El doctor Pérez-Albela nos recibe en sus oficinas de San Isidro, y en menos de diez minutos ya se ha puesto de cabeza. “La primera vez que El Comercio me hizo una nota fue por los beneficios del plano inclinado, el año 1987″, recuerda mientras conversa patas arriba desde una especie de cama rotatoria que le permite que la sangre irrigue su cerebro y los huesos de su columna se estiren. Le decimos que queremos hacerle una nota no al doctor que da consejos sino al personaje, y acepta gustoso. Se vuelve a poner de pie.
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- Usted recomienda volver una vez al año al barrio donde se creció.
Es que en esta época cuántica, uno crea lo que cree. Deepak Chopra presentó un estudio con nonagenarios a los que se aplicó este consejo y en tres semanas habían rejuvenecido. La gratitud del barrio evita la decreptitud...
- ¿A qué barrio va usted?
A El Agustino. Ahí siempre están los vecinos, los amigos que te saludan. Sientes que viajas en el tiempo.
- ¿Cómo fue su infancia?
Éramos cinco hermanos y dos primos. Yo era el mayor y vendía frutas en el mercado, porque mi papá tenía un puesto allá. Él además era taxista y mi mamá costurera. Salíamos a La Parada a trabajar a las cuatro y media de la mañana. Vendíamos naranjas, más baratas que en la chacra. Me iba bien porque yo siempre he sido hablador. Tenía 12 años.
- ¿Y el deporte cómo llega a su vida? Porque usted fue campeón de atletismo.
Mi papá nos inculcó el deporte. En mi colegio, La Merced, estaba en la banda de músicos y en la selección de fútbol, porque siempre fui veloz. Mi entrenador me mandaba a correr al estadio, en quinto de secundaria, para entrenar y logré viajar nueve años con la selección. He ido a tres sudamericanos y dos bolivarianos. Pero lo más importante que nos enseñó mi papá fue el desapego. El apego surge del ego. La clave para la humanidad es el desapego. Uno no es dueño de nada, ni del cuerpo.
- ¿En qué momento de su vida se vuelca al misticismo oriental?
Cuando leí “Autobiografía de un yogui”, de Paramahansa Yogananda. Es un libro que yo receto. Para mí, unió a Occidente con Oriente y es lo que yo pretendo hacer con la medicina. Yo soy médico ‘chakaruna’, que quiere decir “puente” entre el médico y el curandero. La medicina es una sola. Lo que pasa es que los médicos oficiales, a los que me honro en pertenecer, le damos poca importancia a la tradición, a la medicina tradicional popular.
- Me llama la atención que sea un médico que no crea en fármacos...
Lo que digo es que hay un abuso de automedicación. Hay demasiada medicación para cosas que no son un problema. Hay muchos problemas de salud que solo son errores incluso de nutrición. Hay gente sobrealimentada pero mal nutrida. En esta pandemia, la gente ha muerto por enfermedades de la civilización: diabetes, hipertensión. La gente come demasiados productos animales...
- ¿Es usted vegetariano?
Hace años.
- ¿Siempre supo que quería ser médico?
Qué buena pregunta. Yo quería ser piloto de la fuerza aérea, pero por mis anteojos no me iban a dejar. Quise ser policía, para investigar cosas raras. Pero destaqué en deportes. Y después ya me interesé en la nutrición.
ENCUENTROS CERCANOS DEL TERCER TIPO
La conversación con el Dr. José Luis vuela libremente. En un rato puede estar hablando de sus recuerdos de televisión o sobre sus experiencias místicas o la importancia del magnesio, el mineral que tanto recomienda. Así, sin darnos cuenta, llegamos de pronto a un tema sensible. “Palacio de Gobierno es una geopatía, una casa patológica. Esto ponlo en el titular. Todo el que entra, envejece”. Pérez-Albela recuerda que alguna vez fue a curar a la entonces primera dama Susana Higuchi y la energía que percibió en el lugar le pareció “horrible”.
- ¿Me está diciendo que los presidentes se enferman por estar ahí?
Sí, ¿y sabes por qué? Porque el río Rímac pasa por abajo y se lleva la energía. El Perú va a salir adelante cuando nadie viva ahí. El único que se salvó, porque apenas tomaba lonche allá, fue el general Morales Bermúdez. Palacio es una geopatía. Hay casas que matan.
- Revisé su nuevo libro, “Somos energía”. Es la primera vez que leo un prólogo escrito por un extraterreste.
[Ríe]. Ah, sí: por Oxalc.
- ¿Quién es Oxalc? ¿Y cómo se vincula usted con el tema ovni?
Yo soy de la logia de los rosacruces desde los 21 años. Luego, fui parte de la Misión Rahma y hacíamos visitas a Chilca para hacer contacto. Nunca me voy a olvidar la vez que recibí mi primer mensaje de Oxalc, a través de una chiquita que era sensible. Era un mensaje de cumpleaños escrito. Lo leí en un parque, me acuerdo, y lloré tanto que mojé el papel. Lo firmaba Oxalc, jefe de la confederación de las galaxias en pro del amor universal. Parece fantasía, ¿no?
- Y cuando le contaba estas cosas a sus colegas médicos, ¿qué decían?
En todos lados hay gente que no cree. El libro de Yogananda lo cargué toda mi carrera de medicina. Los que no entienden, no entienden. No puedes forzar. Igual con el tema del magnesio. A mi me decían “el loco magnesio” hace cuarenta años. Me fastidiaban. Ahora todo el mundo habla del magnesio.
- ¿Cómo llega usted a la televisión?
Eso fue hace 38 años. Empecé con un segmento de 3 minutos en el canal 33. Y de ahí me llamó Luis Ángel Pinasco, para su programa “Triki Trak”. Como había paquetazos económicos, yo recomendaba cómo comer bien gastando menos. De ahí estuve en radio Nacional, hasta que pegué el salto al canal 7 por doce años, con “Bien de salud”.
- Ahora lo veo a usted muy bien en las redes sociales.
Hace unos meses me llegó mi placa de YouTube por pasar los 100 mil sunoscriptores. Ahora tenemos más de 150 mil. Estamos en TikTok, que es una cosa impresionante.
- Usted es una persona famosa, pero al mismo tiempo aconseja la humildad. ¿Cómo equilibra eso?
La humildad viene de hummus, que es tierra. Entonces, ¿cómo se hace para recuperar la humildad? Fácil: cuando saludes, haz una reverencia, a tu mujer, a tu hijo, a tu hermano. Hacer una reverencia te ancla en la realidad porque te estás inclinando ante todo, ¿me entiendes? Es un mecanismo que ayuda, y es bien fácil de hacer. //
Pérez-Albela nació en 1953 y es un referente en medicina nutricional, preventiva y naturista, además de una personalidad de la TV. “Somos energía” es el nombre de su nuevo libro, el primero que lanza con la casa editorial Grijalbo / Penguin Random House. En él, el médico resume su experiencia en lo que él llama medicina integral, que se vale tanto de conocimientos de la medicina tradicional como la medicina naturista de las culturas del mundo, desde las orientales hasta las precolombinas. Incluye consejos, ejercicios de la práctica conocida como ‘do-in’ y dietas recomendadas.