Es difícil imaginar que, en la fila para vacunarnos contra la gripe, pensemos que hubiera sido preferible esperar para ponerse una vacuna diferente a la que nos van a poner. O que después de haber vacunado a nuestros hijos contra el sarampión en un país, queramos repetir la vacuna en otro.
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Esas posibilidades no se dan porque esas vacunas están desarrolladas sobre una plataforma científica única, por lo que ni siquiera nos fijamos qué laboratorio la fabrica. Son, simplemente, la vacuna contra la gripe o la vacuna contra el sarampión.
En el caso de las vacunas contra el COVID-19, es diferente. La disponibilidad de varias vacunas ha hecho que –a pesar de que todas previenen eficientemente de enfermedad grave y muerte– percibamos que algunas son mejores que otras. En ese sentido, una de las preguntas más frecuentes que se hace la gente es la que refiere a la posibilidad de combinar diversos tipos de vacunas.
Ya sea por razones de desconfianza a las vacunas que han recibido o porque, después de haber recibido ciertas vacunas, necesitan cumplir disposiciones migratorias para entrar a Europa u otro país, mucha gente se pregunta si es posible revacunarse con alguna otra vacuna, después de haber recibido ya otra.
“La disponibilidad de varias vacunas ha hecho que [...] percibamos que algunas son mejores que otras”.
En ese sentido, preguntas frecuentes son, por ejemplo, si después de haber recibido la vacuna de Sinovac (CoronaVac), Sputnik V o Sinopharm, es posible que puedan recibir las vacunas de Pfizer o Moderna, o que si después de haber recibido la vacuna de Johnson & Johnson, que requiere una sola dosis, es posible que puedan recibir alguna otra como refuerzo.
El asunto es que la investigación científica sobre ese tema fue motivada por la necesidad de buscar una segunda dosis a millones de personas que se quedaron en el aire después de recibir su primera dosis de la vacuna de AstraZeneca. Eso, porque la vacunación se suspendió en Europa en marzo al descubrirse una posible relación entre la vacuna y la formación de coágulos.
Por eso las primeras investigaciones publicadas sobre el tema de combinación de vacunas fueron las que incluyeron a la vacuna de AstraZeneca, en combinación con la de Pfizer, de amplio uso en Europa. En ese sentido, hay estudios españoles, alemanes y británicos que han demostrado que sí es posible mezclar esas dos vacunas.
—Estudio español—
El estudio CombiVacS, del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, sorteó de manera aleatoria a 673 personas que habían recibido una primera dosis de AstraZeneca en dos grupos: el primero, de 441 participantes, recibió como segunda dosis la vacuna de Pfizer; y el segundo, de 232 personas, fue el grupo control pues no recibió ninguna vacuna.
Los resultados indicaron que la vacuna de Pfizer aumentó en 42 veces la producción de anticuerpos contra la espiga del virus y que los efectos secundarios fueron leves y similares a los reportados en estudios de la vacuna de Pfizer, no causando atención médica extra ni hospitalización en ningún caso.
—Estudios alemanes—
En el primero, prepublicado el 2 de junio, investigadores de la Universidad de Berlín estudiaron a 340 trabajadores de la salud que recibieron dos dosis de la vacuna de Pfizer, o una inicial de AstraZeneca, seguida de una dosis de Pfizer. Lo que encontraron fue que en ambos regímenes se desencadenó una respuesta inmune que incluyó anticuerpos neutralizantes y células de memoria T2.
El segundo, realizado por investigadores de la Universidad de Saarland, en Hamburgo, y prepublicado el 15 de junio, encontró que la respuesta inmune –tanto de células de memoria como de anticuerpos– fue superior con el régimen mixto, que con dos inyecciones de la vacuna de Oxford o dos inyecciones de la de Pfizer.
“La inmunidad debe considerar sus dos componentes: el celular (células T) y el humoral (anticuerpos)”.
—Estudio de Oxford—
Investigadores de la Universidad de Oxford han publicado dos estudios sobre la combinación, en cualquier orden, de las vacunas de AstraZeneca y Pfizer.
El primero, publicado en “The Lancet” del 12 de mayo, reporta que, a pesar de que los efectos secundarios fueron levemente mayores cuando la segunda dosis fue de una vacuna diferente a la primera, ninguno fue lo suficientemente grave como para hospitalizar a los voluntarios.
El segundo, prepublicado también en “The Lancet” del 25 de junio, encuentra que la combinación de AstraZeneca y Pfizer fue mejor que la de cada una por separado, y se demostró un hecho científico que puede servir como modelo para futuros programas de vacunación.
El hallazgo inesperado fue que, aunque la producción de anticuerpos neutralizantes fue más alta en personas que recibieron las dos vacunas de Pfizer, la respuesta de células T de memoria fue dos veces más alta cuando se dio la primera dosis de AstraZeneca, seguida de Pfizer. Es decir, parece que una primera dosis de vacuna de vector viral, seguida de una de ARNm, sería una buena ruta de investigación.
Como sabemos, la inmunidad debe siempre considerar sus dos componentes: el celular o de células T de memoria, y el humoral, o de producción de anticuerpos neutralizantes.
—AstraZeneca y Moderna—
En el primer estudio que combina esas vacunas, investigadores suecos del Instituto Karolinska demostraron que, al igual que la de Pfizer, la vacuna de Moderna estimula eficazmente a la población de células T de memoria y anticuerpos neutralizantes, generada en respuesta a la primera dosis de la vacuna de AstraZeneca.
—Corolario—
Hasta el momento, las únicas combinaciones de vacunas estudiadas son las de AstraZeneca y Pfizer, y de AstraZeneca con Moderna, y que, a pesar de que Canadá permite intercambiar las vacunas de Pfizer y Moderna, la FDA de EE.UU. no lo ha autorizado. La combinación de otras vacunas puede considerarse una forma de automedicación, y se debe buscar consejo médico antes de hacerlo.
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