"Mujeres de 18 a 118 años, cuando sea hora de votar, por favor, votemos por nuestros intereses. Es lo que los hombres han estado haciendo durante años y por eso el mundo se parece tanto a ellos”, dijo la actriz norteamericana Michelle Williams a inicios de este mes al recibir un Golden Globe.
El Perú no es ajeno a este mensaje. Como en otros espacios, la presencia masculina se impone históricamente en la política, como señala Paula Muñoz, politóloga y profesora de la Universidad del Pacífico. Tanto es así que el primer intento de considerar a la mujer como ciudadana fue promulgado por un hombre, el diputado Celso Bambarén, en 1867, según consta en el Museo Electoral y de la Democracia del Jurado Nacional de Elecciones (JNE). Tuvieron que pasar cerca de 90 años para que ese pedido se hiciera derecho.
Hoy, a un día de un nuevo proceso electoral enfocado en restituir al Congreso de la República y luego de años intensos de cisma político, se sigue incrementando la presencia femenina, aunque lentamente. Parwa Oblitas, coordinadora del Programa para la Igualdad Política del JNE, detalla que 40% de los más de 2.000 candidatos para estos comicios son mujeres, es decir, 946. Sin embargo, a comparación de las elecciones del 2016, este número solo ha subido un punto porcentual.
La mejora sustancial se ve en el rango etario. Aunque el grupo de mujeres jóvenes llega a 135 y solo supera al de mujeres mayores de 60 años –con 96 candidatas–, en el total de jóvenes candidatos, es decir, menores de 29 años, las mujeres representan un 64,3%.
“Es común que mientras más edad tenga el postulante, las posibilidades de que sea mujer sean más escasas”, dice la socióloga Gisselle Vila, quien agrega que es parte de la renovación de las figuras congresales en el país.
Para Oblitas, el problema es que más allá de las candidaturas que pueden obedecer a diferentes razones, los cargos dirigenciales son ocupados por hombres por los estereotipos de género que siguen primando. De acuerdo con esta institución electoral, hasta el 2016 un poco menos de 200 mujeres habían logrado ser congresistas. Una cifra bastante pequeña para 63 años de trabajo.
-LA ANSIADA PARIDAD-
En el camino ha habido esfuerzos para alcanzar esa deseada participación y representación femenina en el Parlamento. Así apareció en 1997 la ley de cuotas de género, que demandaba una presencia mínima del 30% para mujeres y hombres. En la práctica esto no se cumplía, afirma Muñoz. “Lo que solía pasar es que no llegaba a cumplirse el 30% o se colocaba en el último tercio de la lista, lo que les reducía las probabilidades de ser elegidas”, añade la politóloga.
Es por ello que la reforma política ocurrida en el 2019 incluyó una propuesta de paridad y alternancia, es decir que la mitad del Congreso fuera mujer y que en las listas se intercale esta presencia. Sin embargo, el ya fenecido Congreso decidió que esa paridad sea progresiva: recién en el 2031 se logrará alcanzarla.
Otro dilema se abre cuando se plantea que el hecho de tener más mujeres no significa tener más propuestas que las beneficien o que las congresistas desarrollen en su periodo una agenda a favor de este sector. “Con el movimiento ‘Ni Una Menos’ y ‘Me Too’ se han puesto en agenda y visibilizado muchos de temas de violencia de género que son ahora asumidos por varias candidatas e incluso partidos”, indica Muñoz.
Pero así como aparecen estas demandas, también existen respuestas. “También ha aparecido con más fuerza una mirada conservadora que contesta a esta agenda. Elegir a mujeres no necesariamente nos asegura estar más representadas”, dice la experta.
Gisselle Vila indica que propuestas de género como estar en contra de la violencia a la mujer deben convertirse en filtros dentro de los partidos para elegir a sus candidatos. “Así como se debe hacer una revisión minuciosa de integrantes que tengan juicios por corrupción, también debe hacerse lo mismo con los juicios de alimentos o con las denuncias de agresión”, acota la socióloga.
Ella cree que todavía muchas iniciativas progresistas corren el riesgo de ser parte de un discurso superficial y no una base en la propuesta legislativa. “Comenzando porque la agenda de género no debe ser promovida únicamente por mujeres, sino por hombres. En esta campaña ha habido pocas voces masculinas en el tema”, comenta.
-UNA NUEVA IMAGEN-
En medio de este debate, la socióloga Tania Ramírez destaca algo importante: la representación de la mujer en el escenario público.
“Que cada vez más mujeres participen es positivo porque son un grupo históricamente subrepresentado”, dice. Para ella, el impacto que tiene en las nuevas generaciones es trascendental. “Los congresistas no solo tienen una función de fiscalización, sino de representación”, declara. O como dijo Michelle Williams en su esperanzador discurso: “No olviden que somos el grupo más grande de este país, hagamos que se parezca más a nosotras”. //
VOTO CRUCIAL
Aunque poco considerados dentro de las listas congresales, los jóvenes –18 a 29 años– siempre han sido un sector difícil de convencer como electores y, a la vez, son importantes en la inclinación de la balanza. Según la socióloga Tania Ramírez, en las últimas elecciones el voto joven significó el 28% y tiene una tendencia a crecer. “El problema es que la mayoría de ellos muestra poco interés en la política, lo cual puede significar que no les gusta, o sea rechazo a los políticos actuales”, comenta.
El analista político Arturo Maldonado añade que, según el Instituto de Opinión Pública de la PUCP, el 42% de los encuestados piensan que la democracia no necesita un Congreso y gran parte de ese grupo es joven. “A los partidos les toca conversar con jóvenes estudiantes y trabajadores y eso no pasa ahora porque no hay bases, solo son partidos vientres de alquiler o vehículos personalistas”, señaló.
CONSEJOS PARA UN VOTO TRANQUILO
No al voto cruzado. Elige dos candidatos de un mismo partido y no de distintas listas. Si no, tu voto se considerará nulo. También recuerda que si vicias o dejas en blanco tu voto, podrás beneficiar a que crezca el porcentaje de participación de otros partidos.
Cero Instagram. Si te gustan las fotos, déjalas para antes o después de votar. Publicar fotos de tu cédula está penado con hasta un año de cárcel, según el JNE.
Para los despistados. Si aún tienes dudas sobre tu lugar y mesa de votación, puedes mandar un mensaje de texto gratis a la ONPE con tu número de DNI al 6673.