Toda gesta tiene música. El fútbol tiene todos los sonidos: los gritos que se vuelven coro en la tribuna, las pifias que son insultos sin lisuras y las arengas, claves para definir si un vestuario se puede volver equipo y, si se ordenan los astros, familia. También hay música desde afuera: los planteles de fútbol se organizan alrededor de un soundtrack que sirve como tema de fondo de sus entrenamientos, la previa de sus partidos o alguna hazaña imaginaria. La selección peruana que clasificó al Mundial de España —el penúltimo al que fue— le debe parte de sus recuerdos a “Perú, España 82” o Cienciano a la polka del Grupo Do-Re-Mi que decía, insistente, que el cuadro cusqueña “era el papá”.
Ricardo Gareca nunca acepta que suene en los altoparlantes una canción de Marc Anthony en Videna. La música juega.
Argentina campeón del mundo también tenía banda sonora. La tuvo antes del 22 de junio de 1986 cuando viajaron al Estadio Azteca para el choque de semifinales con los ingleses. En el libro “Argentina vs. Inglaterra 1986: el partido” (Tusquets Editores), del periodista argentino Andrés Burgo, el zaguero central de la selección albiceleste Oscar Ruggeri recuerda que ese equipo, con Diego Armando Maradona como líder absoluto, tenía una lista de cábalas irrenunciables pero una imprescindible: escuchar tres canciones en el bus camino al estadio, antes de salir a la cancha. “Era un casete con música (...) y por cábala no podíamos llegar a la cancha antes de que esos temas terminarán”, dice en el libro.
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¿Cuáles eran esos temas? La romántica Eclipse total del amor, en versión original de Bonnie Tyler (1983), que apuntaba directo al corazón del plantel, Eye Of The Tiger, el rockerísimo tema de Survivor —y de la película Rocky, también—, compuesto en 1982 y líder de la lista Billboard durante 6 semanas y Gigante Chiquito, de Sergio Denis. “Esta era una canción muy melancólica”, explica Bilardo.
Sobre Eclipse Total del Amor un par de detalles: a Perú llegó la versión en español en la voz de la cantante cubano peruana Lissette Álvarez, en 1984. El video que existe en YouTube —los rulos rubios, el maquillaje cargado de la época— sobre la versión de Lissette tiene 5.160.806 millones de visualizaciones y deja escuchar, con esa voz de tenor que en 1992 estalló con Otro día más sin verte, a Jon Secada, cuando todavía no era Jon Secada.
Los campeones también están hechos de estas cosas. Las 114.580 que asistieron al Azteca a ver la maravilla de Diego Armando Maradona lo supieron recién tiempo después.
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