La computación ha alcanzado niveles que en sus inicios eran inimaginables. La inteligencia artificial, con las nuevas plataformas conversacionales, como ChatGPT, ha abierto un campo de exploración fascinante con posibilidades insospechadas. Sin embargo, desde el principio la intención siempre fue la misma: imitar a la mente humana e, incluso, superarla.
Llegar a la potencia que tienen las computadoras y programas informáticos modernos que hoy día disponemos fue un recorrido continuo marcado por algunos hitos. Uno de los más importantes fue la aparición de MANIAC (Mathematical Analyzer, Numerical Integrator, and Computer), una de las primeras computadoras construida bajo la dirección de Nicholas Metropolis en el Laboratorio Nacional de Los Álamos.
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En un reciente artículo de “The Conversation”, se explica cómo Benjamin Labatut, en su libro “MANIAC”, indaga la influencia mutua de la IA y la mente humana. De esta forma, Labatut presenta a la computadora como una máquina capaz de hacer cualquier cálculo inimaginable para humanos. De hecho, la computadora es presentada como una herramienta más poderosa que la mente humana, capaz de lograr artilugios que rivalizarían hasta con los más versados.
La verdad es que si pusiésemos a competir a MANIAC con un equipo del 2024, no sería más que un simple juguete computacional. Entonces, ¿qué de especial tenía MANIAC?
Arquitectura revolucionaria
MANIAC no fue ni la primera computadora ni la más potente, no obstante, ganó un lugar especial en la historia de la informática gracias a una gran contribución: su diseño.
Como era común en aquel momento, esta era una máquina única en su tipo, no compatible con otras computadoras de la época. Además, tenía una capacidad de memoria de 1024 palabras de 40 bits, una velocidad de 10.000 operaciones por segundo y utilizaba tarjetas perforadas para la entrada y salida de datos.
El equipo fue construido en 1952, pero sus bases de funcionamiento se crearon años antes, en 1945. Se trata de la arquitectura Princeton, también llamada arquitectura Von Neumann en reconocimiento a su creador.
Esta arquitectura aportó una novedad que hasta el momento no estaba implementada en sus predecesoras. En aquel entonces las pocas computadoras que existían necesitaban cambios manuales para recibir nuevas instrucciones. Eran máquinas muy grandes llenas de cables y clavijas de sitio. Cada nueva orden requería mover todos esos circuitos, proceso que podía demorar semanas.
Para cambiar de instrucciones en MANIAC, no obstante, se podían utilizar tarjetas perforadas con las nuevas órdenes, que se insertaban en la máquina. De esta forma, el programador podía escribir las instrucciones en las tarjetas perforadas. Se podían ejecutar incluso varios programas el mismo día y así agilizar procesos considerablemente.
Primera victoria en ajedrez contra un ser humano
En 1956, MANIAC logró otro récord notable al inscribir su nombre en la historia de la computación al vencer una partida de ajedrez a una persona.
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Sus creadores, los científicos de Los Álamos probaron los límites de la máquina en tres ocasiones. Primero, hicieron que jugara contra ella misma una partida de ajedrez. Luego, hubo una segunda partida contra el físico-matemático de la Universidad de Princenton Marin Kruskal, quien además jugaba bastante bien. La tercera fue la vencida: jugó contra una persona anónima que recibió cómo un curso de una semana sobre cómo jugar ajedrez.
Puede parecer poca cosa, peor aún si tomamos en cuenta que se jugó una versión simplificada del juego, en la cual no había alfiles, y que la máquina demoraba 20 minutos en decidir sus movimientos. Fue, sin embargo, el inicio de una carrera que concluiría en 41 años más tarde con la derrota de Garri Kaspárov, maestro ruso-croata campeón del mundo, a manos de Deep Blue, la supercomputadora de IBM, en 1997.
Tras este evento, las máquinas han ido superando a los humanos en una variedad de juegos de estrategia. En 2016, por ejemplo, el chino Fan Hui, tres veces campeón del mundo en GO, perdió ante AlphaGo, la inteligencia artificial desarrollada por DeepMind, de Google.
El póquer tampoco ha quedado libre de las “habilidades” de las computadoras. En 2017, el programa informático Libratus, desarrollado por la Universidad Carnegie Mellon, derrotó a cuatro jugadores profesionales en una partida «Texas NO-limit Hold`em Heads up».
En 2019, nuevamente Google, esta vez con su IA AlphaStar, se embarcó en la compleja misión de derrotar a jugadores profesionales de Starcraft II, un videojuego de estrategia de alta complejidad. Los jugadores humanos tenían confianza en superar a la máquina, pero se encontraron en cinco derrotas consecutivas.
Una “máquina de guerra”
Volviendo a MANIAC, la computadora no fue construida con el objetivo de vencer a sus contrincantes en ajedrez, su objetivo era menos pacífico. El propósito principal de la máquina fue la realización de los cálculos requeridos para la construcción de la bomba H, la bomba de fusión nuclear, 600 veces más potente que la lanzada sobre Hiroshima y que requería de procesos mucho más complejos.
Fue gracias a su facilidad para ser reprogramada que se utilizó para distintos tipos de tarea como los ya mencionados o, entre otros, conseguir la primera predicción meteorológica que tardaba menos de 24 horas en generarse, así como la primera ecuación de estado calculada con métodos de simulación de Monte Carlo.
Por todo esto, MANIAC ha sido considerada la precursora de la inteligencia artificial. Si bien en la actualidad, seguramente un smartphone resulta más interesante, en su tiempo, la máquina abrió campo para que toda la tecnología informática moderna pueda desarrollarse.
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