Mucha gente te conoce por la TV pero no sabe que militabas en un partido político desde que saliste del colegio...
En el colegio quería estudiar filosofía, me interesaba mucho la filosofía política y además hacíamos trabajo social. Teníamos un programa de labor social e íbamos los fines de semana, hacíamos horas extra y todo. Así empecé y cuando terminé el colegio, decidí dar un paso más. Tenía varios amigos que me motivaron y comencé a visitar locales de partidos políticos de izquierda.
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¿Tu familia es izquierda?
No tengo familia de izquierda creo que fue más el proceso de socialización lo que me llevó hasta ahí. Y así terminé en el local del Partido Socialista. A los pocos días conocí a Javier Diez Canseco, que para mí fue una persona muy importante... conocer a alguien que había sido senador, congresista. Me acuerdo que me inscribí en el 2008, si no me equivoco, poco antes de cumplir los 18. Fueron años muy intensos, me acuerdo que al año siguiente fue el bagüazo. Ahí creamos un frente de estudiantes de izquierda y cambie la filosofía por la ciencia política.
¿El periodismo fue un decurso en tu actividad política?
Soy licenciada en ciencia política, no periodista, con el respeto que me inspira esa profesión y lo que implica. Mi primera incursión en medios fue cuando tuve una vocería como dirigenta estudiantil. Luego me llamaron de una radio y me hicieron unas pruebas. Así empece en un programa llamado “La voz de los Pueblos”. Luego renuncié y busqué trabajo en diarios. Me llamaron de Latina para ser panelista. Era invitada para hacerle preguntas a los candidatos. Algo debo haber hecho bien que a los pocos meses me llamaron para ser parte de su staff de conductores. La verdad me sentí muy cómoda. Antes había trabajado en cosas ligadas a mi carrera, pero cuando estás en la universidad, y saliendo de ella, todo trabajo es bueno, y dije sí a esas oportunidades y mira, estuve casi cinco años.
En ese tiempo de periodista, ¿pusiste en pausa tu militancia?
Como militante formalmente, me separé del partido porque quería estar en el espacio de los medios de comunicación de la manera más objetiva posible, pero siempre fui activa: salía a marchas. En los medios me conocían como “la conductora de izquierda”. Además, tenía una columna. Mi opinión siempre la he dicho en redes sociales, así que el activismo nunca se fue. Lo estoy retomando más. De hecho no me he inscrito todavía en un partido político, pero sí apostaría más adelante por retomar la militancia que además es un compromiso distinto.
¿Cuál fue el gatillo o detonante para entrar en esta carrera, cómo te convencieron?
Desde el colegio siempre he estado en contacto con los chicos del partido, con los que he militado desde muy jóvenes. Son mis amigos ahora. Nos hemos visto crecer. Ellos me dieron el empujón, se contactaron conmigo y lo conversamos. La pandemia tuvo mucho que ver también porque me hizo sentir muy impotente. Necesitaba hacer algo más por el país y ahí es que me decido.
El panorama actual del congreso, ¿no te impulsó a hacer una diferencia?
Algo que me comentó una persona con la que trabajaba fue “estamos en un momento de crisis, por qué no te esperas un poco para postularte en una coyuntura más tranquila”. Y creo que ese comentario, muy bien intencionado, más bien me animó más a postular. Primero, porque en mis 30 años de vida no recuerdo un momento en el que el Perú no haya estado en crisis. Además, en esta pandemia que ha matado a tantos, que tuvimos tres presidentes en una semana, los peores políticos, dije es en esta crisis que se ha profundizado que alguien tiene que hacer las cosas. Y no lo digo por yo misma. Somos un equipo.
En las marchas recientes hubo mucha gente pero no una dirección clara. ¿Qué papel les corresponde a los jóvenes en esta coyuntura?
En este momento en que no hay organizaciones sociales, no hay partidos sólidos, es difícil proyectar el movimiento social en el tiempo. Los jóvenes deberían apuntar a la organización. Sé que no todos tienen la vocación de militar en un partido, de hecho, eso es algo bien de vieja escuela y lo comprendo. Ojalá dejase de ser así. Estar en un partido debería ser visto como algo divertido en el sentido de que vas a un lugar, propones cosas, debates, conversas, bailas, cantas. Siempre he conocido a los partidos no solo como un espacio de lucha sino confraternidad. También hay otros espacios: movimientos sociales, barriales, regresar al concepto de barrio. Creo que los jóvenes deben apoyarlos.
¿Qué cosas quieres cambiar desde el congreso?
Mi preocupación será el trabajo. En esta pandemia muchas personas han sido despedidas. Creo que es importante hablar de una reforma laboral que apunte a fortalecer a los sindicatos, para que tengan un poder real de negociación. Se debe fortalecer SUNAFIL y acabar con el abuso de la tercerización laboral. Otro eje de acción es la reforma tributaria: revisar las exoneraciones a las grandes empresas. Y un tercer tema que me interesa es el internet para todos y todas. Que sea un derecho constitucional. Y que sea, además, un internet de calidad.
¿Y qué hay sobre el cambio de constitución que reclama la izquierda?
Sí, nosotros tenemos un pedido más amplio que, creo yo, puede cargar con las otras propuestas, que es el cambio de constitución. Lo que queremos es que sea un cambio participativo, que sean las personas las que decidan si quieren cambiar la constitución y, si es aprobado eso, que la gente vote por un texto constitucional que se proponga a la ciudadanía. Esto no es un debate nuevo. Creo que cada constitución emana de un poder constituyente y si no hay un poder de este tipo representativo, que realmente refleje al tipo de ciudadano que tenemos hoy en día, con sus características y problemas, entonces está desfasada. Ahí es donde apuntamos, pero no vamos a hacer nada de espaldas a la ciudadanía. Mira lo que pasó con la ley del agro. Cuando se aprueban las cosas sin consultarle a la gente tienes a agroexportadores y a trabajadores en contra. No queremos eso.
Tu candidatura tuvo mucha resistencia por parte de algunos periodistas y trolls. Llegaste a denunciar acoso político. ¿Qué pasó ahí?
No hice ninguna denuncia formal. Una de las cosas que digo es que me tomo los insultos y las difamaciones como de quien vienen. Me considero una persona joven de 30 años, no cargo ninguna mochila, no tengo ninguna investigación y he hecho una carrera limpia a punta de esfuerzo. Voy a seguir con mi perfil, no quisiera inmiscuirme en dimes y diretes donde hay personas que dicen cosas que no pueden probar y que son falsas.
¿Pero te afectaron esas críticas?
No, mira, en mis años trabajando, y siendo mujer en este país, ya una se construye una correa ancha para estas cosas y si algo ha hecho todo esto es hacerme más fuerte, porque si eso pasa en diciembre, ya me imagino lo que dirán en abril. //