidad sino también puede ser en otras fechas como un cumpleaños o un bautizo. Y pasa que cuando saludas al niño, ya él ni siquiera te saluda, solamente ve lo que le has traído”, indicó.
“En el caso del síndrome les estamos enseñando a nuestros hijos de que valemos lo que tenemos, entonces, lo que recibimos. ¿Qué pasa cuando el niño recibe tanto? Pierde la ilusión, luego experimenta falta de gratitud porque simplemente es como una raya más al tigre”, añadió.
¿Cómo evitar esta situación?
La especialista recomendó a los padres de familia que expliquen a sus hijos que el significado de la Navidad es el nacimiento de Jesús, y también pueden animar a sus niños a participar en actividades solidarias para compartir sus juguetes con otros menores que los necesiten.
“No hay que regalar lo que nos sobra, sino darle otro uso a los juguetes. Hay muchos padres que guardan los regalos que sus hijos reciben y les dan solo unos pocos. Si tienes 20 carritos, guarda 10 y después de dos semanas se los das y ellos se van a sorprender. De eso se trata el síndrome del niño hiperregalado, lo abrumamos con tantos regalos que él ya no sabe cómo actuar y a veces exigen. Todo es responsabilidad de los adultos”, mencionó.
Giannina Valdivia consideró que una buena idea de regalo sería un juego de mesa para que el niño pueda interactuar con sus familiares o amigos, o un viaje para pasar tiempo de calidad y experimentar vivencias significativas.
“Hay que hacerle entender que, por ejemplo, no necesita de un quinto pantalón jean si ya tiene cuatro. Esta es una buena oportunidad para enseñarle a ellos el valor del ahorro y hablar incluso de finanzas. De esta experiencia se puede sacar provecho de muchas maneras, pero siempre se tiene que dar prioridad a los valores”, finalizó.
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