1997. Baracunata, de Aterciopelados, y I’ll Be Missing You, de Puff Daddy eran por aquel año las ‘fijas’ de los DJ en las fiestas de prom limeñas. Titanic, Los hombres de negro y Jurassic Park: el mundo perdido, mientras, las películas que estos pubertos seguramente fueron a ver al cine en mancha, todavía cobijados por la despreocupación del útero escolar. Cuando las cosas se tenían que poner serias, incluso, también estaban claras las tendencias. Por eso, si había que decidir qué estudiar tras salir del colegio, tres carreras encabezaban las listas: Derecho, Medicina y Ciencias de la Comunicación. 2017. Vaya que los tiempos son distintos. Hoy los hits musicales son Despacito, de Luis Fonsi y Daddy Yankee, y Shape of You, de Ed Sheeran; las ‘pelas’, bueno, cualquiera de superhéroes. Y las carreras favoritas: Administración y sus varias especialidades.
Los investigadores de Arellano Marketing tienen claro la volatilidad de los gustos de los jóvenes. Por eso cada año realizan un estudio enfocado en sus deseos y percepciones, concretamente en el rubro educación. ¿Por qué? Una primera razón poderosa: esta última es la industria que más viene creciendo en el país y, tal vez, la más competitiva del mercado. Y otra: el segmento que congrega a los jóvenes es el que más ha aumentado en los últimos años. Escudriñarlo es necesario para evidenciar la forma en que vienen dinamizando la economía nacional.
La investigación se llama “Dónde quiero estudiar” y fue aplicada a hombres y mujeres de los sectores socioeconómicos A, B, C y D en Lima. Se trató de estudiantes de cuarto y quinto de media y de personas que ya habían acabado la escuela, pero que tienen la intención de obtener un título profesional. Entérese en los párrafos que siguen de las principales conclusiones a las que llegaron los investigadores.
“A pesar de que la universidad sigue siendo la institución preferida para estudiar, se aprecia que hay más personas dispuestas a ir a institutos en comparación con el 2016”. Es con este indicador que el director comercial de Arellano Marketing, Jhoan Vega, inicia la explicación del estudio. Así, un 60% se va por la primera opción y un 40% por la otra.
A decir del experto, se ha podido observar también que quienes más quieren asistir a la universidad son las mujeres de clase media. Seis de cada diez lo prefieren así. “En el futuro podría haber más mujeres profesionales, no técnicas, que hombres. Es interesante saber esto porque podría significar un impacto en la economía el cambio en la dinámica del hogar por el hecho de que más mujeres trabajen fuera de este”, detalla.
El estudio también buscó determinar qué atributos les concedían los encuestados a los institutos y universidades. “Prestigio, profesores de alto nivel y malla curricular fueron mencionados de igual forma por quienes deseaban ir a cualquiera de esas dos entidades. No obstante, infraestructura y precios de pensiones accesibles fueron también importantes para los que dijeron preferir el instituto. Los que se iban por la universidad destacaron, por su parte, convenios y certificaciones internacionales y alta empleabilidad”, indica Vega.
Cuestión de vocaciónEn cuanto a la elección de carrera, una ha cobrado protagonismo entre los encuestados interesados tanto en institutos como universidades. La dijimos al inicio y puede ver la información al detalle en los cuadros publicados en estas páginas: Administración. Y, claro, sus ramas.
“Esto podría relacionarse con toda la corriente referida al emprendimiento, que está de moda. Muchos quieren ser hoy sus propios jefes, tener el negocio propio. Pero, a su vez, con el hecho de poder encontrar trabajo más rápido, ya que se puede acceder a un sinnúmero de compañías”, comenta el experto.
En tanto, los que prefieren ir a una universidad se van por profesiones más convencionales, como la del psicólogo, el arquitecto o el ingeniero de sistemas. “La Administración de Negocios Internacionales ha crecido de forma importante y eso obedece al contexto mundial que atravesamos. Por otro lado, hay más gente que quiere seguir Psicología porque la demanda del servicio que esta provee ha aumentado. La vida ha cambiado, nuestros hábitos también. De ahí que ahora haya terapia para todo. El mercado busca estos profesionales”, afirma Vega.
La investigación concluyó, asimismo, que la principal motivación para elegir una carrera en todos los casos es seguir el llamado de la vocación. Y que así sea.