La diferencia de oportunidades entre mujeres y hombres es una problemática que no se puede ocultar. Según el Índice Global de la Brecha de Género, elaborado por el Foro Económico Mundial, el Perú se sitúa en el puesto 37, con un porcentaje de 74.9%. Si bien, estas cifras grafican un ligero avance en temas de desigualdad de género, aún quedan varias tareas pendientes para si quiera vislumbrar la ansiada igualdad de género. A propósito del Día Internacional de la Mujer, conversamos con Claudia Draghi, profesora de Pacífico Business School especializada en desarrollo de habilidades gerenciales, quien nos aclara el panorama acerca de la situación actual de las mujeres en el Perú y el trabajo que queda por hacer.
Todas desearíamos vivir en una sociedad en la que ser mujer no represente una desventaja en cuanto a oportunidades. Sobre esto, Claudia Draghi revela que la pandemia no solo paralizó el mínimo progreso que se venía logrando respecto a planes de igualdad, sino que hizo que esos pequeños avances se conviertan en retrocesos.
Hoy, con una nueva normalidad y diferentes problemáticas sociales que envuelven a nuestro país, nos tenemos que enfrentar a la dura realidad de la desigualdad. Precisamente, según Dragui, en el Perú son tres los indicadores que definen las brechas de género.
1. Brechas económicas
Esta básicamente diferencia lo que gana un hombre de lo que gana una mujer. Pero no todo es negativo, pues según la docente, lo que se está haciendo en las empresas para disminuir esas desigualdades es revisar -con bandas salariales- los sueldos de las personas porque sí existe una brecha de casi el 30% en lo que respecta a la remuneración laboral.
2. Brechas de educación
Esta brecha no se identifica precisamente en el ámbito corporativo, sino en las regiones del Perú. De acuerdo a Draghi, en las provincias más alejadas se suele creer que el hombre debe ser educado porque tiene que mantener a una familia, mientras que una mujer debe encargarse de la casa y la familia.
3. Empoderamiento político femenino
Esto tiene que ver con la visión que tenemos de los posibles futuros líderes. Hoy en día se está mirando la posibilidad de que las mujeres ocupen importantes cargos en la política, y de hecho, actualmente ya es una realidad. Precisamente, contar en este momento con una mujer como presidenta de la República nos permite mirar el empoderamiento político femenino como una versión mucho más poderosa de lo que implica ser líder en un país históricamente machista.
Reflexionando sobre el movimiento feminista en el Perú
La consultora en temas corporativos explica que los puntos medios son los que permiten construir un encuentro común. “Creo que el feminismo se ha ido al otro extremo, llegando a lo radical y es lo mismo que hace el machismo pero desde otra perspectiva”, comenta.
Entender que podemos construir desde puntos comunes es clave. ¿Qué nos une? Identificar que somos complementarios desde lo físico hasta lo emocional. “La capacidad resolutiva y de empuje que tiene el hombre podemos incorporarla con la gestión y facilidad de conectar con las emociones que tenemos nosotras las mujeres. Esa mezcla es la que nos va a llevar al siguiente nivel como sociedad”.
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