Nadie puede negar la relevancia de Apple en el mundo tecnológico. Y gran parte de ese éxito se debe al genio que la fundó, Steve Jobs. Sin embargo, hubo un tiempo en el que las cosas no fueron tan bien para al fundador de la firma de la manzana. Fue en esa época en la que creó NeXT, una compañía que marcaría un legado –poco conocido– en la industria de las computadoras.
Era la década de los 80, y uno de los movimientos del entonces joven visionario fue desarrollar una computadora con una potencia nunca antes vista. Jobs sabía que desde Apple no tendría la autorización del directorio para dedicarse a su nueva idea, por lo que decidió fundad su propia empresa, NeXT. Para cumplir su meta, se llevó a algunos empleados con él, aunque prometió que sus nuevos productos no interferirían con los planes de Apple, ya que él vendería estaciones de trabajo pensadas para el ámbito educativo y no para los consumidores en general.
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Lamentablemente las cosas no resultaron como esperaba, y Jobs tuvo que renunciar a Apple, una compañía que le había quitado el poder que alguna vez tuvo, incluso, recibió una demanda de esta por “esquemas nefastos”. “Es difícil pensar que una empresa de 2.000 millones de dólares con más de 4.300 personas no pueda competir con seis personas en vaqueros”, expresó Jobs ante la demanda que terminó resolviéndose más adelante.
¿Cómo era Next? No había empleados, sino solo “miembros” del equipo. Asimismo, solo había dos salarios: todos aquellos que se habían sumado a la empresa antes de 1986 recibían US$ 75.000 anuales y todos los que se unieron después US$ 50.000 anuales. Así, algunos empleados recibían más dinero que algunos gerentes.
El primer producto de la empresa de Jobs fue el NeXT Computer, presentada en 1988. El equipo constaba de una CPU Motorola 68030 capaz de alcanzar una velocidad de 25 MHz y se ofrecía de serie con 8 MB de RAM, aunque existía la posibilidad de ampliar este elemento hasta los 64 MB, una cantidad enorme para aquellos años. A nivel de almacenamiento, contaba con una unidad magnetoóptica de 256 MB y se podía adquirir opcionalmente una unidad de disco de 330 MB o 660 MB.
Definitivamente, la máquina no estaba hecha para usuarios comunes, pues su precio era de US$ 6.500, que actualmente serían unos US$ 16.300. Los principales compradores eran instituciones grandes.
Pero las cosas no iban tan bien como Jobs habría esperado, por lo que finalmente decidió concentrarse solo en el desarrollo de software. Paralelamente a eso, Apple pasaba momentos complicados con el sistema operativo de sus computadoras, ya que había envejecido. La empresa había considerado incluso negociar con Microsoft para resolver el tema.
Pese al mal desenlace del pasado, Apple comenzó a recibir señales de que NeXT estaría dispuesta a llegar a un acuerdo. Las negociaciones empezaron por los mandos medios y avanzaron hasta un momento en el que Jobs volvió a Cupertino después de once años. Finalmente, Apple compró NeXT en 1997 por US$ 429 millones y 1,5 millones de acciones en un acuerdo que contemplaba que parte del sistema operativo de NeXT se utilizaría para desarrollar una nueva versión de Mac OS llamada Mac OS X.
Como parte del trato, Jobs volvió a Apple. Primero como consultor externo, después como director ejecutivo interino y, en 2000, como director ejecutivo permanente. En este cargo permaneció hasta su renuncia el 24 de agosto de 2011, tiempo antes de su muerte el 5 de octubre de ese mismo año.
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