La comunidad científica le ha dicho adiós a Philae, un pequeño robot científico que logró aterrizar sobre el cometa 67P/Churyumov-Geramisenko hace más de un año. Tras más de seis meses de su última comunicación con la Tierra, científicos europeos anunciaron que han dejado de enviarle órdenes. Seguir a @tecnoycienciaEC !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El Centro Aeroespacial Alemán (DLR) dijo que sospecha que Philae está ahora cubierto de polvo y demasiado frío para operar. Además, sus baterías -que usan energía solar- no funcionan debido a que el robot se encuentra en una zona a donde no llegan los rayos de sol.
“Desafortunadamente, la probabilidad de que Philae restablezca contacto con nuestro equipo es casi nula, y ya no enviaremos más instrucciones”, dijo Stephan Ulamec, el director del Proyecto Philae del DLR, en un comunicado.
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Philae aterrizó en un cometa en noviembre del 2014, en lo que fue considerado una extraordinaria hazaña de precisión en los viajes espaciales. Pero se apagó poco después al no recibir la energía necesaria de los rayos solares.
El módulo se despertó en junio cuando el cometa se aproximaba al sol, dándole a los científicos esperanzas de que pudiera completar algunos experimentos. Pero no ha vuelto a tener contacto con la sonda Rosetta, que orbita el cometa, desde el 9 de julio, y el último intento desde la Tierra para que Philae respondiera fracasó.
Si bien los científicos piensan que el Philae no está congelado, creen que los paneles solares de las baterías probablemente están cubiertos de polvo. Además, a medida que el cometa se aleja del sol, la temperatura cae a 180 grados Celsius bajo cero, mucho más frío de lo que Philae puede soportar.
Aunque la máquina espacial no estuvo activa mucho tiempo, la información que recolectó cambió la manera de pensar sobre los cometas y ha sido una lección útil para el diseño de futuras misiones en busca de pistas sobre el universo.
“Incluso después de esa inesperada excursión, el módulo logró efectuar un impresionante despliegue de mediciones científicas, algunas cuando aún estaba volando sobre la superficie”, agregó la Agencia Espacial Europea (ESA).
Pudo completar “en torno al 80%” de las actividades para las que estaba diseñado, como tomar imágenes del cometa durante el descenso y desde la superficie, encontrar restos orgánicos en su anfitrión y perfilar las condiciones del cometa, aportando “información revolucionaria sobre ese mundo fascinante”.
Actualmente, Philae se encuentra a unos 350 millones de kilómetros del sol. En unos seis años, el robot y Rosetta, que aterrizará sobre el cometa para terminar la misión, se acercarán a la Tierra cuando la órbita del cuerpo celeste lo lleve otra vez hacia el sol.
Fuente: Agencias