A Giannina Honorio siempre le gustó todo lo relacionado a la salud. Decidió estudiar ingeniería industrial pero no se alejó de su pasión médica: en el trabajo veía desde temas de salud ocupacional hasta industrialización de productos naturales con propiedades medicinales. Incluso estudió una maestría en neurociencia en la Universidad Peruana Cayetano Heredia. La oportunidad de realizar un proyecto con mayor impacto social se da cuando conoce a la médica otorrinolaringóloga, Lisseth Anicama. En principio se centraron en rehabilitar a pacientes con tinnitus (comúnmente descrito como zumbido o silbido en los oídos). “Me llamó la atención que esta patología no tiene cura. Con un grupo de ingenieros buscamos desarrollar un equipo biomédico. Se incorporaron otorrinos, psicólogos, terapeutas del lenguaje. Así fuimos armando un equipo integral”.
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Es así como en 2015 nace Tinnitus Perú, un emprendiendo que busca mejorar la calidad de vida de los 232 176 personas con dificultad para oír, cifra que representa el 7,6 % de las personas con discapacidad en el país según el INEI. “Muchos de estos pacientes necesitan audífonos medicados, pero también nos dimos cuenta que, lamentablemente, a también hay muchos a los que no se les va a poder adaptar el audífono ya sea por tema económico o porque su pérdida auditiva es muy severa y profunda”. La solución está en el lenguaje de señas. “Nos dimos con la sorpresa de que menos de la mitad de las personas que tienen discapacidad auditiva saben y manejan el lenguaje de señas. Lo corroboramos inclusive con el mismo CONADIS. Es ahí que viene la idea de poder poner la tecnología al servicio de la sociedad: crear una aplicación de lenguaje de señas para que pudiera ayudarlos”.
La pandemia hizo que esta propuesta se vuelva cada vez más urgente. La situación de los pacientes con deficiencias auditivas se deterioró: si bien habían aprendido a leer los labios; con el uso de la mascarilla, no podían comunicarse. “Ellos dependen de algún familiar o persona que esté a su lado para que puedan comunicarse, pero si han sido internados [por covid-19], no tenían a nadie. Hubiera sido último tener un tractor de voz a texto y de texto a voz para que puedan comunicarse con el personal de salud”. Esa era una de las herramientas que sí o sí debía tener Yapaykuy (inclúyeme, en quechua), la primera app peruana gratuita para ayudar a personas con discapacidad auditiva, mudez total o parcial, disfemia y parálisis cerebral.
El desarrollo les tomó seis meses. Entre las funcionalidades está el sonómetro, para identificar peligros en lugares con ruido; diccionario para aprender lenguaje de señas (tanto para personas con discapacidad como familiares); chat especializado para voz y texto en tiempo real que permite tener una comunicación fluida con personas hablantes; micrófono de feedback para personas con disfemia o tartamudez; videollamadas con un asesor intérprete de lenguaje de señas peruanas para entrevistas de trabajo, por mencionar algunos.
Ganar el premio ‘Emprendedor 2021′, de Metro, les ha permitido invertir el monto significativo y así afinar algunas funcionalidades de la aplicación. “Estamos en desarrollo constante. También estamos priorizando funcionalidades porque no queremos que sea una aplicación muy pesada o difícil de usar. Como estamos piloteando con nuestros primeros usuarios, de esa forma vamos a poder a hacerla lo más ágil y lo más sencilla”. Esperan capacitar a más personas en el uso de esta herramienta y tener tutoriales para los primeros 50,000 usuarios. Está prevista a lanzarse el próximo mes. Podrá encontrar las buenas nuevas en el Facebook de Tinnitus Perú. //
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A TENER EN CUENTA
Cuando se habla de discapacidad auditiva, explica Giannina, se considera a las personas que nacen con esta patología, pero “no se incluye a las personas que lo van adquiriendo con la edad”. “Se toma como algo normal que una persona de la tercera edad no escucha bien, pero, en realidad, no lo es. Lo que se tiene que hacer en ese caso es adaptar un audífono medicado para que esa persona pueda ganar independencia, mejorar su estado de ánimo, se pueda comunicar mejor, ser parte de la familia, integrarse a la sociedad, poder hacer sus trámites con independencia. La clave es una adaptación de audífonos a edades tempranas o cuando las pérdidas auditivas recién están comenzando”. Le ha tocado presenciar situaciones en la que, por ejemplo, adultos mayores de 90 años han tenido problemas de audición desde los 70. “Ese paciente ha estado 20 años sin usar una prótesis auditiva y a ese punto, si le colocas una, el desempeño no va a ser el óptimo”.
La salud auditiva, vale recalcarlo, es superimportante. Lamentablemente vivimos en una de las ciudades más ruidosas del país. “Traten de cuidar la exposición al ruido que tienen, no pasar los 85 decibeles, que es cuando se genera el trauma acústico. Pongan mucha atención a los pacientes geriátricos que tienen en casa. Apoyarlos si ven que tienen alguna dificultad en la audición, con el uso de audífonos medicados. Eso va a cambiar la calidad de vida”. //