Alexandra Roncal es la creadora de “Comer, viajar y bailar”, un espacio en las redes sociales que cuenta con más de 38.000 seguidores a quienes muestra los 21 departamentos del Perú que ha visitado. En cada una de las fotografías en Instagram, posa de espaldas y con los pies descalzos. ¿La razón? Prefiere darle protagonismo al paisaje que a ella misma. Las postales las complementa con información del lugar, su gastronomía o los bailes típicos. “Lo que busca mi blog es revalorizar al Perú y lograr que cada vez las personas vean mis fotografías se enamoren del lugar y digan: ‘esto es realmente el Perú’”, explica.
El próximo año pretende visitar los tres departamentos que le faltan: Iquitos, Madre de Dios y Huancavelica. Está cerca de cumplir su sueño: conocer todo el país. Su misión es compartir sus experiencias y animar a más peruanos a recorrer la tierra que los vio nacer. “Mucha gente que ve mis fotos las encuentra muy bonitas y ello evoca más el sentimiento no de conocer al influencer en sí, sino conocer la maravilla. A veces pasa con los generadores de contenidos que se centran más en las personas, en sus características, en este blog el protagonista es 100% el destino. La idea es que las personas quieran recorrer ese destino, quieran recorrer el Perú”, detalla.
Abogada de profesión, Alexandra decidió recorrer todos los departamentos del país cuando viajó al extranjero y descubrió que las personas conocían más de su país que ella misma. Ya van ocho años desde que se propuso viajar cada año, ya sea en compañía de su esposo, con su hijo o sola.
Cómo nace el personaje de la mujer de espaldas
Alexandra no expone su vida privada en sus redes sociales, pues tiene como objetivo principal brindar información de calidad a sus seguidores del destino que visita. La mujer de espaldas surge como un personaje en honor a su tierra natal Trujillo. A su vestimenta típica del departamento donde nació, le incorpora elementos tradicionales de otros destinos. Por ejemplo, si visita Cusco le añade un fajín incaico, trenzas y sombreros.
“No quería exponer mi intimidad. Creé un personaje donde la protagonista es la chica de espaldas. ¿Por qué de espaldas? porque en este mundo tecnológico siempre estamos mirando a la cámara y no a lo que deberíamos ver, por ejemplo, si te tomas una foto en Machu Picchu estás dándole la espalda a la montaña en ves de quedarte maravillada con todo lo que tienes atrás. Por qué la cámara es protagonista cuando el protagonista debería ser la maravilla que estás conociendo. Esa chica de espaldas siempre se deslumbra, siempre anda descalza en honor a la tierra”.
Cada vez que pisa un nuevo destino, la creadora de “Comer, viajar y bailar” elige las primeras horas del día para capturar una fotografía. No es una fotografía improvisada, ya que es planeada con anticipación con ayuda de un fotógrafo profesional o un fotógrafo local del destino que visita. De 5 a 6 a. m. Alexandra se produce y se convierte en la mujer de espaldas.
“Tengo un vestido base y puedo ir cambiando las faldas inmediatamente, aparte uno de los secretos mayor guardados de tomarse la foto de espalda es que es mucho más fácil, pues cuando te tomas de frente te puede salir la foto con el ojo cerrado. No hay forma que me digas a esa hora que me tengo que maquillar porque estoy cansada, pero la actitud que tiene el cuerpo es distinta”, detalla.
La gastronomía y la danza también son ejes importantes en su contenido. Por un lado, no solo comparte platillos típicos conocido de cada región, sino prueba sabores diferentes y no tan conocidos. Por ejemplo, Alexandra es trujillana y menciona que las personas asocian a Trujillo con el cabrito o seco a la norteña, pero hay muchos más, como el chambar, los cangrejos fermentados, la cecina del norte y el pepián de gallina. “Cada vez que llego a una provincia o departamento nuevo hago una investigación de los destinos, gastronomía, tradiciones, y de acuerdo a eso, tengo preparado el contenido”, indica.
Por otro lado, las danzas típicas también tienen gran relevancia en su vida, ya que de niña siempre le gustó bailar, sobre todo marinera. “El viaje no solo es la locación, sino su gente, la tradición, la comida y los bailes. Es aprender de todo. Me emociona cada vez que conozco un nuevo baile. Cada vez que viajo a provincias trato de ver los bailes típicos e incorporar en mi vestimenta ciertos elementos de los bailes. Mi boda también ha sido ligada con los bailes tradicionales”.
“No se trata de quien tenga mayores seguidores, se trata de tener identidad, que tengas algo que contar y que principalmente seas auténtico. Junto a mis compañeros de Creatur Perú, una asociación de creadores de contenido de viajes y turismo, no creemos en el creador de contenido como influencer, sino que va más allá. Valoramos una decisión mucho más responsable que una decisión impulsada por una vista. Lo que busco es primero tener experiencias con confort, experiencias responsables y que tengas mayor información sobre la ruta”, recalca.