El gran interés que hay por los autos eléctricos ha llevado que se creen muchas startups, un tipo de empresa emergente que por lo general se dedica al desarrollo de tecnología. Sin embargo, aún es un terreno inestable por recorrer.
El más claro ejemplo es el fabricante Tesla, del multimillonario Elon Musk, una empresa que ha impulsado esta tecnología en los últimos años y que para el 2021 ha alcanzado un valor bursátil de un billón de dólares, mayor al de Toyota y Volkswagen.
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Visto así parece un negocio bastante rentable. Por eso es que aparecen estas empresas emergentes que siguen el ejemplo de Tesla, pero muchas podrían desaparecer en poco tiempo, como ha sucedido con las marcas Fisker, Lucid o Rivian.
Un informe de The Washington Post señala un extraño fenómeno alrededor de las startups, y es que han alcanzado valoraciones bursátiles muy elevadas antes de hundirse y apenas han fabricado automóviles.
Por ello, la página Motor Pasión explica que existen factores más reales que podrían hacer pensar que la industria de los autos eléctricos es una burbuja. Lo cierto es que la industria del automóvil es lenta y es más vulnerable.
Para la economía mundial, aun hay muchos cambios que afectan la producción a escala. Entre estos se cuenta a la crisis de los suministros y de los microchips.
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