El psicólogo clínico y escritor italiano Walter Riso (73) calcula haber reunido unas 35 mil horas de consulta en las más de dos décadas que tiene de carrera. Con ese tamaño de experiencia asegura, sin remilgos, que uno de los principales motivos por los que sufre el ser humano es el amor. De ahí que 12 de sus 40 libros estén dedicados a este sentimiento y a la relación saludable que debemos intentar tener en todas las dinámicas que de él se deriven. Su última obra “De tanto amarte, me olvidé de mí” (Planeta), que acaba de presentar en la edición 28 de la Feria Internacional del Libro de Lima, tiene la consigna de sacudir al lector al enseñarle cómo cuestionar si la pareja con la que se encuentra ahora es realmente la adecuada y no, digámoslo con brutal honestidad, un lastre que solo esté succionándole calidad de vida. Complicada y valiente tarea, pero necesaria.
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“Estamos educando tan mal a nuestros hijos sobre el amor que ya es hasta un problema de salud pública. Cuán común es ver padecer a mujeres y hombres de dependencia afectiva, de infidelidad, de celos o de insatisfacción sexual. En América Latina se nos ha enseñado de forma equivocada que el amor es para siempre, incondicional y que solo va a hacerte feliz. Sin embargo, cuando uno crece y se enfrenta a la realidad te das cuenta de que eso no es así. No nos preparan para tener relaciones afectivas sanas”, le explica a Somos el escritor.
El no poder mantenerse imparcial ante situaciones que a él le han parecido injustas ocasionó que nunca trabajase como terapeuta de parejas —”si veía un tipo abusivo, yo tomaba partido por la mujer”—, no obstante, este fue un asunto que siempre le interesó y estudió. El libro, por ello, proporciona una serie de interrogantes difíciles de responder, pero claves para entender si la persona con la que se está viene sumando.
“Son complicadas porque nadie quiere destapar la olla y ver qué hay. Es como si lograras tener en tus manos el resultado de una biopsia, pero no sos capaz de mirar. Estas preguntas fastidian porque sacuden. Por ejemplo, si yo te digo: tienes una máquina del tiempo, ya sabes qué ha ocurrido, ¿volverías a estar con esta persona? El 90% de la gente dice que no. Hay preguntas más fuertes: “¿quisieras que tu hija tuviera una pareja como la que tú tienes?”. O: “¿estás enamorada de la persona que conociste o de la que es ahora? Si estás enamorada de un tipo que era maravilloso, pero ya no lo es, entonces estás enamorada de una imagen, de un recuerdo”, afirma.
¿Quién es la prioridad en la pareja, entonces?
Diría que son los dos, pero uno no tiene que excluirse. Toda la educación tradicional latinoamericana, incluido el Perú, gira alrededor de la idea del autosacrificio para que la otra persona sea feliz. La idea es “yo te quiero y me quiero”. De lo contrario es un amor malo.
En el libro se clasifica a personas de las cuales sería mejor no enamorarse: el inmaduro emocional, el controlador-posesivo, el afectivo- indiferente. ¿Considera que hay uno peor que otros?
El narcisista encubierto es uno de los más peligrosos. No busca amor, busca un fan. Otro terrible es el indiferente. En psicología a esto se le denomina trastorno de la personalidad esquizoide. Para este el otro no existe, está ahí de adorno. Y cuando se empieza a enamorar, se retira. Mira la paradoja y lo difíciles que son. Son como agujeros negros que te chupan. Ambos tipos son personas venenosas. Hay que huir de esos vampiros emocionales.
¿Qué hace una pareja que practica un amor saludable?
Las parejas que funcionan bien son recíprocas, tienen una relación democrática y los mismos derechos. Los dos valen. Son territoriales, en el sentido de decir: tus amigos, mis amigos, nuestros amigos. Las que están siempre juntas hacen que todo sea predecible y se aburren. Las que están separadas, chocan como dos trenes. Entonces lo tuyo es tuyo, lo mío es mío y lo nuestro es nuestro.
¿Las parejas que hacen bien las cosas pelean?
No es que no peleen, sino que saben discutir. Es mejor un desacuerdo amistoso que un acuerdo perezoso. Hay que estar en desacuerdo porque no somos iguales.
Por otro lado, tienen que coincidir en cuestiones fundamentales de vida.
Sí, deben tener una visión de un mundo similar. Si yo soy de izquierda y tú de derecha, debajo de la sábana puede haber la tercera guerra mundial. Si eres ultrarreligioso y yo no, va a ser un problema cuando tengamos hijos. En lo fundamental hay que ser similares. Y tiene que haber humor. Yo no tengo que explicar el chiste. Si lo tengo que explicar, mejor busco un abogado.
¿El objetivo del libro es que uno tome una decisión después de cuestionarse?
Con cuestionarse me basta, en principio. Si uno identifica que no está de lado del o de la adecuada hay que profundizar en el tema. Se puede pedir ayuda profesional en un momento dado. Pero ojo con la fuente. Hay que buscar alguien que sepa del tema. Mucha gente sin formación está dando “tips” o “recomendaciones” sin tener las credenciales. Hay que ser responsable. Y luego compartir lo aprendido. Hay que educar a nuestros hijos en el amor saludable y pleno. //
“De tanto amarte, me olvidé de mí” fue presentado en la edición 28 de la Feria Internacional del Libro de Lima el 21 de julio. Se encuentra a la venta en el stand de Planeta y en todas las librerías.
Cuatro millones de personas siguen al autor en su cuenta de Instagram, donde además comparte saberes de otros temas como la autoestima, la amistad y todo lo vinculado al crecimiento personal. En TikTok ya está llegando al millón.
Walter Riso nació en Nápoles, Italia, en 1951. Siendo niño emigró a Buenos Aires, donde creció. Hoy vive entre América Latina y Barcelona y dicta conferencias alrededor del mundo.