Ha sido descrito como el hotel más grande del mundo: un complejo de 12 torres que albergarán 10.000 habitaciones, un centro comercial, 70 restaurantes, un centro de convención, cuatro helipuertos y cinco pisos para uso exclusivo de la familia real saudita.
Es el Abraj Kudai, un megaproyecto de US$3.500 millones que casi equivale a la construcción de una ciudad dentro de otra ciudad: la ciudad sagrada de La Meca, en Arabia Saudita.
Para las autoridades sauditas, que están financiando el complejo, el objetivo de esta “ciudad de lujo” es satisfacer las demandas cada vez más exigentes de los adinerados peregrinos que cada año llegan a La Meca procedentes de los ricos países del Golfo Pérsico.
Para los historiadores y arqueólogos musulmanes, la construcción del Abraj Kudai es el último “insulto” en un programa de remodelación que ha convertido a La Meca, el lugar más sagrado para los musulmanes, en “una amalgama de Las Vegas y Disneylandia”.
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Se piensa que Abraham construyó la Kaaba, el edificio en forma de cubo en el centro de la Gran Mezquita.
“Todos los lugares históricos de La Meca han sido diezmados” le dice a BBC Mundo Ziauddin Sardar, presidente del Instituto Musulmán en Londres, y autor del libro “Mecca: The Sacred City” (La Meca: La Ciudad Sagrada).
“La Mezquita Sagrada, donde está la Kaaba, que es el centro simbólico para los musulmanes en todo el mundo, ya no es el principal sitio arquitectónico de la ciudad”.
“Ahora el foco de atención es el repulsivo Hotel Makkah Royal Clock Tower que con su torre de 600 metros de altura es uno de los edificios más altos del mundo”, explica.
“Así toda la historia del Islam, toda su antigüedad y patrimonio han sido destruidos y en su lugar se ha construido una Disneylandia en La Meca” asegura Ziauddin Sardar.
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El Hotel Royal Clock Tower es uno de los edificios más altos del mundo.
El Hotel Makka Royal Clock Tower, también conocido como las Torres Abraj Al-Bait, forma parte de un megaprograma de desarrollo que comenzó en la década de 1960 para ampliar la ciudad sagrada.
El proyecto comenzó con la remodelación de la Mezquita Sagrada (Mezquita de Al Haram) y la restauración de la Kaaba, el edificio sagrado en forma de cubo ubicado en el centro, hacia el cual los musulmanes oran cinco veces al día.
En ese entonces la superficie total de la mezquita alcanzaba unos 30.000 m2. Hoy en día el recinto tiene una superficie total de más de 320.000 m2 y tiene una capacidad para más de un millón de personas.
Ahora la última fase de este proyecto de desarrollo es el Abraj Kudai, el megahotel de cinco estrellas que se espera será estrenado en 2017.
El Hajj
El programa, dicen las autoridades sauditas, es necesario para poder albergar a los millones de fieles que realizan cada año el peregrinaje -o Hajj- a la ciudad sagrada, un trayecto que todos los musulmanes con los medios para hacerlo deben realizar al menos una vez en su vida.
Se informó que en 2014 llegaron a la ciudad tres millones de peregrinos.
“La Meca es la ciudad más sagrada para el Islam porque está vinculada al nacimiento del profeta Mahoma y porque es donde está la Santa Kaaba que se dice fue construida por Abraham” explica Ziauddin Sardar.
La ciudad también está vinculada con las primeras revelaciones del profeta inscritas en el Corán.
Pero en las últimas décadas, dice el presidente del Instituto Musulmán, se ha destruido la mayoría de los edificios históricos de la ciudad para dar paso a rascacielos y complejos modernos.
Por ejemplo, el hotel Royal Clock Tower fue construido en el sitio donde se ubicaba la Fortaleza de Ajyad, una ciudadela otomana del siglo XVIII que vigilaba desde la montaña a la Gran Mezquita.
Y en la lista de sitios desaparecidos también están, entre otros, la Casa de Jadiya, la primera esposa de Mahoma, la Casa de Mawlid, donde se dice que nació el profeta y varias tumbas de los descendientes del profeta.
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La Fortaleza de Ajyad, que vigilaba desde la montaña a la Gran Mezquita fue destruida para construir un nuevo complejo.
“Casi toda la historia de La Meca y el Islam ha dido borrada y en su lugar ahora vemos enormes centros comerciales” asegura el autor de “La Meca: La Ciudad Sagrada”.
“Si tú vas al Vaticano puedes ver la historia del cristianismo y catolicismo en su basílica, sus tumbas y museos. Pero en La Meca todos sus antecedentes han sido destruidos”, agrega.
Oposición
Pero si alguien decidiera un día destruir la Basílica o la tumba de San Pedro, podemos suponer que habría una indignación y oposición global ante tal hecho.
¿Ha habido oposición en el mundo musulmán por los cambios en La Meca?
“Eso es lo más sorprendente” dice Ziauddin Sardar, “no ha habido voces de indignación para objetar a esta destrucción”.
“Porque nadie realmente se atreve a criticar a Arabia Saudita. Los musulmanes tienen una increíble admiración por las autoridades sauditas y esto es por dos razones: son los benefactores de muchas comunidades musulmanas y son los que controlan la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), que es una especie de ONU para el mundo musulmán” expresa el experto.
“Sin embargo, muchos musulmanes que regresan de La Meca me han expresado su horror por la forma como ha sido remodelado en centro del Islam, que describen como una versión de Las Mil y Una Noches en Disneylandia”.
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Para las autoridades sauditas es más importante albergar a los peregrinos que conservar monumentos.
Los críticos aceptan que la ciudad necesita incrementar su capacidad para albergar a los millones de peregrinos que visitan la ciudad. Pero cuestionan el hecho de que los hoteles y centros comerciales se hayan construido justo al lado de los lugares más sagrados.
“¿Por qué los ”guardianes“ de la ciudad sagrada (los clérigos y dirigentes sauditas) no planearon una expansión más cuidadosa y más respetuosa? La respuesta, en mi opinión, es que tienen un odio profundo por la historia y quieren hacer del Hajj una empresa que rinda beneficios, un paquete turístico que deje mucho dinero en la ciudad”, dice Sardar.
En noviembre de 2011, durante la construcción del Hotel Royal Clock Tower, la BBC entrevistó al príncipe Khaled al Faisal, emir (gobernador) de La Mecca y le planteamos las críticas sobre la remodelación de la ciudad.
“Los rascacielos están en todas partes el mundo, no sólo en La Meca. Y para mi, albergar a las personas y que se sientan cómodas es más importante que conservar un monumento. Esta es la realidad y tenemos que aceptarla”, afirmó el emir.
De cualquier forma, expresa Ziauddin Sardar, “ya es demasiado tarde. Los sitios históricos están destruidos y ya no queda nada qué proteger”.
“Pero los musulmanes deben darse cuenta de lo que está ocurriendo y de la ideología detrás de esta transformación. Porque de lo contrario no sólo se habrán destruido los lugares sagrados, sino también quedará destruida la espiritualidad de este lugar”.
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La expansión de La Meca continúa y en 2017 se inaugurará el hotel más grande del mundo.