Aquella figura de madre abnegada que dejaba atrás sus sueños para dedicarse únicamente al cuidado de sus hijos ha ido cambiando en los últimos años. En plena era del empoderamiento femenino, esa tradicional forma de ejercer la maternidad ha ido decreciendo frente a una nueva ola de madres que buscan alcanzar sus metas laborales y personales; mientras sacan adelante a su familia.
Hoy convertirse en madre es muy distinto a lo que solía ser cincuenta años atrás. En aquellos años, la maternidad aún era concebida como una etapa fundamental en la vida de una mujer. Sin ella, la vida de la mujer parecía carecer de sentido. Con el tiempo, aquellos restrictivos estándares sociales han ido cediendo poder ante la ola del empoderamiento femenino. Gracias al ascenso laboral femenino, las mujeres gozan de autonomía y recursos económicos que les permiten crear planes propios, soñar y tomar su vida entre sus manos.
Hoy, la maternidad es una elección. Y aquellas que optan por seguirla, parecen hacerlo lejos de los cánones tradicionales. En vísperas del Día de la Madre, analizamos cómo se vive la maternidad en pleno 2024.
Mamá a los 35: la carrera contra el reloj biológico
Entre los cambios de la maternidad, se encuentra la edad. De acuerdo a estudios del INEI del 2021, más del 60% de las mujeres peruanas prefiere postergar la maternidad. Esto es, convertirse en madres aproximadamente entre los 30 y 40 años. Mientras que en los años noventa, las mujeres solían salir embarazadas durante la década de los veinte, hoy parece que esa liga se estira cada vez más. ¿Por qué? La respuesta es sencilla, las mujeres ahora tienen más posibilidades. Casarse y tener hijos ya no es el único camino. Y menos, si se trata por satisfacer a la sociedad. Gracias al crecimiento profesional, cada vez más mujeres tienen sueños y metas que cumplir antes de convertirse en mamás. Para entender mejor este cambio propio de las nuevas generaciones de madres, conversamos con la psicóloga Valeria Paredes De La Torre.
“La lucha contra las expectativas sociales sobre cuándo tener hijos y cómo criarlos ahora es más encarnizada que nunca. Antes, por la opresión, las mujeres no lo pensaban dos veces y se convertían en madres cuando los demás les decían que debían serlo. Ahora, rechazan que los estándares sociales les digan cuándo y cómo deben ser madres; ocasionando en ellas estrés y ansiedad a niveles alarmantes”, cuenta la experta.
Entre las mujeres que quieren ser madres algún día, el reloj biológico - la edad ideal para buscar un embarazo- juega un papel decisivo. Antes, la preocupación porque ‘se pase el tren’ no tenía forma de ser prevenida. Era embarazarse joven o no embarazarse nunca. Ahora, gracias a los avances médicos en fertilidad, es posible ganarle la carrera al tiempo postergando la maternidad a través de la congelación de óvulos.
De acuerdo a la doctora Corina Hidalgo, especialista en ginecología, así como envejecemos físicamente, nuestros óvulos también. A medida que pasa el tiempo y nos acercamos a los 30 y 40 años, la cantidad y calidad de la reserva ovárica empiezan a decaer drásticamente, ocasionando que la posibilidad de quedar embarazada sea menor y que los riesgos de hacerlo sean mayores. “A partir de los 35 años, se considera un embarazo de riesgo. No necesariamente significa que salga mal (la mayoría sale bien), pero sí que la paciente deba llevar un control estricto en el embarazo para evitar riesgos como bebés con bajo peso, diabetes gestacional, preeclampsia, partos prematuros, entre otros”, afirma. Siguiendo esta línea en descenso, a los 40 años, pueden presentarse problemas cromosómicos (como síndrome de down), mayor tasa de pérdidas y más. De ahí que se haya convertido en todo un boom apostar por tratamientos de fertilidad -incluso desde los 20 años- para retrasar los planes de maternidad.
Conciliar entre ser mujer y ser mamá
Convertirse en mamá supone un cambio de vida. Además de las transformaciones físicas y emocionales que la madre experimenta, las nuevas responsabilidades que llegan junto a un hijo pueden ser abrumadoras. Antes se esperaba que la mujer deje de lado su vida para dedicarse únicamente a los hijos. Ahora, el eje de la maternidad ya no gira solo en torno al cuidado de los hijos, sino también en el bienestar físico y emocional de la madre.
“Puede ser madre, pero también puede ser mujer”, resalta Paredes. Un concepto que ahora es visto como una dicotomía. Las nuevas madres ya no sólo se dedican a los hijos, sino también le dan importancia al cuidado de su imagen personal, sus hobbies, sus metas y aspiraciones. Un cambio que, en palabras de la experta, puede generar tensiones entre el deseo de tener hijos y desarrollarse individualmente ya que se da en la mejor etapa de la juventud, la etapa de las posibilidades.
Entre la maternidad y la carrera profesional
Hacer que el rol de mamá y profesional se unan sigue siendo complicado, pero ya no es imposible. Ahora, cada vez más mujeres tratan de lograr ambas metas con éxito postergando la maternidad. Unas prefieren estudiar, trabajar y centrarse en su propio crecimiento laboral y profesional para tener una base sólida antes de convertirse en madres. Otras, le hacen frente al desafío de equilibrar ambas al mismo tiempo, generándose en muchos casos sentimientos de conflicto y culpa. Ante este problema, la solución suele ser en muchos casos tener una red de apoyo. Las madres ya no cargan solas con la responsabilidad y los conflictos emocionales como era muchos años atrás. Ahora, recurren a una red de apoyo usualmente integrada por la pareja, familiares, amigos e incluso personal psicológico.
Así, con el apoyo adecuado -tanto de personas cercanas como instituciones- es posible lograr que una mujer que acaba de convertirse en madre pueda continuar el camino hacia el éxito profesional. Es más, hoy, para muchas mujeres, ser madre es un incentivo, una fuerza de motivación para no dejar de lado sus metas laborales y profesionales y esforzarse aún más para alcanzar la realización personal.
De la misma forma, al igual que muchos en pandemia, empezaron a emprender. Hoy, vemos madres que sacan adelante a sus hijos gracias a sus propios proyectos personales que les generan entradas de dinero para sostener la familia. Antes, cuando decían que las madres tenían el don para sacar a su familia adelante y ser multitareas, se referían a los quehaceres domésticos, la administración de la economía del hogar y el cuidado de los hijos y el esposo. Ahora, adquirió un nuevo significado: emprender con su propia empresa, ser líder y jefa e incluso tener la capacidad para resolver desafíos laborales.