Puede que a la humanidad solo le quede una última gran oportunidad para ponerse de acuerdo y controlar el cambio climático: la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático o COP 26. El evento –que se llevará a cabo en Glasgow desde el 31 de octubre hasta el 12 de noviembre– ha sido organizado por el Reino Unido, con el apoyo de Italia, y reunirá al menos a 120 jefes de Estado.
En este contexto, lord Zac Goldsmith, ministro del Pacífico y Medio Ambiente del Reino Unido, visitó el Perú para fortalecer la cooperación bilateral en temas de conservación de bosques y biodiversidad. El Comercio conversó con él sobre estos y otros temas.
—En su opinión, ¿el planeta se encuentra en alerta roja debido al cambio climático?
Definitivamente. Creo que cada día hay mayor evidencia de eso, ya sea de científicos, economistas o al ver el impacto de distintos desastres naturales en las noticias. Se pueden observar eventos récords de incendios, sequías e inundaciones por todo el mundo. El cambio climático es como una fiebre que ocurre cuando se abusa del planeta, y eso es lo que estamos haciendo, por ejemplo, al cortar hectáreas de árboles equivalentes a 30 campos de fútbol cada minuto.
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—Cada país tiene sus propios objetivos y metas medioambientales. ¿Ninguno está haciendo lo suficiente?
En mi opinión, ningún país, incluyendo el mío, está haciendo lo suficiente. Creo que veremos importantes acciones en la COP 26, con los compromisos y acuerdos que se establecerán, especialmente en la conservación de la naturaleza. Sin embargo, aun con lo que se logre en el evento, faltará mucho por hacer.
—¿Las acciones referentes al cambio climático se han centrado más en la reducción de emisiones que en la conservación de la naturaleza?
Si observas las políticas climáticas, las cosas han cambiado mucho en los últimos años. Por ejemplo, el uso de la tecnología limpia se ha vuelto algo más común y la transición a energías renovables es más rápida ahora. Pero esa misma dinámica no ocurre en la conservación de la naturaleza. De todo el financiamiento climático, menos del 3% está dirigido a soluciones basadas en la naturaleza. Y hasta que no cambiemos eso, y nos enfoquemos en proteger lo que tenemos y restaurar lo que hemos destruido, no vamos a solucionar el cambio climático. El Perú es una potencia natural y, por lo tanto, su rol es vital.
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—¿Qué tipo de acuerdos o compromisos se deberían establecer en la COP 26 para la protección de los hábitats naturales?
Necesitamos que los países con mayores áreas forestales, así como los grandes consumidores y productores, se comprometan y firmen nuestra Forest Declaration. Espero que Perú, Colombia y varios otros países firmen. Esto permitirá que los países con amplias regiones forestales reciban apoyo financiero para la conservación. Se tratará de un financiamiento sin precedentes y habrá un compromiso para detener la deforestación a finales de esta década.
—¿Qué trabajo viene desarrollando el Reino Unido para la protección de los hábitats naturales en todo el mundo?
Uno de los programas que hemos desarrollado es el Fondo para Áreas Biodiversas. A través de este se escogerán y se financiarán seis importantes áreas de biodiversidad alrededor del mundo, con el objetivo de mejorar, proteger y regenerar aquellas zonas, así como crear puestos de trabajo para las comunidades que ahí viven. Una de las área seleccionadas se ubica entre Perú y Ecuador: el corredor de conservación Cóndor-Kutukú. Ya se firmó con el Perú una carta de intención para iniciar formalmente la implementación de este fondo. El Reino Unido posee una larga historia con el Perú, pero no tenemos una gran relación internacional de financiación climática. Una de las cosas que espero, tras haber visitado este país, es mejorar esa relación. Creo que Perú puede ser un país modelo para el mundo.
—¿Proteger la naturaleza, evitar que se abuse de ella, implica también reducir el riesgo de futuras pandemias?
Sabemos que un gran número de enfermedades son consecuencia de alterar el mundo natural. Si uno destruye los ecosistemas, liberará distintos tipos de patógenos, los cuales tratarán de buscar nuevos huéspedes, y en ciertas ocasiones somos nosotros. Eso lo hemos visto con el zika, el ébola, el VIH. El COVID-19 probablemente surgió de la misma manera, no lo sabemos a ciencia cierta.
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