Sujetado de un grillete electrónico que emite luces de tres colores, João Teixeira de Faria ostenta las fuerzas necesarias para repetir su inocencia. Tal vez el personaje les resulte algo más familiar si mencionamos que se trata de João de Deus, Juan de Dios o John of God, el polémico médium o curandero brasileño que fue denunciado por abusos sexuales cometidos contra al menos 330 mujeres. Su escalofriante historia ha vuelto a la palestra gracias a una docuserie estrenada en Netflix cuyo título es tan corto como contundente: “João de Deus: curandero y criminal”.
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Bajo la dirección de Mauricio Dias y Tatiana Villela, esta historia se divide en cuatro capítulos que repasan el surgimiento, auge y caída de un personaje que generó devoción en varios continentes. Tal vez la fuerza de ese sentimiento popular es solo comparable con el dolor que causó en sus víctimas, muchas de las cuales tienen la oportunidad de declarar para la citada producción.
Lo primero que habría que destacar de esta propuesta audiovisual es, sin lugar a dudas, su buena labor de investigación documental y audiovisual. En “Curandero y criminal” veremos, por ejemplo, el barrio dónde se formó João de niño, y escucharemos también algunos recuerdos y memorias de sus primeras amistades. También los creadores de esta docuserie muestran cómo es que el fenómeno del misticismo ganó peso en gran parte de Brasil.
La falta de médicos para un territorio sumamente extenso y poblado hizo que los curanderos se popularicen y multipliquen como un virus. Pero como dice una de las primeras entrevistadas en la docuserie, así como había algunos que tenían bien ganada su popularidad, otros eran vistos como simples charlatanes.
El punto es que en medio de esta situación surge ya en los años setenta João de Deus, un médium que ofrecía ser el nexo entre Dios y cualquier persona enferma. En una “casa” a la que poco a poco fueron llegando más personas, este ‘ente del creador’ construyó un verdadero imperio de la sanación. Fue tan así que llegaría incluso a recibir a personajes de la talla de Oprah Winfrey.
El ‘boca a boca’, los intermediarios y una población muy necesitada de ‘milagros’ hizo que João de Deus haga de su casa una especie de ‘complejo de la fe’ en el cual controlaba todo al milímetro. A este punto habría que mencionar que la docuserie toca de forma notable el nivel de mercantilismo que caracterizaba al médium brasileño. Aquel que llegaba a su ‘casa’ debía no solo vestir de blanco, sino además comprar la medicina que allí se vendía, o los rosarios, o demás productos que generaban millones de reales de ganancias para el anfitrión.
UN DEPREDADOR SIN ESCRÚPULOS
Hasta aquí “Curandero y criminal” es solo el repaso de un personaje que arrastró fama de curandero más allá del Brasil con suma rapidez. Pero hay una segunda parte en la que los rezos, las imposiciones de manos y las ‘operaciones a piel abierta’ pasan a un plano secundario.
Un programa de Rede Globo expone en prime time un contundente reportaje en el que varias mujeres afirman haber sido abusadas sexualmente por el mediático João de Deus. Como bien relatan ellas y luego analizan los fiscales y defensores sociales, el ‘modus operandi’ de este personaje habría consistido en aprovecharse de mujeres bellas y en estado de vulnerabilidad para desatar sus más bajas pasiones.
En la ‘casa’, ubicada en la localidad de Abadiânia, el curandero hacía pasar a aquellas damas –de toda edad—que captaban su atención. Si una tenía a su madre enferma de cáncer, este aprovechaba para decirle que “tenía que poner todo de su parte” para que esta se cure. Esto implicaba guardar silencio ante cualquier tipo de abuso.
El reportaje arriba citado hizo que las denuncias empiecen a caer a manera de bola de nieve. Decenas y luego centenares de mujeres, muchas incluso que llegaron de distintos países buscando ‘sanarse’, terminaron reconociendo en João de Deus a alguien que violentó su intimidad. De esta forma, la popularidad del personaje se vuelve un arma en contra y termina por hundir todo alrededor de su ‘casa’.
“Curandero y criminal” dedica gran parte de sus cuatro episodios a darle voz a las víctimas del médium. Aunque al inicio de cada capítulo se advierte de que los testimonios sobre violencia sexual pueden ser en extremo descarnados, la docuserie se convierte en un trago amargo que demuestra hasta dónde puede llegar la maldad en los seres humanos.
Desde el otro lado, la docuserie muestra también un pequeño universo formado al interior de la ‘casa’. ¿Cómo era posible que dentro de la oficina del ‘jefe’ ocurran atrocidades y todos aseguren desconocerlo? Aquí podemos dividir los testimonios en dos. El primer grupo conformado por gente que desde su admiración o agradecimiento a João de Deus aseguran simplemente “no haber visto nada”. Aquí se destaca el testimonio de uno de sus choferes, quien desde la honestidad rompe en llanto al ver cómo el ‘imperio’ alrededor suyo se desmoronó. Luego hay una asistente que también dice sentir pena por cómo ha terminado la ‘casa’ (de 3 mil personas pasaron a recibir 50 o 100 por día).
En segundo lugar, habría que hablar de aquellas personas que fueron cercanas a la ‘casa’, pero que por distintos motivos se abrieron paso. Aquí resalta un estadounidense que supo acompañar al médium varios años, aunque para la docuserie no duda en explicar una a una sus sospechas sobre la calidad moral del personaje.
EPÍLOGO: SENTENCIAS, CORONAVIRUS Y APELACIONES
Tras ser sometido a un proceso judicial, finalmente João de Deus sería condenado a prisión como responsable de varios abusos sexuales cometidos en su época de médium. Una corta etapa como prófugo de la justicia sería sucedida por una entrega que captó la atención de la prensa mundial. Recordemos que, por su fama como curandero, este anciano se dio el gusto de posar con personajes como Ronaldo Nazario, la ya mencionada Oprah Winfrey y hasta el expresidente peruano Alberto Fujimori Fujimori.
Aunque como efecto de la pandemia la condena al médium se vio alterada pues la justicia, accediendo a un pedido de los abogados del sentenciado, optó por enviarlo a cumplir arresto domiciliario para que este no corra riesgo de contraer coronavirus y, por su avanzada edad, fallezca en prisión.
“Todos los que predican la palabra de Dios terminan clavados en la cruz. ¿Por qué tenía que ser la excepción yo?”, asegura João de Deus en una sorpresiva aparición correspondiente al final de la docuserie. Ninguna pizca de admisión de los delitos, menos de arrepentimiento ni de disculpas hacia las 330 mujeres que se atrevieron a denunciarlo.
Por los aspectos ya expuestos, “João de Deus: curandero y criminal” es una docuserie clave para entender cómo la desasosiego que podemos atravesar en momentos de crisis son capaces de aumentar nuestro nivel de vulnerabilidad ante personas sin escrúpulos. Y la seriedad bajo la que es tratado un tema como la violencia sexual contra las mujeres en un país como Brasil, y en una región como Latinoamérica, solo ratifica la notable capacidad de sus directores.
EL DATO:
La fama de João Teixeira también lo volvió una celebridad en el Perú en 1991, cuando llegó desde Brasil, traído por el empresario de espectáculos Jonel Heredia, para realizar sus célebres sesiones espirituales y curaciones. A fines de abril, miles de personas hacían colas interminables para conseguir los ansiados ‘tickets’ para poder estar con el curandero.
LA FICHA:
Sinopsis: El médium João Teixeira de Faria cosecha fama internacional. Hasta que las sobrevivientes, los fiscales y la prensa revelan sus terribles abusos.
Plataforma: Netflix
Temporada: 1 (4 capítulos)
Duración: 1 hora por capítulo (aproximadamente)
Clasificación: +18.
Calificación: ★★★★★.
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