El monumento estaba muy descuidado. Las espadas de bronce de José Gálvez y de la escultura alegórica dedicada al Perú habían sido robadas. Y un caimán lucía la cola cercenada. Lo más probable es que la extrajeran para fundirla y rematarla. También había sido arrancada la corona de la alegoría de Ecuador. De la alegoría de Chile faltan las garras del cóndor y otros elementos como las pilastras estriadas de los relieves y placas.
“De las rejas de hierro se han robado muchas más piezas, como las dos puertas de ingreso donde se encontraba un escudo nacional, pináculos, hojas de palmas y laureles, y muchos elementos de forja que suman un aproximado de 350 piezas”, señala Carlos Saldarriaga, jefe de conservadores de Prolima.
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Él dirige un equipo de restauradores y escultores que desde hace cinco meses se dedica a rescatar un monumento que formó parte de un proyecto ambicioso para hacer de Lima una de las ciudades más bellas de Sudamérica.
Los daños no solo eran obra de los ladrones y de la falta de mantenimiento. Las pasadas de pintura de administraciones pretéritas habían sido tan torpes que se ocultaron varios detalles artísticos. Y las instalaciones eléctricas habían agujereado y cercenado el mármol.
Ahora, debajo de los andamios va resucitando el esplendor de una obra que fue realizada en París y que por su belleza fue expuesta en los Campos Elíseos de dicha ciudad antes de ser trasladada a Lima.
Los 26 de metros del Monumento del 2 de Mayo de 1874 representan definitivamente un hito para la ciudad, no solo por su envergadura sino por la majestad de sus materiales. Es uno de los más icónicos de la ciudad. Como refiere Luis Martín Bogdanovich, su erección marcó la idea de cómo tenía que crecer una ciudad que había derribado las murallas coloniales, a través de plazas circulares, como se estaban haciendo en Francia en ese mismo tiempo.
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Su ubicación fue clave para ir entendiendo la conformación de la ciudad luego de la caída de sus murallas en 1868.
“Nadie imaginaba que cuatro años después de su edificación se iba a declarar la guerra con Chile y se iba a extraer del Callao una de las piezas conformantes del monumento, que hoy se encuentra en Talca, que es la escultura de la Victoria. La escultura que tenemos hoy en día es otra, no es la original”, añade Bogdanovich, gerente de Prolima.
El monumento nació con la idea de representar la unidad internacional sudamericana y para defender un interés común: la soberanía de América del Sur.
La restauración del Monumento a la Victoria del 2 de Mayo es parte de la implementación del Plan Maestro que la Municipalidad de Lima ha puesto en marcha hace un año para la recuperación del Centro Histórico de la ciudad. //
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Los artistas encargados de la edificación del monumento fueron el arquitecto Edmundo Guillaume y el escultor León Cugnot.
Pedro Gálvez Egúsquiza, hermano del héroe del 2 de Mayo, fue encargado de trasladar el monumento al Perú.
A la fecha, Prolima ha entregado 20 esculturas restauradas y se está trabajando en la restauración de 19 monumentos, entre los que destaca el monumento conmemorativo al Combate del Dos de Mayo. Los conjuntos escultóricos fueron declarados Patrimonio Cultural de la Nación el 24 de abril del 2018.