La discriminación en diferentes entornos de nuestras vidas, incluyendo el ambiente laboral, parece haber cambiado sus típicos parámetros de raza, orientación sexual o religión, y ahora apunta con mayor fuerza a nuestro aspecto físico.
Esa es la conclusión obtenida por una investigación realizada en EE.UU., que reveló un fenómeno catalogado como “la verguenza de la grasa”, un tipo de segregación hacia las personas con sobrepeso que sería más dañina física y psicológicamente que el racismo y el sexismo.
Según informa el diario El Mercurio, el estudio auspiciado por la Universidad de Florida analizó el comportamiento de 6.000 adultos mayores de 50 años y sus cónyuges, quienes mostraron un deterioro en su salud física y emocional a partir de la discriminación por su aspecto.
“Es fácil ver cómo el tener una opinión negativa sobre la apariencia física de una persona puede tener efectos inmediatos, pero junto con el daño emocional provoca también una condena al ostracismo y al desempleo”, afirmó Angelina Sutin, autora principal de la investigación.