“Venganza”: el insostenible thriller de Liam Neeson que, 4 años después, remece Netflix

La noche en que el operario de la única máquina quitanieves del poblado ficticio de Kehoe, en Denver, Nels Coxman (Liam Neeson), es reconocido como el ‘ciudadano del año’, su hijo Kyle (Michaél Neeson) es raptado, golpeado y drogado mortalmente por sicarios, quienes también agredieron al compañero con el que trabaja como operador de carga en el aeropuerto local.

Hasta aquí hemos contado los primeros segundos de “Venganza” o también “Venganza bajo cero” (“Cold Pursuit”, por su nombre en inglés), una adaptación de una película noruega “Uno tras otro” que protagonizara Stellan Skarsgard en 2014 y dirigiera Hans Petter Moland. El mismo director se encarga de adaptar en una versión americanizada esta comedia negra de dos horas de duración que arribó a cines en julio del 2019.

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En “Venganza”, Nels Coxman parece llevar una vida sin sobresaltos. Vive en una hermosa cabaña junto a su esposa Grace (interpretada por la talentosa Laura Dern) y por el ya mencionado Kyle. Precisamente el día en que secuestran a su hijo es la única vez que podemos verlos juntos en escena. Aunque parecen una familia corta, pero comprensiva, todo se rompe con la tragedia.

Kehoe, la ciudad ficticia donde ocurren los hechos, es un poblado pequeño cuya actividad esencial es el turismo vinculado a sus hermosas montañas tapadas de nieve durante todo el año. Lo reconoce así el único alguacil del lugar, John ‘Gil’ Gipsky (John Doman), quien acaba de recibir a una flamante compañera de trabajo de nombre Kim Dash (Emmy Rossum). Él, con sus años de experiencia en esta localidad, se hace de la vista gorda cuando ella le increpa por las ligerezas que se toman pobladores y turistas.

Ciertamente, Kehoe se parece a muchos poblados que, en nombre del turismo y de las divisas que este genera, no rechazan la comisión de delitos, el consumo de drogas, o cosas peores. Sin embargo, hay algo que sí agrava las cosas en esta localidad ubicada en Denver: la existencia de una terrible guerra de mafias vinculadas al tráfico de todo tipo de drogas.

En esta línea, “Venganza” no escatima en presentarnos variopintos villanos. Todos en su mayoría encabezados por dos cabecillas. El primero es un millonario traficante identificado como el ‘Vikingo’ Trevor Calcote (Tom Bateman), un cretino obsesionado por la alimentación saludable que tiene un permanente conflicto con su esposa, Aya (Julia Jones), por la tenencia de su único hijo Ryan (Michael Holmes). Y el segundo es aún más extravagante. Hablamos de Toro Blanco (Tom Jackson), una especie de líder de una comunidad india que aprovecha su poder para –apoyado de su séquito de lugartenientes-- hacerle frente al ‘Vikingo’ arriba descrito.

En cuanto a la parrilla de personajes, “Venganza” parece planteada de forma correcta. Tenemos una guerra de mafias que se da lugar en un apacible territorio donde nadie parece querer problemas. Basta con mirar al alguacil Gil Gipsky, quien cuando su compañera Kim intenta empezar a poner orden entre tanto descuido, no oculta su incomodidad. No se trata de un oficial corrupto, sino más bien deliberadamente descuidado.

Esta falsa idea de tranquilidad que recae sobre Kehoe se rompe precisamente la noche en que raptan para golpear y drogar mortalmente a Kyle. Es a partir de aquí que la cinta toma cuerpo y se devela como una comedia negra en la que cada una de las víctimas de Coxman –un padre con poderes asesinos desconocidos—serán contadas en pantalla (nombre, apelativo y cruz funeraria).

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Tal vez porque conoce el pueblo tanto como nadie, este operario de una máquina quitanieves se da el lujo de matar a los sicarios del ‘Vikingo’ uno a uno sin que muchos se percaten de su responsabilidad. Cuando decide ir donde su hermano a contarle su plan para vengar la muerte de su hijo, este primero intenta advertirle, pero pronto desiste al ver su sed de venganza.

La gran mayoría de elementos que van adornando esta travesía siniestra a cargo de Coxman resulta en extremo caricaturizada. El temible ‘Vikingo’ pasa de molestarse porque a su hijo le dan un sándwich con ingredientes no saludables hasta ser sometido por su esposa frente a sus sicarios, pasando por matar en su sala al tipo que Coxman pagó para que lo mate. Efectivamente, muchas de las situaciones que vemos en pantalla resultan esencialmente contradictorias.

Cabezas enviadas como trofeo, la posibilidad de matar gente, envolverla en rejillas y lanzarla al desfiladero sin que nadie se percate, la asiática esposa del hermano de Coxman gritoneándoles en japonés a ambos para que “no se metan en problemas”, el Toro Blanco descubriendo que la ropa de indios que venden en las tiendas ha sido fabricada en China, o el propio Coxman preguntándole a sus víctimas quién fue el mejor mariscal de campo en la historia de la NFL, son una serie de elementos que ciertamente dan risa, pero por lo injustificables.

Si recurrimos al lado personal de nuestro protagonista, las cosas tampoco son mejores. Ahí pasamos de una familia sin aparentes problemas a otra que de pronto devela todas sus diferencias (Laura Dern golpeando a Liam Neeson al interior de su camioneta es tal vez el momento más dramático en las dos horas que dura la cinta. No hay más). Entonces, ya separado –e increíblemente sin dejar de lado su puesto como quitanieves local—Coxman parece tener más tiempo para seguir en su plan de venganza, uno a uno contra el Vikingo y su gente.

En cuanto a la dosis de acción y violencia, “Venganza” ciertamente sigue el patrón de algunas de las mejores películas de Liam Neeson desde aquella obra maestra del género titulada “Búsqueda implacable”. La cinta dirigida por Hans Petter Moland puede agruparse en la sección de historias en donde el irlandés (hoy con 70 años a cuestas) no es ni ha sido previamente un agente del orden. Por ello tal vez la forma rústica en la que va consiguiendo hacer realidad su plan siniestro.

Pero mientras el operario quita nieves aprovecha cualquier momento del día para acabar con los responsables de la muerte de su hijo Kyle (que se menciona poco o nada tras el suceso trágico inicial), la atención se la roban personajes más bien secundarios, como la detective Kim Dash, quien emplea sus habilidades para ir descubriendo el infierno que rodea Kehoe. Y aunque su superior le advierta que a veces es mejor no tocar mucho para evitar problemas, ella insiste e intenta llegar lo más cerca posible a la verdad.

“Venganza” no es la mejor película de Liam Neeson. Está plagada de incoherencias, elementos desordenados y personajes caricaturizados. La prestancia del actor irlandés y su legado en el cine de acción son los únicos elementos que justifican que haya vuelto a ser de lo más visto y comentado en streaming, pese a que se estrenó cuatro años atrás en cines.

Cosas del indescifrable algoritmo de Netflix.