Un aumento de solo 0,5 grados centígrados en la temperatura del planeta sería devastador. Fenómenos meteorológicos extremos, incremento del nivel del mar, desaparición de los hielos del Ártico serían algunos de los problemas a los que nos enfrentaríamos. No obstante, aún hay esperanzas, y todos nosotros podríamos contribuir a evitar el calentamiento global, por ejemplo, cambiando nuestra forma de alimentarnos.
Tal fue la conclusión a la que llegó un estudio divulgado en la revista Nature que afirma que la humanidad debe cambiar su dieta para, de esa forma, limitar el impacto del cambio climático, la escasez de agua dulce y la contaminación de la tierra y los ríos. La citada investigación sigue a la publicación de un informe histórico de la ONU, en el que los científicos advierten sobre las consecuencias devastadoras del aumento de tan solo medio grado de temperatura.
Las recomendaciones de este nuevo estudio para tener un futuro sostenible son: reducir a la mitad el desperdicio de alimentos, mejorar las prácticas agrícolas y adoptar una dieta flexitariana.Y si bien las dos primeras propuestas dependen más de la industria alimentaria; la última sí involucra el compromiso de todos los habitantes del planeta. Para los autores del informe, no debería ser solo una cuestión de elección, sino una urgencia si es que se quiere evitar contaminar y calentar más el planeta. Pero ¿en qué consiste este tipo de alimentación y por qué es tan importante para impedir el aumento del calentamiento global?
--- Ganadería y contaminación ---
La dieta flexitariana está basada fundamentalmente en alimentos provenientes de plantas. Así, reduce significativamente la ingesta de carne pero no la elimina. El estudio, que estuvo dirigido por Marco Springman, investigador de la universidad de Oxford, ahonda en el hecho de que la producción de productos animales genera la mayoría de las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con la industria alimentaria (hasta el 78% de las emisiones agrícolas totales). “El calentamiento global se produce por la concentración de ciertos gases que, si bien existen en la atmósfera, por acción del hombre aumentan su concentración mucho más allá de sus parámetros normales: el principal es el dióxido de carbono, pero también está el metano”, explica a El Comercio David García, especialista medioambiental de Libélula, empresa consultora en temas ambientales. “En el ámbito agropecuario, por los procesos de digestión de los animales (conocido como fermentación entérica) siempre hay una emisión de gas metano, siendo el ganado vacuno uno de los que más emite”, añade.
Además, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, el sector ganadero es el mayor consumidor mundial de tierras agrícolas, a través del pastoreo y el uso de cultivos forrajeros (exclusivos para el consumo animal). Los recursos naturales que sustentan la agricultura, como la tierra y el agua, son cada vez más escasos y están cada vez más amenazados por la degradación y el cambio climático.Las consecuencias se agravan si tenemos en cuenta que para el 2050 habrá que alimentar a un total de 10.000 millones de personas en todo el mundo.Por eso, la dieta flexitariana propone reducir el consumo de carne roja a una ración por semana, media ración de carne blanca, una de productos lácteos y un mayor consumo de legumbres, frutos secos y otros vegetales. Si todos adoptaran esta dieta, las emisiones de gases de invernadero provenientes de la agricultura se mitigarían en más de la mitad, según el estudio.
--- Beneficios a la salud ---Algunas personas pueden tener dudas acerca un régimen alimenticio que limite la carne, por eso, consultamos con Katie Zeratzky, dietista de la Clínica Mayo de EE.UU, sobre las características y beneficios de la dieta recomendada por los autores del estudio. La especialista explica que, aquí, la ventaja es que todos los grupos de alimentos están permitidos, con la consideración que el mayor porcentaje recae sobre las plantas; no obstante, ocasionalmente se puede comer pollo, pescado y otros productos animales como huevos y lácteos.
No existe una proporción correcta o incorrecta, ya que es muy flexible, de ahí el nombre. Puede adaptarse a la vida y preferencias de cada uno. Una comida puede ser 100 % a base de plantas o 75 % de plantas con 25% de derivado de animales: carne, productos lácteos o huevos.“Al igual que otras dietas centradas en plantas ricas en fibra y nutrientes, un patrón de alimentación flexitariana puede proteger contra enfermedades cardíacas y otras afecciones crónicas”, comenta Zeratzky y, de esa manera, concuerda con Springman y su equipo.Algunos ejemplos de comida flexitariana:- Comida 100 % vegetariana. Constituida de frejoles, lentejas, soya (o un sustituto de la carne como fuente de proteína con verduras o frutas) y un grano.- Comida de verduras o frutas, granos y pescado. Más específicamente, un frejol clásico y arroz o grano con verduras, o tal vez un guiso de lentejas sobre un grano. - Comida con una fuente de proteína animal. Una porción generosa de verduras mixtas salteadas con un trozo de pescado, pollo o tortilla de verduras en rodajas y queso, más fruta.Springman, por su parte, en su estudio propone comer:► 88% menos carne de cerdo. De 37,8 g a 4,5 g por día►73% menos de carne bovina. De 25,17 g a 6,66 g por día► 49% menos de arroz. De 126,4 g a 64,2 g por día► 282% más semillas y nueces. De 13,3g a 51 g por día► 209%. Legumbres. De 16,74 g a 51,7 g por día► 77% más verduras y vegetales. De 229,1 g a 405,41 g por día
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