Con solo nueve años, Camilo ya sabe a lo que quiere dedicarse más adelante: al fútbol. Ni bien recibe una pelota, hace las clásicas pataditas. Viste también camisetas de equipos; entre ellas, claro, la de Perú. A su lado está su madre Jackeline Hernández, arengando los goles de su hijo. Es también su compañera incondicional en las terapias que lleva en la Asociación de Ayuda al Niño Quemado (Aniquem). Camilo aún continúa con el tratamiento y, según la última evaluación médica, lo más probable es que requiera de una nueva intervención quirúrgica.
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Desde 1999, la asociación ha apoyado en el tratamiento y recuperación de 5936 niños, niñas y adolescentes con quemaduras. Esa loable tarea, sin embargo, se ha visto afectada por la crisis sanitaria: los ingresos han disminuido en un 60% respecto al 2019. “Nuestra asociación se financia por medio de donaciones de distintas empresas privadas. Dada la coyuntura, muchas de estas se han visto en la necesidad de priorizar gastos internos, reduciendo su colaboración de manera parcial o total”, cuenta Patricia Ortiz-Arrieta Cano, vicepresidenta de Anqiuem.
Un paciente con 30% de quemaduras en el cuerpo gasta, al año, S/ 3 mil y su recuperación, en promedio, es de tres años. Los pequeños reciben terapia ocupacional en la fase de rehabilitación, en la que un especialista evalúa sus cicatrices a fin de evitar complicaciones de articulaciones o de piel. Los pacientes, además, deben contar con una prenda compresiva, que el mismo Aniquem elabora de acuerdo con la extensión o complicación de las quemaduras. Esta se brinda gratuitamente y es indispensable para realizar la terapia física. Otro punto clave es la terapia psicológica. “El objetivo principal de Aniquem es lograr que el paciente alcance un nivel de funcionalidad física y emocional, que le permita desenvolverse, desarrollarse y reinsertarse en la sociedad. Para lograr esta gran meta realizamos diferentes actividades y terapias que se han visto afectadas por la pandemia”, agrega Patricia.
Para cambiar el panorama, Wong y la Asociación Casa Ronald McDonald se unen a Aniquem para apoyar a 1,000 niñas y niños de estas instituciones a tener una mejor calidad de vida. Por la compra de cada panetón Wong, estará ayudando a recaudar fondos para las rehabilitaciones y terapias que brinda Aniquem, y para la manutención de las niñas y niños de la Asociación Casa Ronald McDonald. “Esta alianza es muy importante para nosotros. Estamos pasando por momentos difíciles y nos preocupa mucho asegurar las terapias de nuestros pacientes, sobre todo, porque debemos recuperar el tiempo y el nivel de mejoría perdido a causa de la cuarentena”, enfatiza Ortiz-Arrieta.
Además de la compra de panetón, hay otras formas de ayudar: donando su vuelto en las tiendas Tambo, ingresando al aplicativo Yape del Banco de Crédito del Perú (BCP) colocando el 999919595 o sumándose como afiliado ‘Amigos Aniquem’. Para más información, visite www.aniquem.org. //
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SEPA MÁS
- Aniquem lleva a cabo campañas quirúrgicas de corrección de secuelas de quemaduras en diferentes regiones del país (Callao, Chancay, Lambayeque, Cusco, Tarapoto y Pucallpa) con la finalidad de mejorar la funcionalidad de los segmentos corporales afectados por las lesiones de quemaduras en niños y adultos en situación vulnerable.
- Realizan también labores de prevención en diversas instituciones educativas y empresas privadas. Estas acciones, sin embargo, se han suspendido debido a la emergencia sanitaria.
SOBRE ANIQUEM
Organización peruana sin fines de lucro que desde hace 21 años brinda rehabilitación integral gratuita a los niños sobrevivientes de quemaduras que provienen de familias en situación vulnerable de todo el país. Además, tiene el compromiso de generar una cultura de prevención de estas lesiones en la sociedad.
SOBRE LA ASOCIACIÓN CASA RONALD MCDONALD
Organización sin fines de lucro registrada en Perú en el 2012 y forma parte de la organización internacional Ronald McDonald House Charities. Su misión es desarrollar y apoyar programas que mejoren directamente la salud de los niños y sus familias.