Por circunstancias especiales que las partes han preferido guardar en la esfera de lo interno, Mauricio Mesones (39), quien fuera la voz de Bareto por más de una década, se alejó del popular grupo de cumbia en julio del año pasado. No fue una salida armoniosa la suya, como se dejaba entrever entonces, y sobraban detalles que apuntaban más bien a un divorcio amargo. Varios meses después, a punto de emprender su primera aventura discográfica en solitario, con su single Pagarás, Mesones se anima a revelar a Somos algunos detalles de aquella salida y de su nuevo proyecto.
“No tenemos una buena relación. Nos vamos a encontrar dentro de poco en el festival Alternativo, no sé la verdad qué vaya a pasar, pero no te voy a decir el ‘floro’ de ‘si los veo, los saludo’ o ‘espero que les vaya bien y les deseo suerte’. No. Amigos no somos y que les vaya como les tiene que ir”, es lo primero que dice el músico cuando se le pregunta por su antigua banda, con la que giró por todo el país y el extranjero, y grabó cuatro discos. Más adelante es tajante: nunca regresaría a Bareto. “Deseo que les vaya bien en el sentido de que espero que el mercado crezca, que saquen nuevas canciones. Yo también voy a sacar mis cosas: mientras más cosas nuevas haya, la industria seguirá creciendo”, añade.
Un frenazo así, luego de años de shows y adrenalina, tiene que afectar de alguna forma. En el caso de Mesones, el parón se sintió durante unas semanas, aunque asegura que no fue tan fuerte. Lo primero que notó era lo raro que se sentía estar un sábado en casa y no sobre un escenario. Luego empezó el necesario trabajo de reconexión: disfrutar más de su esposa y de sus hijas. Para noviembre del año pasado, el cantante estaba listo y suelto en plaza nuevamente, agitando al respetable con su nueva banda en el último Vivo x el Rock.
Mauricio, que además de cantar cumbia es un estudioso del género y un predicador de este –en especial con sus alumnos de Música de la UPC–, tenía en mente para su primer paso como solista conjugar pasado y presente. Buscó entre su memoria y encontró la canción Pagarás, obra del trujillano Manuel Mantilla, también conocida en algunos círculos como El humo del cigarrillo. El tema se hizo conocido en la voz de Carlos Ramírez Centeno, uno de sus ídolos personales, así que una versión lo entusiasmaba. Cuando menos lo pensaba, ya estaba en un estudio de grabación, con el propio Mantilla en la guitarra, el maestro Juan Rebaza (compositor de Muchacho provinciano) en el bajo y con el capo Martín Choy (ex Los Mojarras, ex La Sarita) en la primera guitarra.
“Tengo un bandón. Tengo un tanque musical. Además de la alineación clásica, que es guitarras, bajo, percusión y teclados, tengo una línea completa de vientos, casi como una orquesta, en donde está [Rafael] Fusa, que es un monstruo, tengo a Miguel Ginnochio en teclados. Me parece increíble que con el poco tiempo que tenemos estemos sonando tan bien”, añade, confiado, sabiendo que su prueba de fuego será este 14 de febrero, cuando publique su canción en redes sociales.
Cuando se fue de Bareto, todos los días recibía llamadas y correos de compositores peruanos que le ofrecían sus canciones para futuros proyectos. No les dijo que no, pero tampoco que sí. Quería experimentar la sensación de ser dueño entero de su destino musical, sin sufrir o transar con la inevitable democracia interna de las bandas. “Ahora sueno como yo quiero, como a mí me gusta; ahora está mezclado como yo quiero. Tengo la libertad que siempre quise tener”.
El siguiente paso será mover la canción en sus redes (que él mismo administra y donde se toma el trabajo de responder cada mensaje, personalmente). No confía tanto en las radios porque cada vez menos gente las oye, pero no les daría la espalda si sale una oportunidad. Su siguiente movimiento será una cumbia que el músico peruano Daniel F (Leusemia) le ha pasado y para la que ya está pensando en los arreglos. Podría ver la luz a mitad de año. Mientras, afirma que no le asusta estar solo, porque ahora su sí es su sí, su no es su no, y hasta sus posibles errores serán enteramente suyos. El futuro de su carrera lo ve un poco como el trabajo de los Wembler’s, glorias de la cumbia loretana, que hoy giran por el mundo deslumbrando a los oídos atentos a la world music. //