Hace muchos años, el renombrado pintor y escultor español Pablo Picasso (1881-1973), descubrió el pueblo llamado Horta de Sant Joan. Este pequeño municipio, envuelto por mucha naturaleza y por la vida rural, sirvió como inspiración para gran parte de sus obras de arte.
El punto de inicio para conocer el pueblo que enamoró a Pablo Picasso, es una plaza de Cataluña. Una zona animada con bares, tiendas y carteles informativos que dan la bienvenida a los turistas como también a su gente local. El pueblo, ubicado encima de un monte, se caracteriza por sus bellos paisajes naturales y además, ofrece una magnífica impresión desde cualquier punto que se mire. La actividad principal del pueblo es la agricultura de secano y los enormes campos de olivo. Así como también el tapizado de viñas y almendras. Sin embargo, muchos turistas tienen el deseo de conocer el pequeño pueblo, debido a la figura de Pablo Picasso.
La historia de Picasso con el pueblo Horta de Sant Joan, situado en el límite entre Cataluña y Aragón, empezó en el verano de 1898, cuando el artista tenía solamente 16 años. En esta época, Picasso fue invitado a la escuela de arte en Barcelona por su amigo Manuel Pallarés. Por supuesto que el artista aprovechó los bellos paisajes para realizar algunas pinturas. Algunos años más tarde, en 1909, Picasso decidió regresar, pero de esta vez con un periodo un poco más largo. Pablo Picasso vivió en el pueblo durante cuatro meses, el artista realizó alrededor de setenta obras, confirmando en ese entonces el estilo del cubismo geométrico. Con este estilo, Picasso produjo algunas de sus obras más significativas: La Balsa y La Fábrica, actualmente exhibida en el Museo de Arte Moderno de Moscú.
¿Qué conocer en el pueblo que inspiró a Picasso?
Conocido por ser un bello patrimonio arquitectónico, el pueblo de Horta de Sant Joan cuenta con diversas atracciones que van desde el Centro Picasso hasta exuberantes paisajes, los cuales permiten hacer trekkings, como también permiten disfrutar de los vinos y de la comida local.
El centro Picasso, es un museo estructurado en tres pisos diferentes. En donde el primer piso y el segundo representan las dos estancias del pintor. Asimismo, la planta baja está compuesta por fotos, anécdotas curiosas sobre la vida de Picasso en este pueblo y objetos del pintor. Sin embargo, las obras presentadas por el Museo son reproducciones de las originales, vale la pena visitar este centro que contiene tanta historia.
Otra opción un poco diferente de la anterior es disfrutar de las imponentes Rocas de Sant Benet, ubicadas en el Parque Natural de Els Ports. Una de las rocas llega a alcanzar 1.447 m en el Monte Caro. Actualmente el espacio, es una buena opción para quien busca un contacto más directo con la naturaleza. Para llegar a este increíble lugar, se debe pasar por el área de recreo La Franqueta, ubicado a 9 km del pueblo Horta. El trayecto más popular se conoce como la pequeña Cueva de Picasso. La cual era la cueva en la que el pintor y su amigo Pallarés, pasaron los días de verano.
Otra opción, es el Convento de Sant Salvador, el cual fue elegido como primer destino visitado por el pintor Pablo Picasso. El santuario, declarado como monumento histórico artístico, está ubicado en los pies de la montaña de Santa Bárbara. El lugar merece una visita guiada, ya que presenta mucha historia. El pueblo, muy conocido por sus vinos, también presenta su única bodega llamada Les Vinyes del Convent, inaugurada en el año 2017. Esta presenta sus vinos, fabricados a partir de la uva garnacha alta, actualmente casi extinguida y que era cultivada por los templarios en las altas montañas de Els Ports.