Desde tiempos inmemoriales, la doma de caballos es una técnica que se utiliza para que estos animales pierdan su fiereza y puedan ser montados con serenidad. El abuelo de Mariano Arenas se dedicaba a este oficio y, gracias a ello, este jinete peruano tuvo su primer acercamiento al mundo ecuestre cuando apenas era un niño. Desde pequeño, Mariano aprendió los métodos y procesos disciplinarios para generar un vínculo cercano con los potrillos: él les habla y, dependiendo del tono con el que relinchan, sabe si quieren comer un poco de pasto, si están aptos para correr o si simplemente quieren descansar.
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Esa comunicación resulta fundamental; sobre todo, cuando está en competencia. “En una carrera, el éxito depende un 50% del jinete y el otro 50% del caballo”, cuenta Mariano, que pertenece al stud Jet Set, del empresario Omar Macchi Aguad. El jockey peruano fue el primer clasificado al Gran Premio Latinoamericano de hípica, que se llevará a cabo el próximo 14 de abril en el Hipódromo de Monterrico. “Siento mucho entusiasmo porque el caballo llega bien y con opciones de hacer una gran carrera. Es un potrillo que ha ido creciendo y hoy se encuentra en su mejor momento”, añade el jinete, quien tentará el título sobre el lomo de Dvorak, un ejemplar de apenas tres años, pero que ya tiene experiencia en estas lides.
La llamada Copa América de la hípica es un evento que reúne a los mejores equinos de Argentina, Brasil, Chile, Uruguay y el Perú. Para la delegación peruana, el objetivo es defender el invicto: diez victorias en las diez veces que recibimos esta carrera. Así lo piensa Esvin Requejo, un jinete cajamarquino que se dedica a esta actividad deportiva desde los 17 años, por influencia de su familia: varios de sus miembros son profesores de equitación, amansadores de caballos y guías ecuestres. “Como todo deporte, si quieres llegar lejos es importante la constancia y disciplina. Desde hace varias semanas, venimos entrenado todos los días, de seis de la mañana al mediodía. Luego tomamos un descanso y retomamos nuestra preparación por la tarde”, comenta Esvin mientras camina por las caballerizas del Jockey Club.
Uno de los jinetes más experimentados que estarán en esta competición es Carlos Trujillo, a bordo del caballo Manyuz. A los siete años, Carlos ya montaba equinos con la pericia de un jinete experimentado en su natal Sayán, un pueblo de la provincia de Huaura con gran tradición ecuestre. Llegó a Lima luego de terminar el colegio y se formó en la Escuela de Jockeys del Hipódromo de Monterrico. “Yo corro desde hace 24 años y puedo decir que, gracias a Dios, me ha ido muy bien en todo este tiempo”, cuenta Carlos, dos veces campeón latinoamericano, en 2008 y 2011.
El equipo peruano lo completan Renzo Rojas y el caballo Gluck; Roy Melgarejo y Cofrade; Carlos Herrera y Don’t Lose Time; y Hubert Bocanegra junto con Von Braun. La última vez que un jinete peruano ganó el Gran Premio Latinoamericano fue en 2015, en el Hipódromo de Palermo, Argentina. Las expectativas son grandes para repetir el plato.
A TODO GALOPE
Esta mañana, nos encontramos en el Hipódromo de Monterrico viendo entrenar a una decena de jinetes peruanos a bordo de sus caballos y yeguas. Por la velocidad con la que corren, parece una carrera de Fórmula 1. A un lado, Danilo Chávez, presidente del Jockey Club, nos habla del presente de este deporte en el país. “La hípica en el Perú está pasando por un momento complicado. En los últimos años, la actividad ha decaído, principalmente, porque los jóvenes de hoy en día se sienten atraídos por otros deportes. Por eso, para nosotros es importante realizar este evento porque no solo le va a dar mayor visibilidad a nuestro país —se prevé que lleguen cerca de 2 mil turistas—, sino también porque nos permite atraer nuevos públicos”, explica.
La Organización Sudamericana de Fomento del Sangre Pura de Carrera (OSAF) le otorgó al Perú la sede para ser el anfitrión del Gran Premio Latinoamericano 2024. La competencia se realizará en una pista de arena de 2 mil metros y contará con un fondo de 300 mil dólares en premios. “A pesar de tener una hípica pequeña, este deporte le ha dado innumerables logros al Perú. Entonces, esperamos que esta trascendental carrera nos ayude a recuperar un espacio que se ha perdido en los últimos años”, complementa Chávez.
Se espera que 15 mil personas abarroten el próximo domingo las graderías del Hipódromo de Monterrico (la entrada es gratuita). Además de la carrera estelar, habrá una feria gastronómica, shows de marinera y caballos de paso, y juegos inflables para niños. La fiesta está garantizada. //