Para un fan de la música peruana, poder revisar los archivos del antiguo sello discográfico Iempsa, en Surco, es una experiencia que abruma. Uno sale embriagado de aquí ante tanta historia de nuestra música impresa en el óxido de fierro de estas viejas cintas magnéticas, los llamados masters, que es la representación más pura y fiel de la visión de un artista luego de dejar el estudio de grabación. Aquí están los masters de discos clásicos de Chabuca Granda, Embajadores Criollos, Óscar Avilés, Arturo Cavero, Los Morochucos y Los Belkings, entre miles. Nadie se ha tomado el trabajo de contarlos. Un estante en Iempsa, sin embargo, brilla con la luz especial de los tesoros encontrados. Es el que guarda los masters de los 22 álbumes y más de 60 singles que publicaron Los Destellos, el grupo más vendedor en la historia del sello. Acaso de la historia del Perú.
El dato lo brinda el mismo gerente de Iempsa, Juan Núñez, con más de 40 años en el negocio discográfico. “Los Destellos llegaron a vender un millón de discos por el 45 RPM de la canción Elsa, que hasta ahora se escucha y se baila en las fiestas. Por eso, al álbum que lanzaron después le pusieron El millón de Los Destellos. Ellos fueron una verdadera institución para Iempsa, dueño de una producción enorme. Nadie vendió más, no hubo quien se les pudiera comparar”, recuerda.
Sobre la importancia de Los Destellos baste anotar un dato sencillo e incontestable: son los padres de la cumbia peruana. El grupo fue fundado en Lima, en 1966, por el guitarrista Enrique Delgado, aquel que puso su nombre al lado del de Ludwig van Beethoven en una versión eléctrica de la inmortal Para Elisa. Delgado, que estudió en el Conservatorio, fue un visionario que popularizó el sonido afilado de la guitarra eléctrica en el contexto de un conjunto de cumbia. Al reemplazar la sección de vientos y el acordeón, tradicional en el género, por las cuerdas, señaló el punto de partida y el horizonte para lo que se vino a conocer después como cumbia peruana, junto con Manzanita, otro pionero de la cumbia local.
Delgado, y el no menos prodigioso Fernando Quiroz, un guitarrista rítmico importado de la escena rockera peruana de la época (Los Zanys), cimentarían un estilo que fue imitado por centenares de bandas que cambiaron las trompetas por guitarras Fender y efectos psicodélicos como la caja fuzz, sostiene Hugo Lévano, investigador de la música peruana que prepara un texto sobre Los Destellos. Algo que pocos saben, cuenta Lévano, es que Delgado fue el primero que sacó un tema de cumbia de onda selvática, antes que Juaneco y su Combo o Los Mirlos. “Siempre fue consciente de que estaba creando algo nuevo, que luego sería usado por bandas que llegaron un año después, como Los Orientales de Paramonga, Los Ecos, etc. Delgado fue el gran motor que movió todo eso que en el mundo conocen como cumbia peruana. Y cuentan que no se le vio nunca en una fiesta de cumbia. El era un apasionado de la música criolla”.
Los Destellos vuelven a brillarDesde que el renacer del vinilo y el boom de la cumbia peruana en Europa coincidieron, hemos visto salir reediciones en ese formato de algunas obras fundamentales del género, de Chacalón y la Nueva Crema, de Los Shapis, Los Mirlos, además de varios compilados. Los Destellos era un pendiente, que acaba de ser saldado con la reedición de su primer LP, que el próximo mes celebra sus bodas de oro. Junto a este se acaba de reeditar su segundo disco, En órbita (1969). Esto ha sido posible gracias a la alianza entre Iempsa –que no había vuelto a sacar vinilos desde que estos quedaron descontinuados en los años 80–, Discos Eternos y CAL Comunicaciones, dos socios que han sido pioneros en el relanzamiento de varios clásicos de la música peruana, en formato rey, como Arena Hash, Tierra Sur, Leusemia y Dolores Delirio, entre otros.
“Había una necesidad de reeditar estos discos de Los Destellos para acabar con la especulación, porque los originales de época son escasos, y por lo mismo hoy se cotizan a precios prohibitivos”, dice Juan Carlos Chiroque, de Discos Eternos. César Lau, de CAL, agrega que el momento es propicio por el gran interés que despierta la cumbia peruana fuera de las fronteras. Por lo mismo, conseguir el mejor sonido, con los estándares internacionales en reediciones históricas, los llevó a mejorar sus procesos de producción. Eso pasaba por encontrar las cintas master originales y buscar una mejor planta de prensado. Esta vez, los vinilos han sido mandados a hacer en la República Checa, en donde se facturan la mayor parte de vinilos en el mundo, con un sonido más natural y menos saturado que las ediciones de época, que abusaban de los brillos, dicen los productores. Este es el primer paso de una sociedad entre la dupla e Iempsa, que se avizora fructífera. Para fines de año anuncian que discos emblemas de Chabuca Granda, Óscar Avilés y el ‘Zambo’ Cavero volverían a ver la luz luego de años de descanso forzado. Archivo tienen, y de sobra. //