“Fue un vuelo magnífico. Por encima, a través y por debajo de las nubes”: un parapentista sudafricano se lanzó la semana pasada por primera vez de manera legal cerca de la cima del Everest, la montaña más alta del mundo.
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Pierre Carter, de 55 años, voló desde el collado sur del Everest, a unos 8.000 metros de altitud, precisó el martes el organizador de la expedición. En total, solo 20 minutos le fueron necesarios para llegar al pueblo de Gorakshep, situado a 5.164 metros.
Las condiciones meteorológicas le disuadieron de lanzarse desde la cima del Everest, a 8.849 metros de altura. “Cuanto más alto estás, más difícil es despegar, porque la presión del aire es mas importante y la vela no vuela tan fácilmente”, explicó Carter a la AFP.
Esta hazaña es notable según Dawa Steven Sherpa, de Asian Trekking, empresa de expediciones con base en el Nepal y preguntada por la AFP: “Es la primera vez que Nepal otorga un permiso de vuelo sobre sus montañas”.
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Esta experiencia debería, según él, inspirar a más de un alpinista durante la próxima temporada, ahora que las autoridades nepalíes parecen abiertas a autorizar vuelos con salida en las cimas del Himalaya.
Hasta ahora, solamente tres vuelos habían sido registrados desde el Everest, todos efectuados sin autorización gubernamental.
El primero fue el alpinista y piloto francés Jean-Marc Boivin, que descendió la cima en parapente en 1988. En 2001, una pareja francesa le imitó en dúo, algo repetido diez años más tarde por dos alpinistas nepalíes.
“Las autoridades ven ahora que esto puede estimular la industria del turismo en Nepal, sobre todo después del COVID”, estimó Dawa Steven Sherpa.
El país abrió sus cimas a los alpinistas el año pasado, después de la pandemia de COVID-19.
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Carter no es un novato. Comenzó la escalada siendo un adolescente y se interesó rápidamente por el parapente, disciplina en la que ha ido acumulando logros.
Desde 2005, ha volado en cinco de las siete montañas más altas de los diferentes continentes, empezando en el monte Elbrus de Rusia.
En 2016, Carter alcanzó la cima del Denali, en Alaska, pero no fue autorizado a volar. Su próximo objetivo será repetir la gesta en la cima del Macizo Vinson en la Antártida.
Desde el inicio de la temporada, al menos tres alpinistas, uno ruso y dos nepalíes, han muerto intentando llegar a la cima del Everest.