Se estima que en la final del Mundial entre Argentina y Francia, se encontraban más de 45,000 argentinos. Fanáticos de la albiceleste vivieron este importante partido no sólo en el estadio, sino en las principales calles de la ciudad. Uno de ellos fue Coco Maggio, comunicador y creador de contenido sobre viajes, los cuales relata en su canal de Youtube. En una conversación con Vamos, Coco revela el detrás de su viaje de último minuto a Qatar, la ruta que siguió y las aventuras que vivió junto a la hinchada argentina. “Todo lo que pasé fue muy fuerte. Ver a Lionel Messi levantar la copa en su último Mundial...para mí fue un sueño hecho realidad”, adelanta.
—¿Cómo decidiste viajar a Qatar a último minuto? ¿Qué te animó a hacerlo?
El viaje se armó de un día para el otro. Vi todos los partidos en un restaurante en Punta Hermosa donde nos juntábamos argentinos y peruanos para vivir el Mundial. Antes de jugar la semifinal con Croacia se me vino la loca idea de ir a Qatar si Argentina pasaba a la final. Al darse el resultado, me comunique con unos amigos que estaban cerca a la organización y me consiguieron la entrada pagando el precio FIFA. Una vez que conseguí la entrada a la final dije “me mando” y empezó la locura. Saqué el pasaje para el día siguiente y me fui para Qatar.
—¿Cómo planeaste el viaje?
Cuando hice números, dije “no hay forma, esto es carísimo. No puedo gastar esto en cinco días”. Pero, mi esposa que es peruana y vivió conmigo todo el Mundial me dijo“esto es algo único, no te lo puedes perder. Olvídate y anímate que esto nunca lo vas a olvidar”. Ya que ella me lo diga, para mí fue una señal.
Jugaba con la ventaja que desde Lima no habían tantos argentinos que quisieran ir a Qatar, la mayoría salía desde Buenos Aires, donde incluso sacaron una oferta para ir en vuelo directo hasta Doha. Tomé un pasaje a Qatar que hacía una escala en Madrid y en dos días llegué a Doha para vivir esta final.
—¿Cómo fue conseguir la visa para el ingreso a Qatar?
Para entrar a Qatar es necesario tramitar el Hayya que era el documento oficial del Mundial. No te pedían la identificación, solo este documento para que te movilices por la ciudad o si querías viajar gratis en el metro. El trámite fue rápido. Lo que sí demoró fue la visa, no sé si estaban saturados de solicitudes...pero viajé a Madrid sin tener la visa para entrar a Qatar. Fue todo un poco dramático porque tenía mucha incertidumbre...muchos nervios porque la final se jugaba el domingo y no podía entrar a Qatar. Tuve que quedarme una noche en Madrid, cuando sólo tenía 6 horas de escala, hasta que por fin llegó la autorización y pude tomar mi vuelo a Qatar.
—Además de los papeles, me imaginó que viajar a última hora también complicó el presupuesto...
Debemos tener en cuenta que esta es la final de la Copa del Mundo. Aunque Qatar no es un país caro y el rial está por ahí con el sol, ahora todo estaba un 70 % más caro. Para que te des una idea: un hotel normal donde me hospedé me salió 300 dólares la noche, mucho más de lo que pagué cuando fui a ver el partido de Perú y Australia. Por el vuelo pagué 3000 dólares, pero creo que se pueden conseguir desde 2000 dólares. El transporte era gratis para todos los que iban al Mundial y el Uber para moverse por la ciudad no era tan caro. Además, la organización le entregaba a todos los turistas que llegaban una tarjeta sim con 3 gigas libres de regalo para luego ser cargado las veces que sea necesario. Y bueno mi entrada al estadio me salió 1800 dólares, pagué menos que muchas personas que llegaron a pagar 5000 o 6000 dólares por una entrada. Además, aprovechaba el desayuno que ofrecían en mi hotel para comer bien hasta la noche que recién cenaba algo.
—Pero, ¿la experiencia valió la pena?
Totalmente. Ver a tanta gente movilizándose con los colores de tu país es muy emocionante. De hecho, antes de entrar al estadio hice un en vivo en mi cuenta de Instagram y quería hablar pero se me caían las lágrimas, tenía un nudo en la garganta. Para mí, fue una mezcla de sensaciones: el estar lejos de mi casa, vivir lejos de mi país, ver a tantas personas con los colores de mi país, me conmovió y era mucho que asimilar. Y cómo se desarrolló el partido, fue una película. Estuve en el estadio rodeado de personas de otros país, porque mi entrada no era para la zona de la barra argentina, pero atrás tenía un marroquí, un israelí, gente de Bangladesh cerca a mí que me consolaron y animaron durante todo el partido. Fue realmente algo único, por suerte me animé y es una experiencia que podré contarle a mis nietos algún día.
—¿Qué fue lo que más te sorprendió durante este viaje a la final?
Considero que Qatar fue un buen organizador del Mundial, no hubo tantas prohibiciones como se decía, se vivió con mucha libertad y respeto de todos lados. Aunque las costumbres en Qatar son muy diferentes, creo que abrieron su mente y fueron más permisivos entendiendo que el Mundial era un choque cultural ya que el fútbol se vive diferente en varias partes del mundo.
—¿Cómo fue el recibimiento de los cataríes?
Me parece que los árabes se sintieron muy identificados con los latinos y les gustó compartir con nosotros. En una ocasión fui con Frank, jefe de cocina de La Mar en Doha, a comer comida típica y conocer la ciudad. Fuimos a un restaurante, un lugar de comida árabe. Estábamos en una habitación y al lado habían árabes de diferentes nacionalidades. Luego de un rato nos invitarno a unirnos al grupo y terminamos todos en el piso compartiendo la comida. Cuando ellos terminaron de comer, se levantaron, se despidieron y se fueron. Nosotros nos quedamos un rato más conversando y al pedir la cuenta, nos dimos cuenta que ellos ya habían pagado lo nuestro, sin decirnos nada. Esa hospitalidad me pareció increíble y me parece importante destacarla porque siento que hubo muy mala publicidad sobre los árabes. La hospitalidad de los locales destacó muchísimo.
—Luego de este viaje, ¿qué otras aventuras se vienen?
Para este 2023, el plan es hacer viajes por el Perú con propósitos medioambientales. Vamos a viajar con mi equipo y tratar de cambiar algunas situaciones que se pueden identificar de la mano con algunas ONGs aliadas para aportar nuestro granito de arena y cuidar al país y el mundo.