Sí, lo sabemos. El cine ya ha explorado cientos de veces la típica historia de un músico atormentado. Ya sea por su pasado, su vida amorosa, alguna adicción o por su música. Pero “Sound of Metal” nos presenta un escenario diferente e impactante, incluso para el menos asiduo a la música. Esta cinta, ganadora de dos Oscar 2021, fue bien recibida por la crítica y no por gusto. Por eso, te presentamos tres razones contundentes para no perdértela.
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El filme fue estrenado en el Festival Internacional de Cine de Toronto en 2019 y después lo agregaron al catálogo de Amazon Prime Video en 2020. La dirección está a cargo de Darius Marder, quien también colaboró con el guion. El protagonista de la historia es interpretado por Riz Ahmed, quien ha participado en filmes como “Rogue One: A Star Wars Story”, “Venom”, “The Sisters Brothers” y en la miniserie “The Night Of”, por la cual ganó un premio Primetime Emmy al mejor actor en una miniserie o telefilme. El elenco incluye a Olivia Cooke, Paul Raci, Mathieu Amalric y Lauren Ridloff.
Seguimos la historia de Ruben (Ahmed), un baterista que se encuentra realizando una gira junto a su novia Lou (Cooke), ya que conforman el dúo de metal Blackgammon. La vida de ambos parece ir bien pero, de un momento a otro, todo cambia. ¿La razón? Un día Ruben despierta y no puede oír bien.
Las luchas del protagonista
Si bien uno escucha el título de la película y asume que tratará sobre el género metal, este es un elemento complementario. Claro, es un elemento perfecto para mostrar el contraste entre sonido y silencio con el que juegan a lo largo de la historia. Es, en realidad, un retrato de cómo Ruben lidia con la perdida de la audición, algo que necesita para su carrera, que lo une a su pareja y que, seamos honestos, a cualquiera le costaría perder. ¿Se lo imaginan?
Tras lo ocurrido, visita a un médico, quien le realiza una prueba y determina que sólo puede oír entre un 20% y 30% y que, trágicamente, su audición seguirá deteriorándose rápidamente. Pero la actitud del protagonista parece reflejar que no comprende lo que esto implica, y solo busca la “solución”. El profesional le indica que existe la posibilidad de hacerse un implante coclear para corregirlo, pero es un procedimiento realmente caro y que no cubre el seguro médico.
En negación, trata de continuar con su vida y se prepara para un concierto que dará junto a Lou, pero inevitablemente se nota su carencia durante la presentación y recién ahí decide decirle la verdad a su compañera. No solo tiene que lidiar con el impacto que causa su diagnóstico, sino con el hecho de que es un adicto a la heroína en recuperación. Lleva cuatro años sin consumir, los mismos que lleva en una relación con Lou, pero su patrocinador teme que la situación lo desestabilice y lo regrese al mal camino.
Por esto, se le ofrece la opción de asistir a un centro de acompañamiento para personas con discapacidad auditiva que lidian con el abuso de sustancias. En un principio, se niega ya que este proceso lo debe llevar solo, pero Lou decide irse para darle la oportunidad de afrontar este reto. Lleno de dolor, dudas y una especie de negación de su realidad, Ruben emprende el camino para “aprender a ser sordo”, como indica Joe (Raci), su mentor.
Parece que solo aceptó la oportunidad porque Lou se fue, pero poco a poco vamos viendo cómo esta comunidad lo integra y él va aprendiendo. A través de su grupo de apoyo, las clases para aprender el lenguaje de señas y su puesto como un asistente en un salón de clases para niños con el mismo diagnóstico que él, descubre cómo han cambiado las cosas y lo que puede lograr.
Aceptémoslo, para nadie resultaría fácil adaptarse a este cambio. Pasa por la negación, la rabia, el dolor y la incertidumbre absoluta de qué será de él. La historia no busca proponerlo como un ejemplo de superación a seguir, ni exponerlo como el bueno o el malo. Es simplemente una persona que trata de seguir adelante, con sus aciertos y equivocaciones, con los momentos buenos y los malos.
Actuaciones de primera
En un principio la sinopsis de la cinta suena atractiva, pero tenía en mente la pregunta de si los actores darían la talla. Mis dudas se fueron por completo cuando vi la capacidad de Riz Ahmed para personificar al protagonista y entendí por qué fue nominado a Mejor Actor (aunque el trofeo se lo llevó Anthony Hopkins por “The Father”) en los premios de la Academia. En cada mirada, movimiento o expresión se nota su talento para tomar las emociones que se buscan expresar y hacerlas suyas. Uno cree en la frustración que muestra, se contagia de esa débil esperanza que le da a Lou cuando le dice que “todo va a estar bien” y que van a poder seguir con su carrera musical, y resulta inevitable no alegrarse con él cuando va aprendiendo el lenguaje de señas y comparte con los estudiantes momentos donde no parece importar su discapacidad.
Pero esta maestría de Ahmed no se muestra solo cuando hablamos de su relación con la sordera, sino también en sus vínculos con personajes como Lou y Joe. Con la primera, no se explora una relación que cae en los clichés románticos, sino que es un retrato honesto de cómo dos personas, cada quien con su historia y sus luchas, apuestan por una vida juntos. Los momentos de intimidad que vemos nos dan pistas del estrecho vínculo entre ambos. Aquí entra a tallar el trabajo de Olivia Cooke, que representa la parte externa de esta ecuación. La actriz logra plasmar el miedo y angustia de Lou al no saber cómo ayudar a su compañero y las dudas que surgen en el camino de si su decisión de irse fue la correcta o no.
Paul Raci, quien interpreta a Joe, es el complemento perfecto. Por un lado, tenemos al protagonista que va por la vida con este ritmo rápido, con una aparente obsesión por “volver a la normalidad”. Por otro, está el apacible Joe, quien trata de compartir su serenidad con el protagonista en diversos momentos y mostrarle las oportunidades que se esconden detrás de su diagnóstico. Raci le otorga esta calma necesaria a la cinta y qué mejor que él, hijo de padres sordos, para interpretar un papel que sirve de vínculo inicial entre Ruben y la comunidad de personas con discapacidad auditiva.
El sonido, o la falta de este
Siempre hablamos de las actuaciones, de la fotografía o de la trama para recomendar una película, pero a veces dejamos de lado el increíble trabajo que se hace con el sonido. Y “Sound of Metal” es un claro ejemplo, logrando el Oscar 2021 en la categoría Mejor Sonido. No solo vemos a Ruben pasar por esta pérdida de la audición, sino que la experimentamos con él.
El largometraje juega con los sonidos para mostrarnos cómo es que, probablemente, una persona va perdiendo este sentido. Por momentos escuchamos todo, desde el sonido de la licuadora hasta cómo se mueven las sábanas, pero por otro lado, nos quedamos en ese inquietante y desconocido silencio que afronta Ruben. Se juega con las frecuencias, algo que puede resultar casi molesto por momentos, pero que permite crear una sensación de ansiedad e incomodidad, perfecta para empatizar con el protagonista.
Esta no es una cinta que busca dar lecciones o inspirarnos a ser mejores, eso hay que tenerlo claro. “Sound of Metal” es una película que retrata una de las tantas formas en las que se afronta una discapacidad, sin caer en clichés ni un fatalismo de novela. Es un drama consistente y cautivante que vale la pena ver.
LA FICHA
- Sinopsis: La vida del baterista de una banda de heavy-metal cambia por completo cuando, súbitamente, pierde la audición.
- Director: Darius Marder.
- Género: Drama.
- Duración: 1 hora y 26 minutos
- Elenco: Riz Ahmed, Olivia Cooke, Paul Raci.
- Clasificación: +16 años (Perú)
- Año: 2020.
- Títulos similares: “Iconos del Rock”, “Evolución del Metal”.
Calificación de la autora: ★★★★.
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