Abrió oficialmente hace apenas un mes y ya acumula más de 2000 visitas. El primer puente colgante de Lima Metropolitana se ha convertido en un nuevo lugar para sorprender, y ofrece a todos aquellos valientes que se atrevan a caminar por él magníficas vistas de la ciudad, a cualquier hora del día. Desde las lomas El Mirador, en San Juan de Lurigancho, se levanta una nueva oferta turística, una oportunidad de trabajo para que los vecinos salgan adelante. “Cuando alguien menciona a SJL siempre viene a la mente lo negativo. Pero ahora, si tú buscas algo sobre el distrito, al menos una noticia del puente te va a salir. Una noticia positiva de lo que se está haciendo aquí, que está cambiando poco a poco la realidad de los vecinos”, comenta Jorman Cabello (29), estudiante de Ingeniería Ambiental, quien es uno de los soñadores detrás de este proyecto.
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Cabello se crio en un asentamiento humano del barrio y pasó sus días de infancia corriendo por la loma [aún abandonada y descuidada], cazando lagartijas y alacranes. Subía hasta la parte más alta para ver el atardecer en el mar y en invierno admiraba cómo el cerro entero se pintaba de verde.
*Mira nuestro paso por el puente colgante aquí:
Sin embargo, y por hermoso que se lea, esto solo evidenciaba una cosa: la falta de lugares de esparcimiento y recreación para los niños y jóvenes de San Juan. “Era muy difícil encontrar losas deportivas, parques. Uno tenía que inventarse cosas para divertirse. A los 18, como parte de un voluntariado, conocí las lomas de Lúcumo. Desde ahí nada fue igual. Pensé, ¿por qué ese cerro sí es turístico y el de mi distrito no?”, recuerda Cabello.
Esa duda creció y se transformó en acciones desde el 2013, junto a su compañero y socio Hernán Baca. “Hernán es mi gran amigo. Lo conocí cuando lo vi limpiando el parque Primero de Mayo (luego de haber estado por mucho tiempo descuidado) por voluntad propia. Ambos compartimos capacidad y ganas de cambiar las cosas”, precisa el joven.
-RECREACIÓN CON IMPACTO SOCIAL-
“Hoy en día, las lomas El Mirador ya son consideradas como área de conservación regional por la Municipalidad de Lima, y podemos decir que hemos recuperado 250 hectáreas de ecosistema”, dice Jorman. Sin embargo, para lograr tal objetivo, Cabello y Baca tuvieron que enfrentarse a sus propias familias. “Fue muy duro al inicio. ¿Cómo le dices a tus propios vecinos, que son familia, que dejen de hacer aquello con lo que subsisten [la chanchería] para cuidar un lugar donde no tienen acceso a luz, agua, desagüe?”.
Poco a poco, ambos dialogaron puerta por puerta con las familias de la zona. Las concientizaron sobre lo positivo que sería conservar el área, apostar por el turismo en el lugar y cambiar el rostro del barrio. “Tenía que ponerme en sus zapatos, más aún yo que soy una persona que nació y creció en un asentamiento humano. Ahí nos dimos cuenta de que ellos no tenían por qué ser enemigos, eran más bien aliados. Los verdaderos defensores de las lomas. Hoy saben que cuidándolas hay un impacto positivo en sus vidas”, explica.
PERMISOS El puente ha sido construido por una empresa certificada: Eco Projects Perú. Asimismo, el lugar cuenta con la venia de la Subgerencia de Turismo de la Municipalidad de Lima para su funcionamiento como área de conservación regional.
SOPORTE Todos los equipos que se emplearon para la construcción también están certificados. Cada cable que sostiene la estructura (son 5 en total) tiene una resistencia mínima de doce toneladas. Todo el sistema tiene una resistencia de 60 toneladas.
EQUIPOS El anclaje fue hecho con perforación en roca. Para ello, hubo estudios previos que evaluaron que el nivel de resistencia de la roca fuera el correcto. Antes de subir, además, te colocarán un arnés, casco, guantes y la línea de vida con mosquetones de rosca (con resistencia de 3 mil kg).
PUEDES VISITAR EL PRIMER PUENTE COLGANTE DE LIMA METROPOLITANA DE LUNES A VIERNES DESDE LA 1 P.M. HASTA LAS 6:30 P.M., O LOS SÁBADOS Y DOMINGOS DESDE LAS 10 A.M. HASTA LAS 6:30 P.M.
Las escaleras por las que suben aquellos que visitan el puente colgante han sido instaladas gracias a los ingresos obtenidos por la actividad turística. Hoy, además, las familias ya tienen luz, agua y desagüe. Jorman Cabello cuenta emocionado que incluso hay jóvenes del lugar que se han animado a estudiar una carrera técnica o profesional en turismo, inspirados por la labor que desempeñan en las lomas El Mirador.
La que Jorman ofrece es una experiencia que solo puede entenderse cuando se vive en primera persona. Eso hicimos en Somos periodista y fotógrafo, caminando, sin importar el miedo, sobre el que ya ha sido bautizado en redes como el ‘puente tibetano’ de SJL.
- El camino es de subida. Ve con ropa cómoda, zapatillas de buena suela, bloqueador y gorra.
- La zona es segura. Los vecinos del barrio te darán la bienvenida y guiarán si es necesario. Solo debes seguir el camino de gradas de colores y murales.
- En el camino encontrarás pequeños puestos con snacks y bebidas que ofrecen las vecinas si deseas hidratarte. Recuerda llevar una bolsa y no desechar tus residuos en la loma.
- Los fines de semana, además, emprendimientos familiares ofrecen platillos para completar la visita, como salchipapas nativas, pollo a la plancha y tragos para acompañar.
Asegurados con una línea de vida y tomándonos de las manos a los bordes de esta estructura, avanzamos paso a paso por las tablas coloridas (por momentos tambaleaban con el peso, no hay que asustarse) ansiosos por llegar al destino soñado. El secreto estaba en mirar al frente, haciendo una pausa obligada a mitad de camino para admirar una postal completa de la ciudad a la que llamamos hogar. Lima, por donde se la mire, siempre logra cautivarnos en el momento donde mejor se luce: el atardecer. //
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