A la diseñadora del vestuario de la película más glamorosa del 2021 no le gusta la ropa. De hecho, cada vez que puede, aclara que su labor no tiene nada que ver con la moda, sino con contar historias. Pero esta vez la historia tenía mucho que ver con la moda. Para “Cruella”, la película sobre los orígenes de una de sus más famosas villanas, Jenny Beavan tuvo que meterse en la mente de no solo una, sino dos diseñadoras de moda. Cruella, el personaje que esta vez interpreta Emma Stone, es una joven aspirante a diseñadora, y la baronesa Von Hellman, encarnada por Emma Thompson, es su gran inspiración, pero a la vez, su peor enemiga. La mejor arma que encontrará para enfrentarla será su creatividad, que en la película se traduce en un centenar de vestuarios alucinantes ideados por Beavan y su equipo.
Si bien Cruella de Vil quedó grabada en la memoria de la generación noventera con el rostro, voz y estilo de Glenn Close, Beavan dice que no tomó como referencia sus películas, sino que recordó su propia historia como una veinteañera en el Londres de los años 70, ciudad y década en las que se desarrolla la nueva trama.
En un diálogo por Zoom con medios latinoamericanos, entre los que estuvo Saltar Intro de El Comercio, Bevan dijo que también tomó algunos elementos de la cinta animada de “Los 101 dálmatas” (de 1961), pero para los personajes de Joel Fry y Paul Walter Hauser. “Jasper y Horace fueron dibujados de una forma tan bella y había algo en sus colores que quise llevar a los vestuarios de esta película. Por lo demás, solo quería estar segura de que, eventualmente, a la gente le pudiera parecer convincente que este personaje (la nueva Cruella de Vil) se podía convertir en Glenn Close, y creo que allí terminó toda mi influencia con las otras películas”, aseguró la diseñadora británica.
Una villana punk
Así como Stella (la joven que en la película se convertirá en Cruella), Beavan comenzó su carrera en los años 70 en el Reino Unido. En aquella época, la diseñadora, miembro de una familia de músicos, sabía que quería dedicarse al arte, pero su idea era diseñar escenarios para teatro. Cuando hubo necesidad de ‘cubrir’ a un vestuarista, el rumbo de su carrera cambió, pero -ya sea por los escenarios o los vestuarios- Beavan recordaba con mucha claridad el estilo setentero, y su memoria fue la brújula que dirigió su trabajo en “Cruella”.
“Yo estaba muy al tanto de lo que sucedía en ese momento, aunque debo confesar que no tenía especial interés en los abrigos”, bromea Beavan, que recuerda las “cosas extraordinarias y muy locas” que se podían hallar en el Kensington Market de Londres, allí donde merodeaban estrellas de la música británica como Freddie Mercury y figuras del movimiento punk.
Y el estilo punk está muy presente en los diseños de Beavan para “Cruella”: la diseñadora menciona la influencia de la alemana Nina Hagen y de la firma BodyMap.
Elementos militares, combinados con faldas y jeans, también propios de las tendencias de esa década, fueron parte de las piezas que Beavan y su equipo recolectaron en marcados vintage de Portobello para el vestuario del personaje de Emma Stone.
Pero como el némesis de Cruella, la baronesa Von Hellman, es un personaje muy diferente en estilo, Beavan también creó piezas de alta costura, muy influenciadas por diseñadores como Alexander McQueen y Christian Dior.
Beavan dice que Google fue una “herramienta fabulosa” para buena parte de su trabajo de investigación. “Empiezas una búsqueda y te crea caminos hacía muchas cosas. En mi caso, me llevó a looks muy interesantes. Pero debo reconocer que mi memoria ha sido muy fuerte y creo que supimos unir todo y atar cabos”, contó la diseñadora.
Carrera contra el tiempo
Fue en abril del 2019 que Jenny Beavan recibió una llamada del cineasta Craig Gillespie. Le contó que Disney estaba trabajando en una película sobre “Cruella”, que era muy probable que Emma Stone sea la protagonista y que la querían a ella como diseñadora. “Era un reto enorme. Creo que me tomé tres días para deliberar si aceptaba o no”, recuerda la británica, que dice que el principal problema que enfrentaron fue el tiempo.
“Originalmente nos dieron 10 semanas para la preparación. Ganamos 6 más porque Emma (Stone) tuvo una lesión en el hombro que requería reposo y que salvó nuestras vidas. Le agradecimos a diario por ello. Así que en total fueron 16 semanas de preproducción más 14 semanas de filmación”, dice Beavan, sacando cuentas. “Pero no es la primera vez que me dan grandes retos y poco tiempo. Digamos que es la historia de mi vida. Si no puedes encontrar a nadie más que lo haga, llama a Jenny”, añadió.
Con los tiempos ya establecidos, el equipo de diseño se trasladó a Los Ángeles, a la casa de Emma Stone, a donde Beavan llegó con 10 maletas llenas de piezas que creía que podían funcionar en el vestuario de la joven Cruella de Vil.
“Hicimos las pruebas y el tallaje en la cocina de su casa. Después de esa primera experiencia, salieron muchas ideas base para los looks. No usamos muchas de las piezas vintage que seleccionamos, pero nos inspiramos en ellas. Creo que ese día fue muy provechoso porque supimos qué funcionaría y qué no”, relata Beavan, que ya había trabajado con Emma Thompson, pero que conoció en esta película a Stone. “Nunca habíamos trabajado juntas, pero ahora sé que es un ser humano maravilloso. Además, su cuerpo se apropia y le da personalidad a todos los vestuarios que le des”, concluye la creativa.
Un vestido monumental
Desde que se estrenó el tráiler de la película y se publicaron algunas imágenes promocionales de la cinta, el vestido que lleva Cruella cuando interviene en una de las galas de la baronesa Von Hellman y se monta sobre un carro ante el asombro de la prensa es el que más ha llamado la atención, y Beavan considera que fue uno de los más complejos de elaborar.
“Fue todo un reto porque el vestido tenía que ser lo suficientemente ligero como para que Emma pudiera caminar con él hacía el auto, pero también lo suficientemente pesado para hacer giros y cubrir el vehículo con él. Y todo esto mientras se veía suntuoso. Hicimos muchas variantes antes de conseguir la fórmula final”, explica la diseñadora sobre la elaboración que se hizo con muchos metros de organza y zurciendo pétalos de rosa de manera manual.
“No había otra forma de hacerlo. Había días en los que podías ver a los miembros del equipo agrupados todos en una mesa dando de puntadas en el vestido”, dice Beavan, que recuerda que sus diseños se pudieron hacer realidad gracias al trabajo de confección liderado por Jane Knorr (a cargo de los vestuarios de la Baronesa), Don Miyong (a cargo principalmente de los sastres que se ven en la película), Custom Fletcher (que interviene en los vestidos “más construccionistas”), Jeff Slack (responsable de los accesorios) e Ian Wallace, las manos detrás de otro vestido que esperar trascender en el tiempo: un vestido rojo que aparece tras un efecto de fuego.
“Ese vestido rojo lo encontramos en una tienda de Beverly Hills y lo compramos muy barato, solo para probar. Era un color realmente genial, y ella se veía tan maravillosa que pensé que podría funcionar. En la historia, Cruella crea este vestido en base a uno de los de la Baronesa que ha visto en una tienda, y decide usarlo para ir a una gala de temática blanco y negro. Cruella tenía que sobresalir y la elección de ese color para mí siempre iba a ser el rojo, porque además es un color que va perfecto con este personaje”, explica Beavan.
Las pieles de Cruella
Hay muchas razones por las que Cruella de Vil es una de las mayores villanas de Disney, pero la principal es porque está obsesionada con las pieles al punto de que no tiene problemas en usar 101 dálmatas para hacer un saco. Pero en esta película se plantea un arco para esa parte de la historia de Cruella y se propone una ética para su diseño.
La ética en el diseño también es parte de la filosofía de Beavan, que llevó un pin de PETA el día que ganó el segundo Oscar de su carrera, pero considera que hay un dilema moral en el uso de pieles y cuero que ella misma cree es difícil de resolver.
“Usamos muy pocas pieles en ‘Cruella’ y las que usamos eran falsas. Pero hay un tema con las pieles sintéticas porque probablemente sean peores para el ambiente que las de verdad. La piel real algún día se romperá, pero la falsa es de plástico y contamina. Allí está el dilema”, le contó Beavan a El Comercio sobre la escena en la que el personaje de Emma Stone se hace pasar por rusa y viste pieles.
Pero la diseñadora, que explica que también fabricaron sus propias pieles falsas de dálmata con impresiones sobre terciopelo, dice ser consciente de la crueldad detrás de esta industria.
“El cuero es también un tema complejo porque, si vas a tener una industria cárnica, tendrás cuero, así que por qué no usarlo. De alguna manera, mi trabajo en ‘Mad Max’ me enseñó mucho a no desperdiciar nada, utilizas y reutilizas todo cuando no tienes nada. Mi problema con todo esto es con la cría intensiva de animales, la forma en la que se produce es horrible. La idea de una persona criando sus propios cerdos o ganado, dándoles el cuidado apropiado, matándolos para su propia alimentación y luego utilizando su piel para hacer otros productos está perfectamente bien par mí. Es la producción en masa, la crueldad que hay detrás y la forma en la que deshumaniza a quienes están involucrados, lo que realmente me molesta. Yo soy miembro de PETA, la organización de Personas por el Trato Ético de los Animales, y trato de no usar pieles reales, pero, como decía, el problema con las pieles falsas, que son realmente de muy buena calidad hoy en día, es que no se degradan”, concluyó Beavan, cuya ética del reciclaje se aplicó mucho en los diseños para “Cruella” y en el personaje, que también construye en base a material reutilizado.
Para divertirse
La historia de esta película fue escrita por Aline Brosh McKenna (de “El diablo viste a la moda”) y Kelly Marcel (de “Saving Mr. Banks”, inspirada en la creación de “Mary Poppins”), así que no es de extrañar que ya hayan muchas comparaciones en torno al ritmo que tuvo la cinta con Meryl Streep, otros clásicos de Disney y esta nueva producción.
Jenny Beavan, que ya vio la edición final en su calidad del miembro del equipo creativo, dice que, aunque su proyección no fue la más ideal (en una laptop), cree que el resultado es muy bueno. Y lo dice alguien que asegura no estar interesada en llevarse nada de las películas que trabaja más que buenos equipos humanos y la calidad de su trabajo: “Antes me gustaba llevarme un DVD de la película, pero ahora todo está en streaming. Amo mucho las prendas que hicimos par ‘Cruella’ y amo la película, sobre todo por la gente que la hizo, gente talentosa y que me dio mucho respaldo. Pero, personalmente, no tengo interés en quedarme con nada del vestuario. No, gracias. Creo que el resultado final de la película es muy entretenido y eso era realmente lo que queríamos lograr”.
Jenny Beavan se llevó el Oscar 2022 al Mejor diseño de vestuario por "Cruella". A sus 71 años, la diseñadora británica es una verdadera leyenda de Hollywood con once nominaciones previas y dos victorias con "A Room With A View" y "Mad Max: Fury Road".
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