A Santa Rosa de Lima la devoción popular le atribuye todo tipo de milagros que nos han contado desde pequeños pero que nunca fueron acreditados por el Vaticano, cuando se la declaró santa. La prensa suele reportar estos fenómenos cada 31 de agosto, cosas como que impidió que Lima sea saqueada por piratas, que era inmune a los mosquitos o que se le presentó al pueblo filipino, sin averiguar la verdad de cuáles fueron realmente los milagros por los que la Santa Sede resolvió que Isabel Flores de Oliva fue una santa en 1671. Y no fue ninguno de los más conocidos.
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El primer proceso apostólico a Santa Rosa de Lima incluía una lista de 119 milagros, recopilados por el abogado Antonio González Acuña. Estos fueron depurados en los años siguientes, a la par que se le añadían otros milagros propuestos. Como se señala en el libro de Stephen M. Hart, Santa Rosa de Lima, la evolución de una santa (Editorial Cátedra Vallejo, 2017), los criterios para determinar la evidencia de un milagro se habían vuelto más estrictos luego del Concilio de Trento (1545-1563) y se requería que cada caso fuera acompañado de evidencia médica sustentada, a la que se le daba un rol fundamental.
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Los 119 milagros propuestos fueron reducidos a 23 posibles, 14 de ellas relativos a curaciones y el resto a “otros de tipo fenómeno”, como la imagen de Cristo Sudando, las visiones de Santa Rosa y más. Al final de proceso, se aprobaron solo nueve, los llamados milagros canónicos de Santa Rosa. Estos son los reconocidos como válidos para su canonización, y todos ocurrieron post mortem. Cinco de ellos ocurrieron en Perú y cuatro en Italia.
Lo que sigue es un resumen del libro del profesor Hart.
Los verdaderos milagros de Santa Rosa
Milagros peruanos
1) Una niña de 9 años, María Sánchez, que ya no podía caminar debido a una caída, fue curada milagrosamente como resultado de una novena realizada por sus padres ante la tumba de Santa Rosa.
2) La viuda Isabel Durán, que sufría de “un brazo seco y sin movimiento” fue curada de inmediato al momento de frotar su brazo contra el cuerpo de Santa Rosa, cuando estaba por ser sepultada. Un sacerdote fue testigo del hecho.
3) La curación del brazo derecho inválido de Mauro Diego de Ayala. Este recuperó plena salud tras encomendarse a Santa Rosa, ante su sepulcro en la Iglesia de Santo Domingo. Hubo testigos.
4) Magdalena Chamiso, mujer de “la nobleza india” del Perú, obtuvo la movilidad de sus piernas lisiadas cuando echó sobre estas tierra de la sepultura de Santa Rosa y algunas reliquias.
5) Maria de Vera, una mujer desahuciada por su médico, se curó de la fiebre que la quejaba luego de invocar a Rosa y sostener una estampa de esta. Se quedó dormida y al día siguiente estaba sanada.
Milagros italianos
6) Ioannis Zelilli, de Sessa, tenía fiebre y tosía sangre. Tres doctores lo declararon moribundo, pero imploró ayuda de Rosa y bebió agua mezclada con tierra de su tumba. De pronto recuperó la salud.
7) Candida Roseta, de Sessa, tuvo un parto accidentado que la dejó al borde de la muerte. Padeció durante varios días y quedó totalmente curada cuando colocó una imagen de Rosa sobre su barriga.
8) Serafino Puglisi, en Palermo, cayó enfermo de fiebre en 1669 y perdió la vista y el oído. Se le declaró moribundo pero fue sanado al invocar a Rosa. En su testimonio, la santa se le apareció y le dijo que “lo refrescaría”.
9 Angela Cibasa, en Palermo, se le diagnosticó un doble ataque de fiebre terciana, que sufrió por 26 días. Se le administró la extramaunción. Luego de encomendarse a Rosa experimentó un milagro y fue sanada.