Unas 40 mil entradas han sido adquiridas por peruanos, según cifras oficiales de la FIFA, para los partidos del Mundial. Esos son muchísimos compatriotas - de todos los rincones del planeta- alentando a la blanquirroja cada vez que salga a la cancha. También son un montón de peruanos en un mismo espacio. ¿Y de qué hablamos los peruanos cuando nos reunimos (si no es de fútbol), estimado lector? Pues de comida.
Dedicamos estas líneas a aclarar algunas dudas sobre lo poco que conocemos por estas costas sobre gastronomía rusa (ante todo sinceridad) y a brindar algunas alternativas para mantener el espíritu patriota bien alimentado.
Pedir una ensalada rusa en Rusia puede venir con factor sorpresa. El platillo original debe su nombre a Lucien Olivier, un cocinero belga instalado en Moscú a mediados del siglo XIX, quien hiciera popular una extravagante y no muy apetecible mezcla de carnes (de perdiz a cangrejo pasando por lengua de res; algunos historiadores también añaden langosta) con papas, pepinillos y aceitunas. Todo aderezado con una salsa a base de mayonesa y vinagre. Evidentemente, la receta de Olivier ha quedado en desuso. Hoy existen tantas versiones en el mundo como historias sobre su origen. Lo que las hermana a todas ellas es el uso, básicamente, de mayonesa y papa. En España la ensaladilla rusa lleva zanahorias, huevos, atún y aceitunas, por ejemplo.
Los peruanos preparamos la nuestra con betarraga, zanahorias, alverjas y vanitas. Curiosamente, se puede encontrar en Rusia y Ucrania una versión similar a la nuestra que prescinde de la mayonesa y se sazona solo con vinagre. La betarraga, además, es el ingrediente principal de uno de los platos bandera de la cocina rusa: la sopa Borsch, que también lleva carne molida, cebolla y zanahorias. Puede deducir que el platillo es de un fucsia intenso. La col es otro de los vegetales que más se usa en preparaciones típicas.
¿Nada más ruso que el vodka para brindar por los goles? Error. Rusia y Polinia vienen disputándose la denominación de origen del famoso destilado desde hace décadas. Debe saber también que no todo el vodka se elabora con papa: granos, cereales e incluso la propia uva sirven para la destilación. En las leyendas y el pasado culinario del país quedan el consumo de carnes de oso y reno. Hace rato que pollo, cerdo y pescados componen la dieta habitual. Con paciencia, la comida peruana también ha ido haciéndose un espacio. No son pocos los restaurantes repartidos por el territorio ruso que están dando a conocer lo mejor de nuestra cocina. De hecho, la Mesa de Lima, del huanuqueño Orlando Baldeón, es la favorita de Jefferson Farfán. 36 años atrás, ¿quién habría soñado con probar un cebiche en Moscú?