Esta es la cuarta vez que visito la ciudad del Cusco. Como viajera frecuente, conozco las paradas imprescindibles y la mejor ruta gastronómica. O al menos eso creía hasta que visité el hotel Monasterio de la cadena Belmond. Experimentar Cusco de lujo es como conocerlo de nuevo; pero esta vez rodeada de arquitectura histórica, cocina de autor y experiencias personalizadas.
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Como su nombre lo anuncia, Monasterio es un recinto histórico que fue hogar de seminaristas Jesuitas por allá en los años sesenta y se convirtió en el primer hotel de lujo en Cusco en 1999. Lo primero que noté al llegar fue su excelente ubicación: se encuentra a 15 minutos en auto del Aeropuerto Internacional Alejandro Velasco Astete y a 5 minutos caminando de la Plaza de Armas. Una locación ideal para quienes buscan estar en pleno centro de la ciudad. Dos cuadras a la izquierda del hotel encuentras la famosa piedra de los doce ángulos y en el camino a verla; te topas con Cicciolina, el restaurante favorito de muchos si se trata de gastronomía contemporánea. Además, en los alrededores abundan callecitas con innumerables tiendas y cafés que no puedes dejar de recorrer en tu visita.
Ya en el hotel, te recibe el vestíbulo. De estilo colonial con techo abovedado y decorado en colores cálidos, el ambiente es un adelanto de lo que verás en el resto del hotel. Joseph Nieto, agente de Guest Relations, es el encargado de darte la bienvenida y guiarte en el proceso de registro. Eso fue lo segundo que me impactó: la superioridad de su servicio. Había visitado buenos hoteles anteriormente, pero nada parecido. Un dato no menor para los viajeros que optan por experiencias de lujo y esperan un cierto nivel. Al lado del vestíbulo, se encuentra el bar donde puedes degustar coca sour, pisco sour y otros cocteles de autor. Incluso, puedes reservar clases de pisco. Las clases incluyen una desgustación de los distintos tipos de piscos, un sencillo tutorial sobre cómo beberlo y un cóctel de autor, preparado por el mismísimo Boris Loayza, el bartender del hotel. Una experiencia recomendada para los fanáticos de nuestra bebida bandera.
Durante tu estadía en el hotel, es obligatorio desayunar en una de las mesas ubicadas en el patio central, para disfrutar del buen clima y conectar con otros huéspedes. En este espacio se encuentra una de las joyas de Monasterio: el último cedro andino de toda la ciudad. Antiguamente las montañas que rodean la ciudad de los incas estaban repletas de estos árboles que se caracterizan por tener la madera frondosa; muy útil para la construcción de mueblería. De ahí que debido a la tala indiscriminada, esta especie haya desaparecido. De hecho, el cedro que se encuentra en el hotel de Belmond tiene más de 300 años. El patio central está cercado por arcos que marcan el inicio del camino hacia las habitaciones del hotel.
En Monasterio, puedes elegir entre 100 habitaciones distintas. De hecho, el hotel cuenta con 122 habitaciones pero tras la pandemia, no todas están disponibles. Al ser un monasterio, cada dormitorio tiene un tamaño y estilo distinto. Eso sí: en todas encontrarás una decoración elegante llena de arte. El hotel está decorado con una colección de 160 cuadros originales de la escuela cusqueña, que adornan los pasillos del hotel y las habitaciones. Si deseas conocer más del arte cusqueño, puedes tomar un recorrido artístico por sus pasillos o su capilla, otra de las experiencias que ofrece el hotel.
Como buena viajera y foodie, no puedo dejar de mencionar la oferta gastronómica del recinto. Monasterio cuenta con dos restaurantes que fusionan la comida peruana con la internacional. Illariy ofrece el desayuno buffet todas las mañanas y los almuerzos por las tardes. La carta para el almuerzo no es muy amplia, pero puedes elegir entre platillos marinos, carnes y una que otra pasta. El tiramisú es la especialidad de la casa. Si deseas cenar, deberás dirigirte a El Tupay, el segundo restaurante del hotel. Te sugiero reservar una mesa los martes, jueves o sábados; pues cuentan con noche de ópera. A la luz de la vela y con la música de fondo, prueba la canilla de cordero con guarnición de berenjenas al horno enchapadas en queso de cabra. Un plato que destaca por mucho entre los demás.
Luego de pasar tres días en Monasterio, me queda claro que el hotel destaca por su arquitectura histórica y el servicio de primera. Si buscas conocer Cusco de lujo pero sin perder la energía histórica que rodea a nuestra querida ciudad de los incas, esta es una gran opción. //
SEPA MÁS
- Tras la pandemia, Monasterio lanzó la tarifa especial “Reconecta” que tiene un costo de 220 dólares la noche para dos personas. Incluye desayuno e impuestos. Puedes disfrutarla hasta diciembre del 2022.
- Puedes reservar las clases de Pisco en tu llegada al hotel. Las clases requieren un mínimo de dos personas y el costo es de 30 dólares por persona.
- El hotel cuenta con dos suites de masajes en las que ofrecen masajes andinos, reiki, shiatsu y tratamientos de aromaterapia. Puedes preguntar los precios en recepción.