La carrera por conseguir la aprobación de un proyecto de vacuna contra el COVID-19 parece estar entrando a una recta final, en la que algunos de los competidores intentar ser los primeros a como dé lugar. No importa si es por una nariz.
La semana pasada la iniciamos con el anuncio de la alianza entre Pfizer y BioNTech con respecto a que su proyecto de vacuna había logrado una eficacia del 90%. Inmediatamente, el Instituto Gamaleya, de Rusia, apareció ante los medios a anunciar que su proyecto de vacuna Sputnik V tenía 92% de eficacia.
Este lunes, el laboratorio Moderna (cuya candidata a vacuna usa la misma tecnología que la de Pfizer) anunció que había logrado una eficacia del 94,5% en sus resultados preliminares. Y ayer, Pfizer y BioNTech anunciaron que ellos también habían alcanzado una eficacia del 95%. Por supuesto, estas noticias no solo alimentan las esperanzas globales por encontrar una herramienta efectiva para controlar la pandemia, sino que hicieron que las bolsas europeas cerraran al alza por estos anuncios.
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“Estamos ante una demanda de vacunas casi sin precedentes. Y la necesitamos de manera urgente, porque no es solo una vacuna contra la enfermedad, sino contra la crisis económica y social. A esa demanda se ha respondido con una oferta grande, con una competencia de mercado. No hay que olvidar que se mueve muchísimo dinero alrededor de los países que están comprando grandes cantidades de vacunas y de las farmacéuticas, que quieren demostrar quién tiene el mejor producto más pronto”, explica a El Comercio Mateo Prochazka, epidemiólogo y experto en salud pública.
De todas maneras, el especialista recalca que son buenas noticias. “Si fuera una sola vacuna, podría ser una mal hecha y las farmacéuticas no tendrían presión de desarrollar un mejor producto. Es como pasa con los celulares: Apple sacando los nuevos iPhone, otras marcas sacando los de Android... Es lo mismo, una gran competencia por productos que tienen una demanda garantizada”, agrega.
—Aclarando conceptos—
Pero ¿qué significa que una vacuna en desarrollo tenga un nivel de eficacia superior a 90%? ¿Por qué no es eficaz al 100%? Para responder estas preguntas es importante saber las diferencias entre eficacia y efectividad.
Los porcentajes de eficacia brindados por Pfizer/BioNTech, Gamaleya y Moderna se obtuvieron de los ensayos clínicos, que se realizan con voluntarios que recibieron las candidatas a vacuna contra el COVID-19. Es decir, en un entorno controlado y supervisado.
Según la OMS, la efectividad es la capacidad que tiene una vacuna ya aprobada de proteger contra una enfermedad cuando se aplica en condiciones de campo. Para ello, realizan estudios observacionales [de cohorte y estudios de casos y controles] Estos evalúan cuán efectivas son las vacunas al comparar los casos de enfermedad entre las personas que se vacunaron en comparación con las que no se vacunaron.
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“Esta eficacia va a convertirse en efectividad una vez que la llevemos al campo [...] Además de los factores relacionados con los virus [en el caso de la vacuna de la influenza], otros factores asociados al organismo hospedador (como la edad, las afecciones médicas subyacentes, los antecedentes de infecciones previas y las vacunaciones anteriores) pueden afectar los beneficios que aporta la vacunación”, señaló hace unos días Edward Mezones, médico epidemiólogo y experto en inmunizaciones, en conversación con el periodista científico Yerson Collave.
Prochazka aclara que si bien se habla de un 95% de eficacia, eso no quiere decir que en el 5% restante no se produzca ningún tipo de inmunidad, sino que esta no llegará a ser total en cada una de ellas.
¿Son suficientes estos anuncios, pese a que los ensayos clínicos aún no concluyen? “Los laboratorios están considerando que sus resultados obtenidos son bastante significativos, por lo que podrían detener sus ensayos y solicitar una aprobación expedita a las autoridades. Sin embargo, hay que considerar también el tema político en EE.UU.”, sostiene Prochazka.
MÁS DATOS
- Entre los temas por conocer está qué duradera será la protección que brinden las futuras vacunas.
- BioNTech espera conseguir una aprobación a mediados de diciembre.
- Según expertos, el mercado podría acoger hasta ocho diferentes vacunas.
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Eficacia del proyecto de vacuna contra el COVID-19 de Sinopharm se evaluará en la quincena de diciembre
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