Aunque los tatuajes han empezado a ser un poco más aceptados en la sociedad, aún conservan una mala imagen en la mente de algunas personas. Sin embargo, quienes tienen tatuajes han aprendido lecciones muy valiosas que pueden servirle a los demás.
Pasar por una experiencia de tatuaje, desde el momento en que piensas en hacértelo hasta cuando lo miras por primera vez sobre tu piel, permite ver las cosas de manera diferente y ganar mucha más confianza en una misma. Estas son algunas enseñanzas que una chica tatuada puede compartir.
1. Que el dolor no es para siempre
Hay cosas en la vida que duelen pero hay que aprender que ese mal rato pasará y te hará una mejor persona. Es como los tatuajes: durante la sesión vas a sufrir, incluso algunas personas llegan a llorar del dolor que consideran insoportable. El verdadero encanto viene después, cuando puedes ver el resultado final y te enamoras de él pensando que todo lo que pasaste valió la pena.
2. El miedo no debe limitarte
Intentar algo nuevo siempre da temor pues no sabemos si el resultado saldrá tan bien como queremos o terminará siendo desastroso. Si pensamos así, nunca saldremos de nuestra zona de confort ni disfrutaremos de las experiencias hermosas que la vida tiene para ofrecer. Lo mismo pasa cuando te haces un tatuaje por primera vez y de solo pensar en las agujas te revuelve el estómago. Una vez que te armas de valor y lo haces, terminas llena de satisfacción.
3. Si de verdad quieres algo, no vas a arrepentirte después
Una de las cosas que escucharás cada vez que quieres hacer un cambio es “¿Y después qué?”, no solo si vas a tatuarte sino si quieres cambiar de color de pelo, dejar tu trabajo para seguir tus sueños, mudarte sola, etc. No todos estarán contentos con tus decisiones pero si en verdad es algo que deseas hacer, no debes temer pues no te arrepentirás. Tal vez la experiencia no salga del todo bien, sin embargo aprenderás algo de todo el proceso.
4. Ser diferente es divertido
No hay que tener miedo de destacarnos entre la multitud. La gente siempre está pendiente de cómo se ven los demás o las cosas que hacen, especialmente si tienes algo diferente como un tatuaje de colores vibrantes o de gran tamaño en el cuerpo. Son esas cosas que haces solo porque te hacen feliz las que te marcan como persona y determinan tu actitud ante los demás.
5. Las primeras impresiones no siempre son correctas
Las personas se suelan alejar de las personas que se ven diferentes o encajan dentro de algún estereotipo negativo. Por ejemplo, suelen pensar que quienes tienen tatuajes son las “chicas malas” o las rudas del lugar cuando en realidad son todo lo contrario. Un tatuaje es una pieza de arte con la que adornas el cuerpo, no una marca que te pinta como la mala de la película.