Caterina Notargiovanni
Teodora es una experta en crianza que no tiene doctorados en psicología ni en educación. Se ha pasado los últimos 30 años trabajando de niñera con cama adentro, criando mellizos y trillizos, tanto en el Perú como en Bolivia, Venezuela y Ecuador. Dice que no hace nada en especial, pero que tiene su «método», y que todo lo que sabe lo ha aprendido con los casi 50 niños que ha cuidado. Tiene claro que los pequeños suelen portarse peor con los padres que con el resto del mundo pero asegura que, en muchos casos, eso se debe a la falta de paciencia: «A veces solo necesitan atención y cariño».
Está claro que no existe un manual de instrucciones para criar niños, pero es interesante escuchar los consejos de mujeres como Teodora. En definitiva, ellas han criado más niños que el promedio de los padres.
LA HORA DEL SUEÑO
Todo un tema. Hay niños que duermen sin problemas y otros que alcanzan el sueño agotados de llorar. Teodora recomienda primero descartar que el llorón no tenga calor o frío, que no le aprieten las medias, que el pañal no esté sucio o que tenga hambre.
«Y hay que hablarles con voz suave, hacerles masajes, cantarles. Por último lo levantas y le preguntas ¿por qué lloras? Y le explicas que es hora de dormir… los niños entienden todo por el tono que usas», señala con su voz aguda, casi chillona, pero muy suave.
Lo que dice Teodora lo corrobora el médico Eduard Estivill, autor del best seller “Duérmete, niño”: «Los niños aprenden a sentir emociones a través de lo que les comunican los adultos: no mediante las palabras, que ni siquiera entienden, sino a través de su actitud, su cariño, sus cuidados...».
Por eso la mujer tiene claro que cuando un niño llora mucho es porque el ambiente de la casa está tenso. Recomienda tranquilizarse primero antes de acercársele a los chicos y hacerles masajes en la barriga y piernas.
Para que el sueño no se convierta en un martirio, también es importante establecer rutinas. En el libro “Nanny 911”, las expertas Deborah Carrol y Stella Reid (protagonistas de la serie “Niñera S.O.S”, de Discovery H&H) recomiendan el ciclo «baño-lechecuna » para los recién nacidos, y «baño-higiene dental-libro-cama» para los más grandes. Y aportan un detalle extra: «un abrazo antes de dormir».
«Es importante enseñarles a distinguir el día de la noche», explica Teodora. «Y entre ruido y silencio», agrega el doctor Estivill en “Duérmete, niño”. Por las noches la oscuridad y el silencio son situaciones normales, pero de día no se debe hacer nada por evitar los ruidos. «Todo ello le ayuda a reconocer las diferencias y a distinguir entre vigilia y sueño, distinción que es fundamental para que su reloj haga el cambio a un ritmo biológico de 24 horas, con un período largo de sueño nocturno».
LA HORA DE COMER
Al igual que con el sueño, es fundamental establecer rutinas desde el momento en que comienzan a comer papilla, a partir de los 6 meses. Esto se consigue respetando las horas de comida, creando un ambiente tranquilo, sin televisor, sin música, con conversación y paciencia.
Pacientemente, a Teodora le gusta convertir la comida en un juego. «Para llamar su atención», explica. Puede ser una canción, un sonajero hecho con una botella de plástico rellena de frijoles o lo que tenga a mano. «Si algo suena, abren la boca, siempre», agrega.
No es buena idea obligarlos a comer, lo mejor es respirar hondo, ignorar la situación por un rato y volver a intentarlo. Con presión solo se conseguirá frustración y tensión, lo que convertirá la hora de comer en una tortura para todos.
También es importante atender sus preferencias y esmerarse en ofrecerle cierta variedad de alimentos. «Hay que improvisar con lo que hay, pero cuidando que sea sano y rico. A mí todos los niños me comen bien, porque hago de cada comida un juego», dice Teodora.
Pero de todas las implicancias de la crianza, lo que más le preocupa a Teodora es la falta de afecto de los padres hacia los hijos que a veces observa. Dice que no hay nada peor que los niños crezcan «pobres del alma». Nada reemplaza el cariño y la atención de los padres, aunque el tiempo sea limitado.
ATENTA
¿Cómo saber si la persona que cuida a mi hijo no es confiable? Aquí algunas llamadas de atención. • Si tu hija/o se pone nervioso o ansioso cuando ella llega.
• Si con frecuencia sufre accidentes ‘evitables’.
• Si ignora de manera consistente tus instrucciones en temas de nutrición, higiene o sueño.
• Si a tu regreso encuentras a menudo a tu hija/o sucio, cansado o hambriento.
• Si no suele cumplir con la hora de llegada.
• Si está demasiado pendiente de su teléfono celular excepto cuando intentas ubicarla.
• Si no sabe explicarte con claridad qué hizo todo el día junto a tu hija/o.
AGUA AL PATO
Teodora tiene su «sistema» para evitar que el baño se convierta en un mar de lágrimas. Primero, la madre le da leche de un pecho (o medio biberón), luego le hace botar el chancho y después, al agua. «Si lo bañas con hambre el bebe va a llorar, la madre se va a poner tensa y al final termina siendo un baño a la fuerza», explica. También recomienda aplicar suaves masajes, utilizar agua de manzanilla y cantarles. Entonces el bebe estará listo para su segunda teta y lo suficientemente relajado como para ir directo al sueño.
MENOS GRITOS
• «No a todos los niños les gusta que los mezan. Uno debe darse cuenta y ser flexible, no pasarse una hora cargando a un niño que está rojo de llorar. Porque además, siempre va a ganar el bebe. Hay que adaptarse a ellos» (Teodora, niñera).
• Desde que nacen, diles todos los días «te amo», «gracias», «te escucho», «te entiendo». prende a respetarlos en sus diferencias y a manejar tu frustración, no compares, colócate al mismo nivel para hablarles. Y si no quieres que griten, no les grites tú. (Libro “Nanny 911”, de Deborah Carrol y Stella Reid