El 80 por ciento de las aplicaciones de citas amorosas tienen la capacidad de compartir o vender la información personal que publican sus usuarios en sus correspondientes perfiles con fines publicitarios, según ha descubierto Fundación Mozilla.
Aunque la mayoría de aplicaciones de citas afirman que hay más probabilidades de encontrar el amor cuantos más datos personales se compartan, “fallan espectacularmente a la hora de proteger esa información”, ha afirmado uno de los investigadores, Misha Rykov, que ha trabajado con Jen Caltrider y Zoë MacDonald en el informe de Fundación Mozilla.
Los investigadores han determinado que, de las 25 aplicaciones de citas analizadas, solo tres de ellas obtenían el visto bueno en materia de protección de datos y privacidad. Se trata de Lex, eHarmony y Happn. Si bien han reconocido que, “no son las mejores”, parecen respetar y proteger la información personal “un poco mejor que las demás”.
Por el contrario, Badoo, Muzz, Her, Tinder, OkCupid, Match, Hinge, Plenty of Fish, Bumble, Jdate, Elite, Scruff, OurTime, BlackPeopleMeet y Grindr se encuentran entre aquellas que incluyen la etiqueta ‘Privacidad no incluida’, considerada la calificación más baja en términos de seguridad en el lenguaje de Mozilla, tal y como sostiene TechCrunch.
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El caso más sorprendente ha sido el de Lovoo que, a pesar de que está disponible para su descarga en países de habla inglesa (Estados Unidos, Canadá, Reino Unido) no dispone de una política de privacidad cuando se escoge el inglés como único idioma.
Los investigadores han adelantado que actualmente las aplicaciones de citas pueden solicitar información que va mucho más allá del nombre, la dirección o la edad, hasta el punto de que es posible que los usuarios deban responder qué harían si sus padres están divorciados o cómo reaccionarían si se resbalasen con una cáscara de plátano.
Es el caso de la aplicación OkCupid, que introduce un cuestionario de inicio para conocer mejor a los usuarios, que no se puede omitir, y que precede a la fase de creación del perfil en la que se solicitan fotos, vídeos e, incluso, contenidos de voz.
Según su investigación, estas aplicaciones también pueden solicitar información relacionada con la religión, la raza, el origen étnico, las opiniones políticas, la sexualidad e, incluso, información biométrica si los usuarios desean que la app muestre a otros usuarios que realmente están chateando con una persona real.
Según Mozilla, las políticas de privacidad de las aplicaciones de citas pueden ser engañosas, como en el caso de Tinder, que requiere la geolocalización aunque lo presente como opcional.
El 80% de estas aplicaciones puede compartir o vender datos personales para publicidad, incluso aquellas que usan modelos de suscripción. Además, el 52% de ellas tiene un historial de violaciones de datos. Por ejemplo, Grindr tuvo una filtración de datos que permitió a un grupo católico estadounidense rastrear a miembros del clero.
La integración de IA también plantea preocupaciones; mientras algunas apps como Bumble tienen herramientas útiles, OkCupid fue criticada por permitir el entrenamiento de reconocimiento facial sin consentimiento.
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MATCH GROUP Y SPARK NETWORK
El análisis destaca que Match Group y Spark Network son propietarias de varias aplicaciones de citas populares, lo que implica que los datos pueden compartirse entre ellas. También señala prácticas de suscripción manipuladoras en algunas apps, como eHarmony. Además, Fundación Mozilla advierte sobre posibles prejuicios en los algoritmos de emparejamiento. Sin embargo, el informe destaca la tendencia positiva de volver a usar alias en algunas aplicaciones, como Muzz y Her, eliminando la necesidad de usar nombres reales.
UN PROBLEMA QUE VIENE DE LEJOS
Se han realizado varios estudios sobre cómo las aplicaciones de citas manejan los datos de los usuarios. En 2018, se descubrió que Grindr compartía información sobre el estado de VIH de los usuarios. En 2020, el Consejo de Consumidores de Noruega encontró que varias aplicaciones compartían datos como la dirección IP, orientación sexual y ubicación. Además, Match Group se acusó de enviar información sobre el uso de drogas, origen étnico y opiniones políticas de los usuarios de Tinder y OkCupid a terceros.
CÓMO PRESERVAR LA PRIVACIDAD DE NUESTROS DATOS
Además de recomendar las tres únicas aplicaciones que se pueden salvar de la criba, la Fundación propone que los usuarios entiendan su perfil de citas como si se tratase de uno de LinkedIn. Esto significa que debe asumir que cualquier persona lo puede ver y que conviene publicar únicamente fotos y detalles que considere de utilidad porque van a ser públicos.
Por el contrario, no conviene iniciar sesión con cuentas de terceros, ni mucho menos vincular las cuentas de redes sociales al perfil, porque eso ayuda a compartir aún más la información personal en espacios que no siempre la administran de forma correcta.
Por último, es importante limitar los permisos de las aplicaciones -para impedir el acceso de la app a la ubicación o a la cámara, por ejemplo- siempre que sea posible y desde el apartado de Configuración del dispositivo.
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