En julio del 2015, la revista “New York Magazine” puso en su portada las fotos de 35 mujeres. Todas ellas acusaban al actor Bill Cosby por agresiones sexuales a lo largo de cuatro décadas. En la tapa de la publicación aparecía también una silla vacía que representaba a otras víctimas que no mostraron sus rostros: son más de 60 las que lo han denunciado.
Hoy, casi dos años después, pese a la presión mediática, los escándalos y las escabrosas revelaciones, todas las acusaciones parecen haber caído en saco roto. El juicio en contra de Cosby –por el caso en particular de Andrea Constand, quien lo denunció por sedarla y abusar de ella en el 2004– fue declarado nulo luego de que el jurado no llegara a un acuerdo unánime. Fueron 50 horas de deliberaciones tras las cuales se llegó a un punto muerto. El actor de 79 años se enfrenta, por lo menos hasta el momento, a cuatro demandas civiles por separado, por lo que no se descarta que deba volver a juicio próximamente.
LOS PLIEGUES DE LA MORALLas reacciones al caso han ido pasando de la incredulidad a la decepción y a la indignación generalizada. Cosby, un personaje muy querido de la televisión estadounidense, además de figura ejemplar e ícono pionero de la comunidad afroamericana, ha visto su reputación desmoronarse por las múltiples acusaciones, que dejaron de ser hechos aislados para mostrar, incluso, casi un patrón de conducta criminal.
Poco lo ayudan, además, las recientes declaraciones de su agente, Andrew Wyatt, quien ha anunciado que Cosby planea iniciar una serie de conferencias dedicadas a hombres acusados por delitos sexuales, una idea que suena a mala broma, pero que parece que el actor y su equipo de asesores están tomando muy en serio. “Este problema puede afectar a cualquier persona joven, especialmente los atletas jóvenes de hoy”, dijo Wyatt, al señalar que el actor busca relatar sus embrollos judiciales y las supuestas fallas del sistema.
NORMALIZACIÓN DE LA VIOLENCIANo han faltado quienes han encontrado en el caso de Cosby un síntoma de nuestros tiempos. Si un audio del otrora candidato presidencial Donald Trump en el que afirmaba: “Si eres famoso, las mujeres te dejan hacer lo que quieres” no impidió que llegara a la Casa Blanca, no debería sorprender que la justicia pase por alto los testimonios de decenas de mujeres que acusan a una celebridad.La caída en desgracia del por mucho tiempo llamado ‘papá de Estados Unidos’ deja huérfanos, es cierto, pero sobre todo una sensación de falta de justicia que poco llama a la risa.