Imaginemos que, en un futuro no muy cercano, el cirujano de una persona muy enferma, en necesidad de un trasplante de hígado, simplemente ordene –tal como hoy ordenamos un par de zapatos en línea– que, para tal día y hora, se le envíe un hígado para su paciente.
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La llamada la recibe un laboratorio de procura de órganos para trasplante. Inician los trámites para identificar y sacrificar a un cerdo genéticamente modificado para proveer el órgano requerido. Otros órganos del animal sacrificado [corazón, riñones, la piel, páncreas o algún otro], podrían ser enviados a otros pacientes.
Esa situación de ciencia ficción está muy cerca de convertirse en realidad. Recientemente se informó que, por primera vez en la historia de la medicina, seres humanos han recibido un corazón y riñones de cerdos genéticamente modificados, órganos que empezaron a funcionar normalmente, sin ser rechazados por el sistema inmunológico de los receptores.
Compatibilidad de órganos y tejidos
En el campo de trasplante de órganos existe un concepto muy importante llamado compatibilidad de tejidos: que los tejidos u órganos de un ser humano sean aceptados por el de otro.
Esa compatibilidad debe explorarse antes de cualquier trasplante, e incluye tres pruebas: el examen del grupo sanguíneo, el ‘crossmatch’ (en el que la sangre del donante y del receptor se mezclan buscando anticuerpos neutralizantes incompatibles) y un examen HLA (siglas en inglés de ‘human leukocyte antigen’), en el que se buscan antígenos en las células del donante que puedan ser rechazados por el receptor. De los más de 100 antígenos que pueden causar rechazo, seis son los más importantes: tres se heredan del padre y los otros tres de la madre.
Es fácil imaginar que si entre seres humanos, miembros de la misma especie ‘Homo sapiens’, existe tanta diversidad y posibilidad de rechazo de un órganos o tejido para trasplante, más intensa debe ser la posibilidad de que un órgano o un tejido sea rechazado entre seres vivientes de especies diferentes. Pero la ciencia está avanzando.
“Que se hayan logrado los primeros xenotrasplantes nos da la esperanza de que se pueda salvar a más personas”
Cerdos genéticamente modificados
Se eligió al cerdo para los xenotrasplantes porque estos animales desarrollan órganos de forma y tamaño muy similares a los de los seres humanos.
La ciencia ha permitido descubrir los genes del genoma del cerdo que permiten la síntesis de moléculas o antígenos, que, al ser reconocidos por el ser humano, provocan una intensa reacción de rechazo. Conocidos esos genes, es posible entonces apagar los que causan el rechazo y reemplazarlos por genes humanos, para lograr ‘cerdos humanizados’.
Uno de esos cerdos es el GE-10 de la compañía Revivicor, con 10 modificaciones genéticas dirigidas a humanizar al animal: seis incluyen la inserción de genes humanos, tres para el nocaut de genes porcinos, y se elimine la posibilidad de rechazo, y el último, para inhibir la hormona de crecimiento del cerdo, y que el corazón no siga creciendo luego de trasplantado.
La manera de crear los cerdos genéticamente modificados es a través de la técnica modificación genómica de células somáticas del cerdo, seguida de la transferencia nuclear, desarrollada en 2001.
Esta técnica implica varias etapas. Primero, preparan un huevo mediante inseminación artificial del óvulo de una cerda con el espermatozoide de un cerdo. Luego, extraen el núcleo de ese huevo y realizan 10 modificaciones genéticas en el núcleo de una célula somática de cerdo. Después, se transfiere el núcleo genéticamente modificado recién preparado al cascarón vacío del huevo, reemplazando al núcleo extraído. Se activa esa nueva célula, genéticamente modificada, con una corriente eléctrica para que se desarrolle y forme un embrión. Se transfiere el embrión al útero de una cerda para que, luego de 114 días, nazca un cerdo genéticamente modificado, criado en estrictas medidas de aislamiento para evitar contagios de citomegalovirus y el retrovirus C endógeno porcinos.
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Las granjas del futuro
No es descabellado imaginar que cientos o miles de cerdos genéticamente modificados puedan crecer en granjas especialmente diseñadas para proveer órganos a cientos de miles de personas que esperan por un órgano.
Solo en EE.UU. viven 700.000 personas con insuficiencia renal crónica, que necesitarán de un trasplante de riñones en algún momento de su evolución. La gran mayoría morirá esperando ese tan ansiado riñón.
En el Perú, 7.035 personas están en lista de espera para recibir un órgano, y con una de las tasas de donación más bajas del mundo (dos por millón de habitantes, que disminuyó a 0,5 por millón por la pandemia), el destino de esos enfermos es una muerte segura.
La ciencia avanza y que se hayan logrado los primeros xenotrasplantes de la historia de la medicina nos da esperanza de que, en la próxima década, puedan salvarse las vidas de cientos de miles de personas en necesidad de un órgano.
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